El plan de YPF SA de desarrollar las reservas de esquisto de Argentina peligra en tanto los inversores abandonan los mercados emergentes y el gobierno, su mayor accionista, enfrenta una crisis cambiaria.
La deuda denominada en dólares de YPF SA por u$s 500 millones con vencimiento en 2018 se desplomó 8,8% desde el 21 de enero, la víspera de que Argentina iniciara su mayor devaluación del peso desde 2002. Las pérdidas de los bonos son las peores entre 132 bonos con vencimiento similar emitidos por petroleras, que declinaron un promedio de 0,1%. La caída hizo que los rendimientos de los pagarés de la compañía estatal subieran 2,51 puntos porcentuales hasta un récord de 10,45% el 31 de enero.
Si bien el directorio de YPF autorizó el mes pasado la venta de u$s 1.200 millones en bonos, los costos de endeudamiento más altos pueden llegar a dificultar su posibilidad de obtener financiamiento de deuda en el exterior en tanto la caída del peso reduce el valor de sus ganancias, según la empresa de investigación Elypsis con sede en Buenos Aires. YPF, que fue confiscada en abril de 2012, no ha aumentado los precios del combustible después de la devaluación de 15% pese a que rivales como Royal Dutch Shell Plc trasladaron los costos más altos para dar cuenta del peso más débil.
Si no pueden subir los precios por decisiones políticas, los inversores exigirán una prima más alta, dijo en una entrevista telefónica Andrés Azicri, director en Elypsis. Será más caro vender deuda en el exterior.
El máximo responsable ejecutivo, Miguel Galuccio, que se asoció con Chevron Corp. en un acuerdo de inversión por u$s 1.200 millones en julio, recaudó u$s 650 millones en el mercado internacional de bonos el año pasado para comenzar a desarrollar los depósitos de esquisto. La venta en el exterior fue la primera realizada desde 1998. YPF incrementó la magnitud de la oferta de diciembre en un 66%o hasta u$s 500 millones. El directorio aprobó la idea de YPF de vender más bonos el 23 de enero, pero la empresa no ha anunciado ningún plan de emisión.
Si bien la deuda de YPF rinde actualmente 8,8 puntos porcentuales menos que bonos públicos de igual vencimiento, la influencia política sobre las decisiones de la empresa llevará a los inversores a exigir rendimientos más altos que en el caso de productores petroleros administrados en forma independiente. Shell aumentó los precios un promedio de 12% en sus estaciones de servicio, que representan un 18% del mercado. YPF, que es propietaria de 1.500 estaciones de servicio, o sea el 58%, subió los precios por última vez a comienzos del año un 7%.