A pocas horas del final del plazo para alcanzar un pacto, el embajador en Madrid dice que la negociación por los sobrecostes del Canal con Sacyr “está cogiendo aire”.
Roberto Eduardo Arango, embajador de la República de Panamá en España, ha dado una de cal y otra de arena ante un centenar de empresarios españoles reunidos en un desayuno convocado por Executive Forum España en Madrid. La ingeniería y las empresas españolas “son punteras”; se han instalado en un número de 1.500 en el país centroamericano y han adquirido “un papel relevante” en los planes de desarrollo en Panamá. El contencioso surgido en torno a la obra de ampliación del Canal de Panamá, sin embargo, representa “un importante toque de atención para que afinen el lápiz” cuando realizan los presupuestos de costes en las ofertas de licitación.
Arango, ante las preguntas de los asistentes, no eludió pronunciarse sobre el proceso final de discusión que mantiene la Autoridad del Canal (ACP) y el Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que lidera Sacyr, para repartir el impacto de los sobrecostes generados durante el proyecto de ampliación. La negociación, que debería concluir a lo largo del martes, “está cogiendo buen aire” señalo Arango quien anunció que el presidente de la República, Ricardo Martinelli, tiene previsto comparecer a lo largo de la jornada para dar cuenta del final de la negociación y de las “decisiones que, como consecuencia, se han tomado”.
Arango fue tan taxativo a la hora de apuntar su “deseo de que la obra se finalice conforme a lo estipulado en el contrato”, como al señalar que la ampliación se terminará “con o sin” el grupo de Sacyr. Panamá ha contraído unos “compromisos ineludibles” con los países vecinos, con el tráfico marítimo y con los puertos de la zona que “en ningún supuesto vamos a incumplir”, advirtió.
El embajador afirmó que, en base al proyecto de modernización del Canal de Panamá, se están acometiendo obras de ampliación de capacidad en 90 puertos del Pacífico y en 22 puertos de Estados Unidos. “Nosotros realizamos una inversión de 5.300 millones en las nuevas esclusas, pero solo en EEUU hay programados gastos por 15.000 millones”, que no se justifican con la anterior capacidad del Canal.
El embajador reconoció “el derecho de otras empresas” a postularse para finalizar las nuevas esclusas, si no se llega a un acuerdo con Sacyr y sus socios. “El Canal no está platicando con Bechtel, hasta donde yo sé, pero tiene que tener un plan B para terminar la ampliación. El mensaje debe ser claro: vamos a terminar las obras”. La voluntad del Gobierno panameño es inaugurarlo en la fecha “más próxima posible” a la fijada oficialmente en verano de 2015.
El embajador de Panamá restó importancia al impacto que en el futuro pueda tener la obra de un canal paralelo, cuyo proyecto se está acometiendo en Nicaragua con capital chino por un importe estimado de 50.000 millones. “Lo que tenemos en Panamá no es solo el Canal. En cien años hemos desarrollado un amplio dispositivo logístico, con una capacidad para almacenamiento de contenedores y su posterior transporte multimodal”.
El embajador Arango se mostró convencido de que el Gobierno que salga de las próximas elecciones que se celebrarán en Panamá “mantendrá íntegramente” el Plan de Infraestructuras que ha puesto en marcha el Ejecutivo de Ricardo Martinelli. Con una inversión de 18.000 millones de euros, cuenta ya con la participación de unas 1.500 empresas españolas, “la mayoría de ellas pequeñas y medianas”. El plan es un proyecto de los que “allí calificamos de imperdonables porque la ciudadanía nos lo va a seguir exigiendo”.
En su opinión, las empresas españolas no se van a ver afectadas por la imagen negativa que se pueda haber producido por el contencioso del Canal. Arango afirmó que tienen oportunidades en actividades entre las que mencionó específicamente el tendido de líneas de metro y tren, la energía eólica, el sector turístico, la cadena de frío, la ampliación de puertos y aeropuertos, los hospitales, la minería, la construcción de un sistema de pensiones y la escolarización.