Gran parte de los trabajos de ampliación del Canal de Panamá quedaron detenidos el miércoles, luego de que fracasaran las negociaciones entre el consorcio constructor y la autoridad de la vía interoceánica sobre quién asumirá los millonarios sobrecostos de la obra.
El consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por la española Sacyr, y el Gobierno de Panamá mantienen una disputa sobre los 1.600 millones de dólares de sobrecostos en el proyecto y en los últimos días mantenían conversaciones en búsqueda de una solución.
GUPC dijo en Madrid que la ruptura ponía en riesgo la expansión de la ruta transoceánica, que podría verse retrasada hasta cinco años según previsiones de una aseguradora, y atribuyó el fracaso a la "posición injustificadamente rígida" de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
"Sin una solución inmediata, Panamá y ACP enfrentarán años de disputas ante los tribunales nacionales e internacionales sobre los pasos que han llevado el proyecto al borde del fracaso", dijo el consorcio en un comunicado.
Por su parte, el jefe de la ACP, Jorge Quijano, dijo en Ciudad de Panamá que el consorcio ha sido "inflexible" en su posición y que ahora la autoridad evalúa los próximos pasos a seguir. Asimismo advirtió que los trabajos serán terminados en el 2015, de acuerdo al calendario, "con o sin GUPC".
"La distancia entre las partes se mantuvo demasiado grande, principalmente porque las pretensiones de GUPC han atentado contra las intereses de Panamá y su canal", agregó Quijano en una conferencia de prensa.
"En estas negociaciones cada vez que se acercaba a un acuerdo, GUPC endureció su posición y regresó a su propuesta inicial de que ACP sería responsable por las cifras exorbitantes por los supuestos sobrecostos", señaló.
Sin embargo, Quijano expresó optimismo de que aún había una ventana para llegar a un acuerdo, aunque también advirtió que se cerraba "minuto a minuto".
GUPC también destacó que la situación ponía en peligro hasta 10.000 puestos de trabajo, cuyas nóminas para esta semana están ahora en el aire pendientes de una factura de 50 millones de dólares discutida en las últimas reuniones.
La ACP demandó más tarde en un comunicado a GUPC reanudar los trabajos. La Autoridad ha dicho que está dispuesta a asumir el control de la ampliación si el consorcio cumple la amenaza de parar las obras.
"Apoyemos la decisión que tome Canal de Panamá, cerremos filas. Es una irresponsabilidad lo realizado por GUPC", dijo el presidente de la nación centroamericana, Ricardo Martinelli, a la televisión local.
DEVOLUCION DE ANTICIPOS, UN GRAN ESCOLLO
La financiación de 1.600 millones de dólares adicionales que el consorcio entiende son necesarios para concluir el tercer juego de esclusas del Canal llevó al GUPC a amenazar a las autoridades panameñas a principios de año con una paralización de las obras.
El acuerdo está aparentemente atascado en unos anticipos de 785 millones de dólares concedidos por la ACP, que exige sean devueltos en plazo; mientras que el consorcio, necesitado de liquidez inmediata para continuar los trabajos, basaba su propuesta en pedir un aplazamiento a esa devolución en espera de que los arbitrajes resolviesen las diferentes reclamaciones.
"La mayor parte del aporte de la ACP es mediante la extensión del plazo para la devolución de los fondos ya adelantados y que están plenamente asegurados, para que GUPC sea capaz de poner más fondos en el proyecto ahora", dijo el consorcio el miércoles.
La propuesta del GUPC se basaba asimismo en que la ACP aportaría nueva financiación por 100 millones de dólares, lo mismo que el consorcio, que pondría además otros 400 millones de dólares adicionales.
Una fuente consultada por Reuters el mes pasado había señalado que una de las opciones para conseguir fondos era convertir en préstamos las garantías del proyecto.
PIERDE SACYR
La ruptura de las conversaciones con Panamá provocaban que las acciones de Sacyr perdieran lo recuperado el martes y cayeran más del 6 por ciento tras la primera hora de negociación en Madrid. Mientras que las de Salini Impregilo, el otro integrante importante del proyecto, bajaban cerca del 3 por ciento en Milán.
"Ayer el mercado descontó que hubiese un acuerdo y hoy que no se haya producido. Pero el daño en cuanto a imagen ya está hecho. Les saldrán más contratos pero todo lo que hagan lo van a mirar con lupa", dijo un operador en Madrid que quiso mantener el anonimato.
Varios analistas consultados por Reuters dijeron que aún es pronto para evaluar el impacto que el ya deficitario proyecto tendrá en Sacyr, ya que se avecina una larga batalla legal.
"Recientemente, Sacyr comunicó a la CNMV que tenía (una exposición de) 476 millones de euros en anticipos y garantías asociados al proyecto. Podemos considerar esta cifra como el peor escenario, pero el impacto real sólo se fijará tras años en los tribunales si no hay un acuerdo final", dijo Juan Carlos Calvo, analista de ESR.
Y PIERDE PANAMA
Analistas de Banc Sabadell dijeron en un informe para clientes que el retraso en el proyecto tendría un costo elevado para Panamá, que espera que la ampliación genere millones de dólares en ingresos proyectados en peajes al posibilitar el tráfico de barcos de mayor tamaño.
"La ruptura generaría un retraso y éste tendría un coste altísimo para la ACP (por el lucro cesante), por lo que nosotros creemos que no hay que dar la ruptura como hecha", señaló el broker español.
El GUPC aseguró que mantenía su voluntad negociadora y señaló en el comunicado que el fracaso en torno al tercer juego de esclusas "dejará una sombra permanente sobre el proyecto de expansión del Canal de Panamá en los libros de historia".
La disputa por los sobrecostos de ampliar una de las rutas marítimas con más tráfico del mundo viene de largo, aunque no salió a la luz pública hasta hace algo más de un mes, y en ella se han ofrecido como mediadores gobiernos de España e Italia y la Comisión Europea.
El consorcio de Sacyr ganó en julio del 2009 el contrato con una oferta de 3.120 millones de dólares, por debajo de lo que se había fijado como referencia la ACP y 1.000 millones inferior a la de su siguiente contendiente, un consorcio de la constructora estadounidense Bechtel.
Además de Sacyr y Salini Impregilo, el consorcio está integrado por la belga Jan De Nul y la panameña Constructora Urbana (CUSA).
(Información de Jose Elías Rodríguez en Madrid y Lomi Kriel en Ciudad de Panamá. Editado por Adriana Barrera en Ciudad de México, Carlos Aliaga/Mónica Vargas vía Mesa Santiago)