Cambió de country manager en el país y estudia sumarse a la etapa de explotación masiva junto con YPF.
Mientras comunicaba al mundo la baja de sus utilidades en el 2013, Chevron preparaba un nuevo desembarco en el país. Tal como adelantó esta semana "Río Negro", la compañía estadounidense tendrá desde el 15 de febrero un nuevo country manager que reemplazará a David Holligan. Se trata de Michael Koch, un peso pesado de California que viene a hacerles marca personal a los negocios en la Argentina. Es que la empresa juega en el país uno de sus principales partidos, como pionera en la inversión no convencional en Vaca Muerta.
El arribo de Koch es una señal que da la petrolera sobre el avance de los proyectos emblemáticos para Chevron. De hecho, así se lo comunicaron al gobernador Jorge Sapag en una breve reunión que mantuvieron la semana pasada en Buenos Aires.
El principal destino de su capital es Loma Campana, que encara junto con la estatal YPF y que entró en etapa de definiciones. Terminado el piloto inicial y confirmado que la formación permite una ecuación técnica y económica más que rentable, arrancó la etapa intensiva de explotación que demanda más capital.
Por estas horas, técnicos de Estados Unidos repasan los cientos de megas de datos enviados desde la planicie neuquina en búsqueda de ese punto de equilibrio. De esa lectura saldrá la decisión de sumarse a la etapa intensiva de explotación en Vaca Muerta, una opción que hoy parece casi segura.
A la vasta experiencia de Koch en mercados complejos como el nigeriano se le suman declaraciones recientes de Jeff Gustavson, responsable de relaciones con inversores, quien señaló que "si bien el acuerdo con YPF se cerró hace poco, los beneficios en la producción ya empiezan a verse y se consolidarán en poco tiempo".
Más que las declaraciones, es importante el contexto en el que las hizo: la presentación de los números 2013 de la petrolera estadounidense, que mostraron una abrupta caída de ganancias ante menores precios y, sobre todo, mayores gastos, entre los que se encuentran los 1.240 millones de dólares para Vaca Muerta. Es que si bien aún no mueve el amperímetro, la formación neuquina podría ser el bálsamo de las cuentas de la multinacional.
A su vez, Chevron avanza a paso lento con sus propios pozos exploratorios en El Trapial donde ya hizo seis perforaciones shale. Las dos primeras no arrojaron buenos resultados, pero el resto sí. Esta batería permitió a la empresa conocer el funcionamiento de Vaca Muerta y ahora estaría evaluando un piloto en esa zona si la conyuntura económica acompaña.