En su reporte sobre Argentina, la agencia calificadora alertó sobre el efecto de la inflación y la pérdida de utilidades para los bancos.
La agencia calificadora de riesgo Moody’s sostuvo hoy que espera que el peso argentino se deprecie un 50 por ciento más este año para concluir el 2014 en torno a las 12 unidades por dólar, mientras que la inflación superará un 30 por ciento en el período.
En el informe distribuido a sus clientes, Moody’s indicó que la devaluación del peso de un 17 por ciento la semana pasada, la mayor caída de la moneda local en 12 años, tiene implicancias negativas para bancos y empresas.
Tras la flexibilización del cepo cambiario anunciada el viernes último por el Gobierno, la agencia recordó que permitir una devaluación es una típica medida adoptada por gobiernos para reducir la pérdida de reservas cuando sus monedas están bajo presión, pero dijo que en el caso de Argentina, al no incluir “esfuerzos creíbles y sustentables para reducir el déficit fiscal” y moderar la inflación, es “improbable” que las presiones disminuyan.
Por el contrario, según Moody’s, más que contener la ansiedad, “la caótica elaboración de políticas de Argentina parece perpetuar la incertidumbre y la preocupación”.
La agencia prevé además un incremento de tensiones políticas debido a la presión de los sindicatos en las paritarias, y advierte que permanece poco claro qué políticas usará el Gobierno para combatir la huida de capitales, controlar la inflación y restaurar la confianza inversora.
Por otro lado, Moody’s sostiene también que la devaluación del peso deteriorará también la rentabilidad y la calidad de los activos de los bancos, ya que la aceleración de la inflación producirá una declinación del poder de compra, perjudicando la capacidad de los tomadores de crédito para honrar sus deudas.