El Gobierno mantuvo ayer reuniones con el sector automotor y de la minería para pedirles cooperación en el financiamiento de sus importaciones y con ello restar tensión sobre las reservas del Banco Central. Fue en buena medida la continuidad del encuentro que lideró el ministro de Economía, Axel Kicillof, el viernes por la tarde en el Palacio de Hacienda junto a empresas del sector químico, petrolero, siderúrgicas, cámara de importadores y neumáticos. En esa ocasión, Kicillof detalló que en el país cien empresas explican el 70 por ciento del comercio exterior. Con esos jugadores el Gobierno negocia para relajar la situación en el frente externo hasta marzo, cuando comience la entrada de la nueva cosecha gruesa, principalmente de soja.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, recibió junto al ministro de Planificación, Julio De Vido; la titular de Industria, Débora Giorgi, y los secretarios de Minería e Industria, Jorge Mayoral y Javier Rando, a las empresas del sector minero. Asistieron la cámara minera y las firmas Glencore Xstrata, Barrick Gold, Goldcorp, Yamana Gold y Pan American Silver. Los funcionarios pidieron a los empresarios que las importaciones del sector, que consisten básicamente en bienes de capital, sean financiadas directamente por las casas matrices. Desde las firmas quedaron en estudiar esa posibilidad, aunque advierten que la dificultad para girar dividendos complica ese tipo de negociación con las casas matrices. Habrá en los próximos días reuniones operativas.
Las automotrices fueron recibidas por Débora Giorgi, el secretario de Comercio, Augusto Costa, y la secretaria de Comercio Exterior, Paula Español. La intención es que cada empresa presente una propuesta para mejorar el financiamiento de sus importaciones. Si la firma tiene equilibrio comercial, es decir que exporta tanto como lo que importa, entonces podrá no modificar su operatoria. Es el caso de Toyota. Para los demás, la idea es que incrementen el plazo de pago al exterior, desde los 45 días en la actualidad a más de 90 días. Para conseguir ese cambio en los plazos de pago, las automotrices deberán acudir a las casas matrices.
El Gobierno busca desactivar la presión sobre las reservas a partir de la baja en los pagos de importaciones de estas grandes empresas, que de acceder a la propuesta oficial podrían mejorar su esquema de financiamiento en términos de demandas de divisas. Los funcionarios dijeron que las firmas que se acoplen al nuevo esquema “serán premiadas”, por ejemplo a través de menos trabas para adquirir insumos del exterior. En el sector privado, como ante cada iniciativa oficial de este estilo, se dividen aguas entre aquellos que perciben una oportunidad para ganar espacio en el mercado interno y otros que sólo se enfocan sobre la dificultad que supone modificar el esquema de negocios.
Además de los encuentros sectoriales, Giorgi anunció el lanzamiento del programa Incubar, con aportes no reembolsables de hasta 150 mil pesos para “consolidar planes de negocios de nuevas empresas y reintegros para las instituciones por gastos de incubación para los emprendedores”, indicó la cartera industrial.
iEco.
La última semana de enero, en la que las reservas cayeron casi diez millones de dólares por hora, marcó una novedad en la información estadística del Banco Central: la ampliación de la brecha entre los resultados provisorios y definitivos a dimensiones sin antecedentes.
El viernes 31 de enero, el BCRA informó un nivel de reservas provisorio para esa jornada de 28.100 millones de dólares, con lo que el balance semanal arrojó una pérdida de 963 millones y el mensual una de 2.499 millones de dólares.
Pero el resultado definitivo dado a conocer hoy para ese día fue de 27.742 millones de dólares, con lo que también se alteraron los resultados de la semana y el mes, con caídas de 1.130 millones y 2.857 millones de dólares, respectivamente.
Habitualmente, el BCRA informa los niveles provisorios de las reservas al término de cada jornada y los definitivos con 48 horas de demora. Por ajustes en las cotizaciones del oro, títulos y monedas que integran las reservas de la entidad, suelen existir diferencias en los valores provisorios y definitivos, pero nunca en niveles significativos.
Por dar algunos ejemplos, el 11 de diciembre de 2013 la diferencia fue de 9 millones de dólares (0,03%) y el 16 del mismo mes fue de 31 millones (0,1%).
El lunes 27 de enero, en coincidencia con el inicio de la flexibilización para la adquisición de moneda extranjera para tenencia personal, se hizo evidente un cambio de tendencia: la brecha entre los valores provisorio y definitivo fue de 185 millones de dólares (0,64%), para llegar a un máximo de 448 millones (1,58%) el jueves 30.
