Al problema comercial con Europa se sumó el frente interno. Afirman que comenzaron los despidos en el sector porque las industrias tienen que producir por debajo de sus costos y amenazan con tomar plantas.
La tardía respuesta del Gobierno nacional ante los pedidos de la industria local de biocombustibles, más el agregado de la devaluación del peso argentino en enero, llevaron al sector a encontrarse, en la actualidad, en una situación de "crisis absoluta" desde 2006, año de su creación.
En concreto, la Cámara de Empresas Pyme Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (Cepreb) criticó férreamente al ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, y al secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, por la falta de actualización de la publicación de precios del biodiésel para el mercado interno. Según un comunicado de la entidad, "el Gobierno cambia las reglas de juego e impulsa el quiebre forzado del sector".
La CEPREB aseguró que "la Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo (UEIM) del Gobierno nacional publicó retroactivamente los precios de venta de biodiésel correspondientes a los meses de octubre y noviembre de 2013 con una diferencia mayor que $ 1.000 por tonelada por debajo de los costos que las empresas tuvieron durante esos meses".
Desde la Cámara explicaron que la tardía decisión del Gobierno se dio inclusive a sabiendas de que el sector "es transformador de materia prima -aceite de soja-, por lo que su margen es mínimo respecto de los costos", y que "tanto la materia prima como los principales insumos -entre ellos, el metanol que se le compra a YPF y se debe abonar con pago anticipado- se abonan en pesos, pero a valor dólar".
Además, la CEPREB señaló que "durante el año 2013, la materia prima para elaborar biodiésel tuvo un incremento del 4% en dólares; el metanol, del 51%; el metilato, del 35%; y la mano del obra, del 24%, mientras que el precio del biodiésel fijado por la UEIM tuvo una variación del -1%, es decir que mientras todos los costos subieron, el precio del biodiésel disminuyó.
"Es incoherente y hasta nos cuesta entender lo que está haciendo el Gobierno nacional. Ahora, por inoperancia, publicaron cuatro meses después, y en un escenario donde todo se movió, quedamos en el piso. Y eso que nosotros siempre apostamos al sistema", se lamentó ante Ámbito Nacional un importante dirigente del sector.
Lo cierto es que el 15 de enero, la CEPREB tenía una cita con Costa. Nunca apareció el funcionario, sino un interlocutor que prometió reconocer la diferencia de tipo de cambio en la próxima actualización de precios.
El sector está integrado por 24 plantas distribuidas en siete provincias. En la actualidad, todas se encuentran con actividad frenada y al límite del "quiebre financiero", según confió un miembro de CEPREB a este diario.
La tonelada de biodiésel se tomó, con los precios actualizados de octubre y noviembre, en alrededor de $ 5.364 y a $ 5.684, respectivamente. Desde el sector informaron que para enero se debería publicar una suma "por encima de los $ 7.000 para no quedar en pérdida.
En el comunicado, CEPREB advirtió que "lo paradójico" del problema "es que el mismo Gobierno que instauró, a partir del año 2006, el Régimen de Promoción y Producción de los Biocombustibles es quien lo está destruyendo, tirando por la borda".
A todo este embrollo se le sumaron ayer las advertencias de toma de algunas plantas realizadas por el titular de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles y diputado nacional del Frente Renovador, Alberto Roberti, "a raíz de las medidas tomadas por el Ministerio de Economía", que llevaron "invariablemente a despidos de los trabajadores del sector".
La industria del biodiesel sufrió más de un traspié en los últimos años y la situación se agrava con la amenaza de que sus plantas queden tomadas por trabajadores agrupados en la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles que comanda el diputado massista Alberto Roberti.
Roberti, secretario General de la Federación, aseguró que las plantas de biocombustibles se encuentran paralizadas a raíz de las medidas tomadas por el Ministerio de Economía en referencia a los precios de las materias primas y esto conlleva, invariablemente, a despidos de los trabajadores del sector. Roberti anunció ayer que desde la Federación se evaluaba la toma de las plantas fabriles en defensa de las fuentes laborales. Ante la consulta de este diario, aseguró que los trabajadores comenzaron a recibir telegramas de despido que las tomas habían empezado a hacerse efectivas.
El sector emplea a unos 1.500 trabajadores entre grandes empresas, medianas firmas y pequeños establecimientos elaboradores de biodiesel.
Desde la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), que nuclea a las grandes productoras como Dreyfus, Bunge y Cargill, aseguraron a este diario que sus plantas no fueron tomadas.
El sector atraviesa una difícil situación tanto en el plano interno como en el externo.
La Unión Europea aplicó un arancel al biodiesel argentino que hace inviables las ventas, situación por la que el país está litigando en el plano externo.
A nivel local, medidas del Gobierno desalientan la producción, dicen las empresas. En agosto de 2012 aumentaron las retenciones a las exportaciones de biodiesel, que son móviles.
Adicionalmente, el Gobierno, que fija el precio interno del biodiesel, demora la publicación de los valores de referencia. Esta semana, por caso, se publicó el precio de octubre y noviembre. Además, se dividió al mercado en grandes empresas, grandes no integradas, medianas y pequeñas, al que se agregó ahora el ítem en estado de contingencia. Los últimos valores publicados difieren significativamente para cada tipo de empresa y son de $ 4.533 por tonelada; $ 5193; $ 5684; $ 5726 y $ 5193, respectivamente.
Todo el esquema creó incertidumbre entre grandes empresas, que abastecen el mercado interno y la exportación, y pymes que no exportan y dependen del mercado local. Pese a que el Gobierno elevó corte obligatorio del gasoil con biodiesel de 7% a 10%, por la incertidumbre, muchas plantas frenaron su producción.