Tendrá que pasar un tiempo largo para que a Antonio Caló se le suavice el recuerdo del furibundo cross a la mandíbula que le propinó la Presidenta esta semana por cadena nacional. La desautorización destemplada de Cristina Kirchner al dirigente gremial que con más esmero acompaña el relato del Gobierno pintó en toda su dimensión la pobre ponderación que la mandataria tiene en realidad del conjunto de expresiones del movimiento sindical peronista.
Así de clarito se entendió en el mundo gremial, que de inmediato activó sus dispositivos de defensa corporativa. Todos para uno como los mosqueteros, las cinco centrales sindicales salieron en masa a apañarlo al maltratado jefe de la UOM; configurándose así el pequeño milagro de un reagrupamiento sindical que habrá que atribuírselo por entero a la doctora Kirchner.
Pero la unidad no se administra así nomás. Por ahora, cada cual con lo suyo: Caló y los gremios de la CGT oficialista aguardarán unos días más a que el Gobierno satisfaga alguna demanda que justifique seguir atados a la suerte del kirchnerismo.
Luis Barrionuevo habla de medidas de fuerza ya, pero su socio Hugo Moyano prefiere seguir pegando desde la política, aunque también analiza posibles acciones conjuntas en compañía de la CTA opositora de Pablo Micheli. Hasta Hugo Yasky, jefe de la CTA versión K, se ha manifestado en contra de la Presidenta. Y gremios docentes de esta central se despacharon con un pedido de 61% de incremento en sus haberes.
"Cristina se dio cuenta de que se mandó un macanón", dijo a Infobae un vocero gremial al explicar por qué Caló fue recibido de manera furtiva el miércoles en Olivos. "Necesito verte en forma urgente", le había dicho el sindicalista entre dientes a la Presidenta inmediatamente después que ésta lo había puesto nocaut. Según dicen sus aliados, el metalúrgico tuvo en su posterior excursión a la Quinta la posibilidad de informar que casi el 70 por ciento de la UOM "cobra salarios menores de 5 mil pesos", una suma que con el actual nivel inflacionario, devaluaciones mediante, "no alcanza para que hoy coma una familia", ratificó.
Se desconoce qué contestó Cristina a su visitante con el orgullo herido y de futuro recorrido incierto (el jefe de Gabinete Jorge Capitanich no reconoció la reunión). Pero lo que haya dicho la Presidenta abrió una lucecita de esperanza entre los referentes de la central oficialista, que ayer se reunieron, formato mesa chica, en el gremio del taxista Omar Viviani, para reordenar los libretos.
Esperan en concreto que el lunes o martes vuelvan a producirse reuniones entre la Presidenta y Caló, pero a las que se sumarían ahora otros funcionarios y otros dirigentes sindicales de ese palo. Dicen que podría "haber novedades" positivas sobre la monumental deuda de 20 mil millones de pesos que el Gobierno tiene con las obras sociales.
Pero lo que más ansían todos es que la administración K de luz verde al pago de una suma puente que lleve algo de alivio a los sectores asalariados hasta tanto se puedan renovar los convenios, una vez que se tengan más certezas del rumbo de la economía. "Lo que no vamos a admitir es que las paritarias tengan techo", señaló a este medio el portavoz de uno de los grandes gremios de servicios.
En llamas por sus contrapuntos con la Presidenta, Barrionuevo informó a este medio que antes de marzo volverán a sacar pecho sus gremios fieles y los de Moyano en un plenario al estilo del reciente en Mar del Plata, donde posiblemente se decidiría un plan de lucha. "Si nos reunimos es para decidir una acción contra un Gobierno que está ausente", apuntó el gastronómico. "Ese es el error que están esperando que cometamos", contrapuso un vocero del moyanismo.
A Moyano, hay que decirlo, cada vez se lo ve más relajado con el ensanchamiento de sus contactos con fuerzas políticas no peronistas y con entidades empresariales y sociales insospechadas de kirchnerismo. Con Macri fueron todas coincidencias; lo mismo el miércoles en la tertulia con sectores empresarios en la Rural.
Hoy, dicho sea de paso, volverá a juntarse la tropa moyanista. La vidriera para mostrarse agrupados y darle continuidad a las descargas contra el kirchnerismo será la inauguración formal del nuevo edificio de los petroleros privados. La ronda seguirá el martes con el socialista Hermes Binner y el 18 con el pleno del comité nacional de la UCR.