Por otra parte, el BCRA absorbió hoy 11.391 millones de pesos y 187 millones de dólares a través de la adjudicación de Letras (LEBAC), según informó la entidad al término de la subasta. La autoridad monetaria debió convalidar tasas en pesos que oscilarin entre el 28,5% y el 30,41%, mientras que en dólares fueron desde el 2,5 al 4%.
El Banco Central prefirió intervenir en el mercado de futuros antes que vender en la plaza mayorista. La entidad conducida por Juan Carlos Fábrega jugó fuerte para desinflar expectativas de devaluación en los contratos a futuro al tiempo que casi no autorizó compras en el mercado spot para cuidar sus divisas. Las reservas, de todas formas, cayeron u$s 95 millones en el día, quebraron la barrera de los u$s 28.000 millones y quedaron a u$s 27.908 millones. El mayorista cerró a $ 8,006, nivel que milésimas más, milésimas menos mantiene desde que saltó a $8.
En el mismo día en el que llevó las tasas de Lebac a niveles récord (ver página 2),el BCRA atacó las tasas de devaluación en los contratos futuros en un esfuerzo por convencer al mercado de que la la suba del dólar llegó a su fin.
La autoridad monetaria cerró contratos futuros por unos u$s 250 millones en un mercado que movió un volumen total de u$s 260 millones. Los cañones de Fábrega apuntaron a los contratos que van desde febrero hasta abril (es decir, hasta la cosecha) y los dejaron en tasas del 31%, 30% y 34% por ciento nominal anual, respectivamente. Los precios marcados para esas fechas fueron $ 8,2050, $ 8,4264 y $ 8,6900, respectivamente.
Con tasas de interés en pesos que podrían saltar por encima del 30% luego de la licitación de Lebac de ayer, desinflar las expectativas de suba del dólar por debajo de ese nivel convencería a exportadores de ingresar divisas y ayudar así a recomponer el nivel de reservas.
Según datos de Ciara-CEC, en enero ingresaron u$s 1.069 millones en concepto de liquidación de exportaciones, unos u$s 400 millones menos que en mismo período del año pasado. Expectativas de mayores subas del dólar y una cosecha fina peor a la de 2013 explican esa caída.
La esperanza de Fábrega es desactivar esas expectativas para que el flujo de divisas vuelva a ser positivo y las reservas alteren el rumbo: en enero perdieron u$s 2.800 millones y ayer quedaron en niveles que no se veían desde 2006.
Mientras busca atraer divisas, Fábrega cuida las pocas que tiene. La plaza cambiaria mayorista operó un volumen prácticamente nulo, de apenas u$s 126 millones.
Según operadores, la mesa del Central autorizó muy pocas compras, como ya viene haciendo desde la semana pasada. De esa manera evita tener que hacer ventas por hasta u$s 277 millones como las que concretó en los últimos días de enero.
El BCRA exige que los bancos informen compras mayores a u$s 300.000 con 10 días de anticipación y, así, programa todas las operaciones de cierta relevancia. Es es su herramienta para reducir la actividad.
Los únicos pagos que tienen vía libre son los de energía, los de las tarjetas de crédito y lo que se autoriza para atesoramiento, dijo un corredor cambiario.
El freno a los pagos al exterior le permitió al BCRA reducir a cero las ventas de divisas para sostener la actividad cambiaria. En la última semana de enero, tras devaluar el peso 15%, promedió ventas diarias por u$s 40 millones. En las primeras dos ruedas de esta semana, en cambio, no vendió un centavo. También aminoró la velocidad de pérdida de reservas: ayer perdió u$s 95 millones y el lunes u$s 97 millones, frente a los u$s 190 millones que promedió la semana pasada.
Ámbito Financiero. Por: Ezequiel Orlando
Las reservas en poder del Banco Central perforaron ayer la barrera de los u$s 28.000 millones, al cerrar en u$s 27.908 millones, luego de que la entidad, aunque no intervino en el mercado cambiario, perdiera u$s 95 millones.
Ayer, las acciones bancarias y energéticas fueron las protagonistas de la rueda bursátil. También hubo compras de oportunidad de los papeles argentinos en Wall Street y esto mejoró la perspectiva de los papeles locales.
