El brazo minero del grupo Luksic pretende consolidar su plan de inversión para los próximos años apelando a bajar los costos en energía y abastecimiento de agua.
Si bien Óxidos Encuentros, Expansión de Los Pelambres y Distrito Minero Centinela siempre estuvieron en su carpeta de proyectos, durante periodos del año pasado se dudó de la capacidad de Antofagasta Minerals (AMSA), del Grupo Luksic, para poder viabilizar estos proyectos, principalmente por los altos costos derivados de la utilización de electricidad y agua, y la judicialización de los proyectos energéticos para abastecimiento futuro.
Sin embargo y contra los pronósticos más pesimistas del mercado, Antofagasta logró dar vuelta la situación, y es así como a fines del año pasado anunció que tiene cerca de US$5.600 millones en proyectos de inversión para los próximos cinco años.
¿A qué se debe este cambio de posición? Principalmente a que Antofagasta decidió invertir en soluciones para sus principales problemas de costos, haciendo más rentables sus proyectos de inversión.
Proyectos Energéticos
Sin duda que los costos por los temas ligados al uso de electricidad son los que más complican a las empresas mineras. Pero de un tiempo a esta parte Antofagasta decidió invertir en este ítem, pensando en abaratar los costos en años futuros.
Es así como la empresa minera tiene participación del 60% en Energía Andina, empresa chilena dedicada a la explotación y exploración de la geotermia. Si bien aún no debuta en la generación, debido a lo lento que resulta el proceso, se espera que el proyecto Tinguiririca haga su estreno en 2019, con una potencia de 80 MW.
Antofagasta también tiene participación en proyectos eólicos, como lo es el 30% que posee sobre el parque eólico El Arrayán, el que contará con una capacidad instalada de 115 MW, del cual el 40 MW irán a los procesos productivos de la Mina Los Pelambres, luego de la firma de un acuerdo que tiene una duración de 20 años, y una inversión de US$300 millones. El Arrayán espera entrar en operaciones en el segundo semestre de 2014.
Si bien no pertenece a AMSA, el Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia, propiedad del Grupo Luksic, es dueño del 40% de la termoeléctrica Los Hornitos, ubicada en Mejillones y con una potencia de 165 MW, abasteciendo los procesos productivos de las minas Esperanza y El Tesoro.
Sin embargo su participación más bullada fue la compra a mediados de 2013 del 40% del proyecto Alto Maipo, en el cual también participa como socio mayoritario AES Gener. Alto Maipo tendrá una capacidad instalada de 531 MW, de los cuales 160MW estarán destinados para los procesos productivos de Los Pelambres. La inversión de Alto Maipo está estimada en US$1.600 millones.
De esta forma AMSA tiene cerca de 365 MW asegurados para los diferentes procesos productivos de sus mineras, cifra superior de lo que inyecta la central Bocamina II al SIC (350 MW).
Agua
Otro de los dolores de cabeza de las empresas del sector minero es la disponibilidad de agua para sus diferentes procesos productivos. Es por eso que la mayoría de las mineras han optado por proyectos o contratos que les permitan abastecerse del vital elemento.
Antofagasta Minerals no se quedó atrás y dio un gran paso en este sentido cuando tras años de litigio la Corte Suprema le otorgó la razón para el uso de aguas afloradas de “aguas del minero” en sus tierras, implementando un sistema de captación a la altura del túnel La Guardia.
La empresa también ha dado pasos en la implementación de estanques de elevación, con un costo de $1.200 millones que provee de agua potable a las comunidades de Sierra Gorda y Baquedano.
Otra opción, no descartable a corto plazo, es el uso de agua de mar en los procesos mineros, con la utilización de estas mismas bombas de elevación para que lleguen desde la costa hasta las faenas, ubicadas en su mayoría sobre los 1.000 metros de altura.
Factor Ganancias
Sin embargo los últimos resultados de la minera de los Luksic han estado lejos de ser positivos. Vale la pena recordar que al tercer trimestre de 2013 los ingresos de la compañía llegaron a los US$4.404 millones, cayendo en un 9% en comparación a los US$4.852 millones registrados en igual periodo de 2012. Esto se debió principalmente a los menores precios de los metales, los cuales fueron contrarrestados con el aumento de la producción.
Mientras que en relación al Ebitda de la minera, este alcanzó los US$2.050 millones, cifra un 28% menor a la registrada durante igual periodo de 2012. En cuanto a la producción, la minera señaló que produjo 538.300 toneladas de cobre fino durante los primeros nueve meses del año pasado, cifra que representa un aumento del 4,4% en relación a igual periodo de 2012, y esperando cerrar el 2013 con una producción cercana a los 700.000 toneladas de cobre.