También tuvo ayer su mesa chica la CTA de Micheli, que en principio volvería a la calle en compañía de Moyano el mes que viene. Habrá qué ver que sale de la reunión que tienen programada el camionero y el estatal para ajustar detalles, y aclarar de paso alguna declaración lapidaria de Micheli sobre la visita de Moyano al jefe de Gobierno de la Ciudad. "Con Moyano no tenemos una relación; nos aproxima la unidad en la acción", sabe aclarar Micheli los términos de una sociedad con límites muy precisos.
A todo esto, el Gobierno busca meterle en la cabeza al sindicalismo que la defensa del puesto de trabajo es hoy --o debería ser-- mucho más trascendente que la propia pelea por el mejoramiento del salario. Sostiene ese argumento respaldándose en que la progresiva destrucción de empleo es un dato de la realidad, a nivel mundial, que no se puede soslayar ni discutir. Pero también refuerza sus posiciones en base a otras conclusiones ciertamente mucho más discutibles.
El Ministerio de Trabajo acaba de elaborar un informe sobre seguimiento de la evolución de precios y salarios durante 2013, en el que se concluye que los salarios nominales se incrementaron el año pasado en mayor medida que los precios de los bienes y servicios que consumen las familias argentinas. A los gremios no les da igual esa cuenta, ni de lejos.
"De acuerdo a la información analizada, en 2013 la remuneración promedio de los asalariados registrados del sector privado (6,4 millones de trabajadores) creció en términos reales, más allá del índice de precios al consumidor (IPC) que se utilice como referencia", dice este trabajo de la cartera laboral que para su elaboración prescindió de los servicios del INDEC. Se aclara que los IPC utilizados fueron los de distintas provincias, el de la consultora Bein y Asociados y el llamado IPC Congreso: "Una de los que registra las variaciones más elevadas", destaca el documento de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales publicado en Internet.
El bueno de Caló, apenas un par de días antes de recibir la monserga presidencial, había dado prueba justamente de la "prudencia" que desde la Casa Rosada reclaman al sindicalismo para negociar mejoras salariales. "Primero que los salarios está la preservación de los puestos de trabajo. Si no hay trabajo, no se pueden discutir sueldos, no se puede discutir impuesto a las ganancias ni paritarias", sostuvo el metalúrgico sin sospechar que como todo premio recibiría un tirón de orejas de los que más duelen.
La CGT oficialista que comanda Antonio Caló convocó para el próximo jueves a una reunión del Consejo Directivo para evaluar los pasos a seguir de cara a las paritarias, aunque antes habrá una audiencia con Cristina Kirchner para encaminar las paritarias y bajar la tensión tras el cruce de la Presidente con el metalúrgico.
La convocatoria al Consejo Directivo se resolvió ayer en una reunión de la denominada mesa chica de esta central que se realizó en la sede del gremio de Peones de Taxis y que contó con la presencia de Caló, el anfitrión Omar Viviani; Héctor Daer (Sanidad); Ricardo Pignanelli (SMATA), Alberto Roberti (Petroleros); Horacio Ghilini (Docentes privados) y Sergio Romero (UDA); entre otros secretarios generales.
De todos modos, aún más importante será la reunión que mantendrán durante el curso de la semana próxima con la jefa de Estado, luego de que Cristina Kirchner acercara posiciones con Caló en un encuentro privado que mantuvieron este miércoles por la noche en la residencia de Olivos.
Esa audiencia sirvió para bajar la tensión tras el reto público de la mandataria al sindicalista por haber dicho que actualmente hay trabajadores a los que el salario "no les está alcanzando para comer".
Según supo la agencia Noticias Argentinas y el diario Ámbito Financiero, en ese hermético encuentro el metalúrgico y la mandataria coincidieron en la necesidad de recuperar el poder adquisitivo de los sueldos de los trabajadores tras el alza del costo de vida y la devaluación, por lo que se espera que definan el rumbo de las paritarias de este año y que Cristina Kirchner en su próximo discurso público haga mención a esa cuestión.
El metalúrgico había quedado en una incómoda posición luego de los cuestionamientos de la jefa de Estado, mientras además intenta conciliar los roces en el seno mismo de su central, donde existe una sorda pugna entre los más alineados a la Casa Rosada y los que reclaman posturas más duras contra el Gobierno.
En ese contexto, la CGT oficialista sufrió semanas atrás la fuga de dos sindicatos clave del área de transporte que tienen previsto sumarse a la reunificación de las CGT opositoras de Hugo Moyano y de Luis Barrionuevo.