El tipo de cambio oficial ya subió 23% en enero. Se había escapado hasta $ 8,30 pero lo bajaron vendiendo US$ 100 millones de las reservas. El blue saltó hasta los $ 13. Empeoran las expectativas. Fábrega pidió ayuda a banqueros
El dólar oficial volvió a marcar un nuevo récord ayer y cerró a $8,01 en casas de cambio. Así el billete trepó en un sólo día 88 centavos en la pantallas de la city porteña. El mismo salto lo experimentó el dólar blue, que también tocó su máximo histórico, al alcanzar $13,05. Esta vez el Banco Central intentó contener la suba y a último momento vendió US$ 100 millones para calmar al mercado, pero no logró evitar las corridas. En la city porteña el nerviosismo primó cuando al mediodía el billete se disparó hasta por $ 8,50, hasta que intervino el Central.
En el mercado informal los vendedores no querían desprenderse de sus billetes a la espera de que el precio subiera. Y los compradores se desesperaban y se mostraban dispuestos a pagar un precio alto con tal de hacerse de divisas. Así el dólar blue escaló casi $ 1 en un sólo día.
En el año el billete en las cuevas se apreció un 30%.
El mayorista, que es el que utilizan de referencia los importadores y exportadores, cerró en $7,55 luego de la intervención de la autoridad monetaria. Calculado ese cierre la devaluación en un sólo día fue de 8,54%, la mas alta desde 2002. La brecha de este dólar con el blue es del 73%.
¿Cómo impacta este ritmo de devaluación en la economía?
“Se verá reflejado en una mayor suba de precios. Le agrega combustible a la estanflación que ya estamos transitando”, explicó, al ser consultado por este diario, Guillermo Nielsen, ex secretario de finanzas. Coincide el secretario de Hacienda porteño Néstor Grindetti: “Devaluar como medida aislada solo favorece a las exportaciones. Ahora si se escapa el blue, se escapa la inflación y se contrae el consumo. Lo que hay que hacer es atacar el origen de la inflación, que es un problema de oferta y demanda”.
Los nuevos movimientos del Gobierno en el mercado cambiario, sin embargo, no alcanzaron para evitar la sangría de reservas. Ayer perdieron US$ 180 millones, y quedaron en US$ 29.263 millones. En lo que va de 2014, la autoridad monetaria vio como se esfumaron US$ 1.323 millones de sus cuentas, por pagos pendientes de importación de energía y por las ventas en el mercado cambiario. “Si lo que buscan es terminar con la sangría de reservas, tendrán que elevar las tasas por encima de la devaluación”, explicó Nielsen.
Este fue uno de los temas que se trató en la reunión de directorio que celebró ayer la autoridad monetaria, de la que estuvo pendiente el ministro de Economía, Axel Kicillof.
La suba de las tasas ya es inminente pero si se profundiza afectaría a quienes hoy tengan deuda a tasa variable en pesos.
Algunas firmas de electrodomésticos y automotrices ayer ya estaban preocupadas por la incertidumbre que genera no saber cuál será el precio de reposición de sus productos con componentes importados. También hay preocupación en el sector turístico. Además de complicar los planes de quienes se disponían a viajar al exterior (el dólar turista quedó en $ 10,46), muchas agencias de viaje temen cancelaciones masivas de reservas.
¿Por qué ahora el Gobierno quiere una devaluación abrupta? Las hipótesis entre banqueros y economistas son amplias. Algunos creen que la semana que viene saldrán a planchar al tipo de cambio y que luego el avance del dólar -que en lo que va del año acumula un salto del 23% y desde que asumió Kicillof, subió el 33%- será esporádico. Otros creen incluso que podría dejar que suba y luego bajarlo para castigar a los especuladores, como sucedió ayer cuando el Banco Central dejó que muchos importadores compraran a $ 8,50, para luego salir a vender divisas y llevarlo a $ 7,55.
Sea cual fuera, si es que la hay, la estrategia no está clara. Y la única certidumbre con la que opera hoy el mercado es la de que el billete seguirá escalando día a día.
Por esa razón ninguna cueva se comprometió ayer a arriesgar un precio pactado de antemano para hoy.
