"¿Cuando se desatará la crisis en la Argentina?" es la consulta recurrente que hacen inversores en Wall Street a los especialistas en temas latinoamericanos. La pregunta no es inocente, ni por motivos humanitarios. Sucede que los inversores en mercados emergentes ven tanto el problema como la oportunidad; dicho de otra forma, no son pocos los que opinan que, ante lo que distintos analistas consideran una inevitable devaluación del peso, los activos argentinos volverán a precios "de remate" y por lo tanto podrían constituir una muy atractiva alternativa de inversión.

No casualmente, la Argentina ha estado muy presente en la prensa norteamericana - en menos de una semana le dedicaron artículos el New York Times y el Wall Street Journal-, tras mucho tiempo sin llamar la atención de los medios locales.

El sábado pasado - un día antes del Super Bowl, la final del fútbol americano - el New York Times se refirió al caso argentino en la principal nota de su portada, haciendo referencia a una "Cash crisis" y destacando la "ausencia" de la Presidente mientras cae el peso.

La política y las perspectivas económicas fueron motivo de una conversación entre brokers que tuvo lugar en Milos, un restaurante griego que se caracteriza por contar con una pescadería donde uno puede elegir desde una langosta hasta una simple sardina para que la preparen en el momento. No entendían a qué se refiere el Gobierno cuando habla de los ataques del "neoliberalismo". Especialistas en cuestiones argentinas aclararon que, según el Gobierno, no son un partido político, sino los "enemigos del modelo nacional y popular". La complejidad de la explicación política derivó la conversación hacia temas más prácticos, como las oportunidades que ofrece el mercado argentino. Los recursos energéticos no convencionales (Vaca Muerta), están en la mira de grandes inversores que han tomado nota de un reciente informe de la agencia de energía de los Estados Unidos que sitúa a la Argentina en el segundo lugar del mundo por la cantidad de sus reservas potenciales de shale gas y en cuarto lugar por las de shale oil. Las oportunidades en materia minera (especialmente litio) también están en la lista de temas de particular interés.

En el caso del Wall Street Journal, resultó particularmente dura una nota de la columnista Mary Anastasia O´Grady, periodista que habitualmente es muy crítica de la Argentina, pero que en esta oportunidad redobló su visión negativa del país en un artículo donde se interroga sobre si la Argentina avanza hacia una nueva megadevaluación. Tanto en ese artículo como en declaraciones televisivas, O´Grady dejó entender que efectivamente se producirá una gran caída del peso.

"Que pena siempre la Argentina termina vendiendo barato sus activos", se lamentaba un importante economista de fama mundial que pidió mantener el anonimato para evitar ser vilipendiado públicamente. Descartó de manera enfática que exista una conspiración internacional contra la Argentina y, es más, se mostró optimista en cuanto a que el país podría evitar la crisis que se asoma con la adopción de algunas medidas. "Aún están a tiempo de aplicar políticas que permitan controlar la inflación" se entusiasma. También alerta sobre que ya es inevitable que Argentina este año caiga en recesión, "la duda es cuánto, es si el PBI retrocederá 1 ó 2,5%".

Uno de los temas que, según estima, el Gobierno debería encarar sin dilación, es el ajuste de ciertos precios relativos y en este sentido consideró acertados los conceptos vertidos por la presidente Cristina de Kirchner en cuanto a revisar la política de subsidios de luz y gas. "El atraso tarifario es un tema que urge resolver" explica el prestigioso economista mientras mira desde su departamento un Central Park todo nevado.

Uno de los temas que no terminan de comprender los principales analistas internacionales es la estructura de mando en la Argentina. Les cuesta creer que todos los temas son analizados por la jefa de Estado y que su Gabinete no se atrevería a tomar una decisión sin consultar a la "Jefa o la Doctora", como se la menciona en los pasillos de la Rosada.

Se sorprenden al enterarse que su hijo Máximo "es muy influyente" y no entienden cómo puede asistir a su madre en la tarea de gobernar sin tener un cargo público concreto. Más difícil de explicar es el rol del exministro de Economía, Hernán Lorenzino, quien ahora detenta la titularidad de la Unidad de Renegociación de la deuda externa, pero que en la práctica, dicen, no tiene poder de decisión. "Esto lo sabemos por propia experiencia", comenta un abogado vinculado a la causa que mantienen contra la Argentina los fondos buitres, en momentos en que se especula con la posibilidad de un pronunciamiento sobre el particular de la Corte Suprema de los Estados Unidos.

Justamente, en estos días la deuda argentina es uno de los temas preferidos de los operadores de bonos de mercados emergentes. Es que consideran que el país "deberá normalizar sus relaciones financieras internacionales para conseguir los créditos que necesita para recomponer las reservas" y, por lo tanto, están a la búsqueda de títulos con perspectivas de rápida valorización.

Las acciones también son motivo de análisis. El viernes pasado, importantes inversores conversaron sobre la valuación de los bancos del país que, a primera vista, han llegado a valores muy interesantes. El diálogo tuvo lugar en el restaurante Shun Lee, el mismo que se hizo famoso porque era donde iba a comer Gordon Gekko, protagonista de la película Wall Street. Y la oportunidad también era propicia para nuevas iniciativas, ya que ese día se realizaba un banquete de diez platos para celebrar el inicio del año lunar chino, en este caso bajo el símbolo del caballo de madera.