Especialistas señalan que en estricto rigor el proyecto es “irremplazable”, particularmente por la reducción de costos de producción y baja de precios que produciría la hidroeléctrica por su capacidad.
Aún cuando la crisis que enfrentará el país entre los años 2015- 2020 está lejos de ser resuelta, los expertos ya están advirtiendo la siguiente que vivirá Chile en la próxima década, ello tras la postergación del proyecto HidroAysén, que al parecer no tiene fecha para su desarrollo, al menos en el corto y mediano plazo.
Según cercanos al proyecto, éste tendrá su impacto recién hacia el año 2023, considerando que aún no se somete a evaluación la línea, lo que, recién podría ocurrir en 2014, en el mejor de los escenarios. “Siendo optimistas, si demora dos años su tramitación, recién en 2016, estaría listo. A eso hay que agregarle que tomaría unos seis años en tener lista la primera central”, explicaron fuentes de la compañía hace algunos meses, precisamente cuando -la en ese entonces candidata a la presidencia- Michelle Bachelet señaló que tal como estaba planteado el proyecto lo veía inviable. Por lo mismo, el no contar con HidroAysén, sería el detonante para una crisis que partiría en 2023.
Alternativas
Sin el proyecto, la única solución para la matriz sería construir más energía termoeléctrica (carbón y GNL). El problema, es que el rechazo a HidroAysén, llevaría al país a depender de combustibles importados, dice un cercano a la presidenta electa. A esto, dicen expertos, habría que sumar que se requerirá que toda la generación hidro posible en la zona centro sur del país sea desarrollada.
María Isabel González, ex secretaria ejecutiva de la CNE, señaló en su momento que “las centrales de embalse, llámense HidroAysén u otras, son necesarias porque son las que pueden dar la base limpia y eficiente para abastecer la demanda a cualquier hora del día o de la noche, particularmente las que se ubiquen en Aysén, donde los regímenes de los ríos son de carácter glacial y no pluvial, por lo que no dependen del clima”.
Respecto del GNL, dicen los expertos, si es que se lograra un precio cercano a los US$ 8 /MMBtu, lo que sería altamente optimista, el costo de generación sería cercano a US$ 90 /MWh. En cuanto al carbón, la situación no se ve mejor, considerando el rechazo que existe en el país por este tipo de centrales.
Otros expertos del sector señalan que “en estricto rigor HidroAysén es irreemplazable, particularmente por la reducción de costos de producción y baja de precios que produciría esa importante hidroeléctrica (su capacidad proyectada es igual a cerca de la mitad de lo desarrollado en hidroelectricidad hasta la fecha en el país en 120 años), pues no hay como desarrollar símiles hidroeléctricos en el resto del país”, comentaron.
La mirada de la nuevas autoridades
La decisión del Comité de Ministros deja ahora en manos de la próxima administración el futuro de las centrales de HidroAysén. Al respecto, tanto la presidenta electa, Michelle Bachelet, como el titular de Energía designado, Máximo Pacheco, ya han manifestado su visión acerca del megaproyecto. De hecho, la presidenta durante la campaña fue enfática al señalar que tal como estaba planteado el complejo, éste no era viable. A lo que recientemente el nuevo ministro agregó que se trata de un proyecto muy complicado, muy complejo, donde la presidenta ya ha manifestado las dudas. Por lo tanto, antes de asumir el cargo lo único que puedo repetir es lo que está dentro del programa", dijo tras su designación.
Otro de los miembros del nuevo gobierno que ha hecho explícito su rechazo a la iniciativa es el futuro subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, quien anteriormente ha señalado que esta iniciativa es "incompatible con la naturaleza local y porque en la práctica es un saqueo de recursos de la región para llevárselos a la zona central".
Firma aún no toma decisión sobre línea de transmisión y sólo evalúan alternativas
Evaluando varias alternativas tecnológicas se encuentra HidroAysén respecto del otro gran componente del proyecto: la línea de transmisión. Según fuentes del grupo, no existen avances en el estudio de impacto ambiental del sistema de transmisión, luego de que hace más de un año, Colbún, uno de los socios, propusiera al directorio detener los mismos.
Desde aquella fecha, HidroAysén sólo revisa alternativas, sin tomar decisión alguna. La compañía necesita resolver el trazado en dos grandes tramos: la zona sur, donde incluso se ha visto la posibilidad de que sea submarino. No obstante, esto elevaría los costos del sistema de transmisión, los que para el caso de HidroAysén, ya estaría bastante ajustados a la fecha.
En cualquier caso, esta zona es la que presentaría mayores desafíos para el proyecto, por la resistencia que genera en la población la construcción de las líneas. De hecho, dicen cercanos, esta sería una de las razones por las cuales la presidenta electa, Michelle Bachelet, ha indicado que tal cual está el proyecto hoy, no es viable.
De resolver este tramo, la siguiente decisión de Endesa y Colbún, socias del proyecto, sería hasta dónde llegar con la línea. Así, las alternativas serían llegar hasta Santiago, con una de corriente continua dedicada sólo para HidroAysén o conectarse en ciudades más al sur.
La primera de las alternativas no sería bien vista por HidroAysén, pues no estaría bien evaluado tener un tendido paralelo al sistema actual.
Expansión del troncal
Las otras opciones consideran llegar hasta Puerto Montt o incluso Temuco, con la línea dedicada. Desde ahí, sería traspasar a la autoridad la tarea de construir las líneas de transmisión que sean necesarias. En este caso, la CNE, en base a proyecciones de demanda, oferta y otros, a través de los Estudios de Transmisión Troncal, licitaría las obras que se necesiten.
Esto le quitaría un problema a la firma, pues traspasaría la responsabilidad al órgano técnico competente. Sin embargo, dicen entendidos, aunque esta opción está sobre la mesa, no es algo que vayan a hacer hoy, puesto que el riesgo es muy grande, para el nivel de inversión que demandaría todo el proyecto.