El presidente de la estatal viajó a Malasia para intentar un convenio similar al que firmó con Chevron.
Aunque la crisis cambiaria pega de lleno en los números de la empresa que conduce, el presidente de YPF, Miguel Galuccio, focalizó su actividad de los últimos días en cuestiones que, considera, apuntan al largo plazo. El jueves de la semana pasada recibió en su oficina de Puerto Madero al español Nemesio Fernández Cuesta, número dos de Repsol y hombre de confianza de su presidente, Antonio Brufau, para avanzar en el cierre de un acuerdo por la expropiación de las acciones de la compañía ibérica.
Ambos ejecutivos marcaron una fecha en el calendario: creen que el Consejo de Repsol podría aprobar no más allá del 26 del mes próximo el acuerdo para saldar el conflicto por la expropiación del 51% de las acciones de Repsol en YPF, uno de los mayores desafíos que se propuso Galuccio desde su llegada a la empresa.
El fin de semana, el presidente de YPF puso en marcha su segunda gran apuesta del año. Tomó un vuelo a Malasia, previa escala por Londres, y aterrizó en Kuala Lumpur. Allí se verá hoy las caras con Tan Sri Dato' Shamsul Azhar Abbas, líder de Petronas, la mayor compañía petrolera malaya y una de las cinco empresas más grandes del segmento en el mundo. Será un espacio que le resultará estéticamente familiar al ejecutivo argentino. El encuentro se hará en una oficina de las torres Petronas, diseñadas por el tucumano César Pelli, el mismo que dibujó los trazos del edificio de Puerto Madero a pedido de Repsol.
Más allá de las coincidencias, Galuccio desembarcó en Asia con un objetivo primordial: cerrar en 2014 un acuerdo de inversión con la empresa malaya para que invierta junto con YPF en la producción de petróleo y gas no convencional proveniente de la formación neuquina Vaca Muerta, en un paso similar al que dio el año pasado tras la firma del convenio por 1240 millones de dólares con la norteamericana Chevron.
El convenio, tan criticado por la oposición como defendido por la compañía, fue el primero que cerró la empresa para apuntalar su plan de inversiones, que contempla desembolsos por unos 7000 millones de dólares al año.
Meses después, YPF cerró un acuerdo similar con Dow, la mayor compañía petroquímica del mundo. También lo hizo con Pampa Energía, la compañía que conduce Marcelo Mindlin. Cada uno de esos acuerdos, sin embargo, compromete una inversión de sus socios cercana a los 200 millones de dólares; es decir, mucho menor que la de la norteamericana.
En cambio, YPF aspira a que el convenio con Petronas se parezca en tamaño al de Chevron.
El encuentro de hoy es la continuación de una sucesión de viajes y reuniones que comenzó el año pasado. Galuccio fue quien dio el primer paso cuando, entre fines de marzo y principios de abril, viajó a Malasia.
Meses después, técnicos de la compañía llegaron a Neuquén para visitar Vaca Muerta. Estuvieron en Loma Campana, donde YPF concentró los trabajos que apuntan a producir gas y petróleo no convencional, así como en otras áreas lindantes. La devolución de gentilezas ilusionó al ejecutivo argentino y a su entorno.