En el caso de las acciones de los bancos, "fueron vistas como una oportunidad para volver a entrar al mercado por quienes habían reestructurado sus carteras y vendido papeles para tomar ganancias la semana pasada. Con la devaluación, muchos trataron de sacarse de encima participaciones locales, que ahora están recomprando de a poco", explicó el analista Marcelo Fontana a Ámbito Financiero. El Merval subió el 0,8% a 6.138,20 unidades. El Grupo Financiero Galicia trepó el 3,3% y el Banco Francés avanzó un 0,9%. El Macro fue la excepción, ya que se hundió el 2,9%. Las principales compañías energéticas también cerraron en alza. YPF encabezó las alzas y terminó con una ganancia del 4,7% y Pampa Energía acompañó con un 0,9%. Telecom se destacó, con un ascenso del 4,3%.
Adicionalmente, los bonos nominados en dólares siguieron firmes en sus aumentos. Es que son los más demandados para la operatoria del contado con liquidación, que se negoció a $ 12,43, con una baja de veintidós centavos. Pese a la semiapertura del cepo cambiario implementada desde el lunes 27 de enero que redujo la actividad cambiaria bursátil, esta semana se retornó a la compra de billetes por esta vía y con renovada fuerza. Las autorizaciones para la compra de billetes estadounidenses para ahorro en los bancos aflojaron los pedidos de las transacciones del 'contado con liqui', pero ahora se reactivaron. "En parte, porque los grandes inversores no pueden obtener la cantidad de divisas que pretenden si el máximo permitido es del 20% de los ingresos. El que quiere seguir fugando divisas puede, aunque sea ahora más caro", expresó un operador bursátil.
Además, las empresas quedan fuera de esta flexibilización de las restricciones del tipo de cambio y, cuando necesitan billetes, recurren a la Bolsa. No ocurre lo mismo con el caso de los pequeños ahorristas que ganan menos de los $ 7.200 necesarios para acceder al nuevo sistema.
Por el lado de los bancos, el dólar oficial disminuyó un centavo a $ 8,015, lo que permitió un descenso menor en los tipos de cambio para el ahorro a $ 9,618 y tarjeta a $ 10,82.
El panorama continuó igual en las cuevas porteñas, donde las compras fueron efímeras y por pocos montos. El precio del "blue" se mantuvo en $ 12,55.
Desde la fuerte devaluación, las casas de cambio informales se esfuerzan por mantener a la moneda paralela por encima de los $ 12. Ayer, sin embargo, debieron achicar la brecha de la punta compradora medio centavo a un peso, dado que eran menos las compras de dólares que podían realizar de quienes volvieron del exterior con unos pocos billetes.
Mientras en público las acusa de un posible fraude, en privado el Gobierno sigue intentando que las empresas ingresen dólares al país “por las buenas”. Ayer, juntó a los número uno de las automotrices, en un encuentro que resultó una continuación del que tuvieron el viernes pasado, y en el cual les pidió que busquen la forma de financiar sus importaciones con dólares de afuera. Del lado oficial, estuvieron la ministra de industria Débora Giorgi y el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa. Jorge Capitanich estuvo ausente.
Se habló de cómo marchaba el pedido de reducción del 20% en las importaciones que el Gobierno les hizo a fines del año pasado. Entre las empresas habían quienes habían logrado la meta y hasta sobrecumplido y quienes estaban en falta. Los funcionarios insistieron en que las empresas deben presentar un plan para reducir la salida de divisas. Aunque no les pusieron plazos, les dieron a entender que quienes lo hagan tendrán algún tipo de reconocimiento.
Capitanich sí se reunió con empresas del sector azucarero y minero. En el encuentro con estas últimas estuvieron también Costa, Giorgi, el ministro de Planificación, Julio De Vido y el secretario de Minería, Jorge Mayoral. Según indicaron desde las compañías –hubo directivos de Glencore Xtrata, Goldcorp, Yamana Gold, Barrick, Pan American Silver y Loma Negra– la reunión fue buena y, aunque el Gobierno reconoció que no era el mejor momento para el sector a raíz de los precios de los minerales, les pidió que intentaran que las casas matrices sean las que paguen las importaciones. También les solicitaron que apuren lo más posible la liquidación de las exportaciones, aunque no hicieron ningún comentario sobre las investigaciones que están llevando adelante por supuestos fraudes en comercio exterior (ver aparte).
Aunque entienden la postura del Gobierno, en las empresas hay resistencia. Sobre todo, no saben cómo convencer a las casas matrices de que sigan mandando dólares a la Argentina cuando el país les habilita el giro de dividendos con cuentagotas.