Desde octubre pasado hasta ahora el poder de compra se achicó alrededor de 15%.
La decisión de la CGT y de varios gremios de reclamar un aumento salarial de $ 3.000, previo al inicio de las paritarias, responde a la nueva situación que se fue generando a partir de octubre, agravada por la devaluación del peso.
Desde hace cuatro meses hay un envión inflacionario que desactualizó la mayoría de las subas salariales acordadas en las paritarias del año pasado.
Eso se debe a que los incrementos salariales de los convenios de trabajo se pactaron en dos o tres cuotas, que se aplicaron entre abril y octubre del año pasado, antes del empujón inflacionario.
Así buena parte de los trabajadores está cobrando ahora el mismo sueldo nominal que percibió en octubre pasado. Muy pocos obtuvieron algún plus o bono de fin de año.
Así, el poder de compra de los salarios se fue achicando durante estos meses porque en promedio desde octubre los precios aumentaron más del 15%, liderados por los alimentos que registraron incrementos de más del 20%. Mayor aún fue la suba de los precios de los alimentos que componen la canasta básica.
Esta es la radiografía del atraso salarial que está detrás del planteo de reclamar un aumento de $ 3.000 mensuales para compensar la pérdida de los ingresos de los últimos meses. Y a partir de ahí comenzar a negociar paritarias “cortas” por 3 o 4 meses, para volver a sentarse y fijar el nuevo incremento salarial, en función de la evolución real que tengan los precios.
Es que el 5% estimado para enero, triplica la suba de precios de un año atrás.
Y proyecta una inflación anual muy superior al 28/32% de 2013, según las distintas mediciones alternativas.
También en todos estos meses, los 7 millones de jubilados, pensionados y beneficiarios de pensiones no contributivas están cobrando el mismo haber que tuvieron tras el último reajuste en septiembre. Sobre esta base, ya a fines de 2013, la Defensoría de la Tercera Edad reclamó un aumento de $ 900 para acercar el haber mínimo -que cobra el 75% de los jubilados— al valor del salario mínimo, vital y móvil. Si ese reclamo era válido en diciembre, ahora el monto a reclamar debería ser superior.
En igual o peor situación están las familias de los 3,5 millones de hijos beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo que continuaron cobrando desde julio los $ 460 por cada chico. Se calcula que la AUH debería superar los $ 600 para igualar el poder de compra que tenia cuando se lanzó a fines de 2009.
Sin embargo no está previsto que todos estos sectores tengan en los próximos días algún incremento en sus ingresos.
El próximo ajuste de los jubilados, pensionados y pensiones no contributivas es recién en marzo en base a una fórmula que toma en cuenta lo que pasó con los salarios y la recaudación tributaria entre julio y diciembre, de 2013, dejando afuera la mayor inflación que se espera para el trimestre de 2014. Y la AUH no tiene calendario de actualización, sino que depende de la decisión de los funcionarios.
Así, la inflación está achicando el ingreso de las familias de los sectores de menores recursos, como jubilados y beneficiarios de prestaciones sociales. Y aunque más adelante estos sectores obtengan alguna suba en el beneficio no recuperarán lo perdido en estos meses.
El aumento de $ 3.000 busca reparar esa pérdida que, en un valor proporcional, debería extenderse a todos los sectores.