La administración entrante de Michelle Bachelet, que asumirá el 11 de marzo, requerirá ser pragmática si desea fomentar la industria chilena del litio, dijo Luis Sáenz, presidente y gerente general de la firma con sede en Santiago Li3 Energy.
A pesar de su éxito como nación minera, la industria chilena del litio ha quedado rezagada. A pesar de contar con algunos de los yacimientos conocidos más grandes en los salares del norte, solo dos compañías son productoras: el productor local de minerales no metálicos y fertilizantes SQM (NYSE, BCS: SQM) y Sociedad Chilena del Litio (SCL), filial de total propiedad de la estadounidense Rockwood Lithium.
La raíz del problema radica en la decisión de la junta militar que aplicó en la década de los setenta de declarar que el litio es estratégico, lo que crea una barrera importante para la entrada de nuevo capital.
Desde entonces, no se ha hecho mucho por cambiar la ley. Durante la actual administración del presidente Sebastián Piñera, uno de los pocos intentos por hacerlo mediante concesiones mineras especiales (denominadas Contratos Especiales de Operación del Litio) no fructificó a fines del 2012 y derivó en la cancelación del proceso, así como en la renuncia del subsecretario de Minería.
Tras el intento fallido, el gobierno se ha concentrado en encargar nuevos estudios a la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) y al Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), cuyos resultados se entregarían al próximo gobierno.
"La clave está en ser pragmático, reconocer que Chile tiene los mejores recursos de litio del mundo, en términos de tamaño y calidad. Chile por ser país minero tiene toda la infraestructura, tiene todo el wherewithal. Tiene todo para seguir creciendo en una industria donde ha probado ser líder", indicó.
Li3 Energy es dueña de dos concesiones en el salar de Maricunga en la norteña III Región. Hace poco suscribióun acuerdo de financiamiento con la local BBL SpA para seguir adelante con su proyecto de litio y potasio Maricunga.
"Entonces yo creo [que el gobierno tiene] que ser pragmático, o tiene que haber la voluntad política para cambiar la ley, o tiene que haber el pragmatismo para sentarse con la gente que tiene proyectos y decirles ok, este mineral no es concesible, yo tengo los mecanismos para hacerlo concesible, tú tienes un proyecto, ¿cómo lo vamos a sacar adelante?".