Tensa quietud. 12.02 del mediodía. Dos horas habían pasado desde la apertura del mercado y, con un dólar que en las pantallas marcaba $ 7,50, no había quién se animara a vender.
12.13. El mercado seguía virtualmente paralizado. El dólar había escalado a $ 7,60, y el Banco Central seguía sin participar.
12.23. La divisa toca los $ 8 para la venta y aparece alguna oferta. Lejos estaba de satisfacer la demanda de importadores y bancos.
12.26. El dólar siguió escalando. L as pantallas marcaban casi $ 8,40 para la venta.
12.40. Alarma. El Central salió por primera vez a vender dólares a $ 8.
En apenas 38 minutos, el Banco Central convalidó ayer una devaluación de 12%, la más alta desde que el país abandonó la convertibilidad. En el peor momento del día, el presidente de la autoridad monetaria, Juan Carlos Fábrega, se comunicó personalmente con varios banqueros y les pidió colaboración.
Después de haber dejado que el tipo de cambio se deslizara 24 centavos el miércoles, el BCRA terminó ayer a las 15 marcando un dólar de $ 7,75 en el mercado mayorista, donde operan los bancos, y de $ 8,01 en las pizarras de la City porteña. A diferencia de la rueda anterior, vendió ayer dólares para contener la estampida del cambio oficial, lo que le costó otros US$ 100 millones de sus reservas, que terminaron en US$29.263 millones, US$ 180 millones por debajo del miércoles, por pagos de obligaciones al exterior. "Cuando se entendió que el precio del dólar no era el adecuado, intervinimos", explicaron en el BCRA.
Pero, en el mercado, esa participación, lejos de aplacar el nerviosismo, provocó confusión. Sobre todo después de que, a primera hora de la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijera que no era el Gobierno el que estaba induciendo la devaluación, sino que era "la libre oferta y demanda de divisas la que se expresó en el mercado".
"No se entiende para qué vendió sobre todo US$ 1,5 millones a último minuto, para dejar al dólar en $ 7,75. Todo el día había estado operándose el dólar a $ 8. Sólo terminó agrandando la brecha con el blue que tanto se había preocupado por achicar", dijo el responsable de cambios de un banco de primera línea.
El paralelo, de hecho, siguió probando nuevos máximos. Cerró en $ 13,10, un peso por encima de la jornada anterior, y quedó a 69% del oficial, exactamente la misma diferencia que tenía un día antes. En la City, algunos cambistas especulaban incluso con que el paralelo podría haber escalado más, de no ser porque muchos estaban "con miedo" a operar.
La intervención de ayer, después de que el dólar hubiera tocado ya los $ 8,40, dejó además la sensación entre los operadores de que la depreciación del tipo de cambio estaba lejos de haberse terminado con la devaluación del 29% que acumula el peso desde que asumió el nuevo equipo económico. "Me da la sensación de que no tienen tan claro qué van a hacer, por lo menos es la imagen que dan", dijo María Castiglioni, de la consultora C&T Asesores Económicos. "Creo que la suba fuerte del dólar oficial en otras circunstancias podría servir, pero, con la suba del blue, que va casi a la par, el mercado muestra que espera más, que no alcanza. La expectativa de devaluación no se cortó y, por ejemplo, el exportador sigue reteniendo lo más que puede. Desde el punto de vista técnico, el tipo de cambio este no está mal. Pero la pregunta es si llegamos al final de la devaluación o éste es el principio", advirtió.
Según un informe de la consultora AMF, la paridad actual del peso-dólar ya es superior a la del trienio 2011
13, con lo que el BCRA estaría revirtiendo los efectos de un período caracterizado por la persistente apreciación real de la moneda doméstica frente al dólar. "Sin embargo -aclara-, aún resultan distantes los estándares de ejercicios anteriores a 2010, períodos en los que el poder adquisitivo del dólar resultó de hasta 70% superior al actual." Como objetivo más cercano, dice, "las fuerzas de oferentes y demandantes conjuntamente con el poder regulador del BCRA podrían colocar la paridad en torno a $ 10, niveles cercanos a los de 2008/09".
No ha de extrañar, así, que en los próximos días la oferta de divisas de exportadores siga limitada, mientras los importadores exigen naturalmente a diario unos US$ 200 millones para saldar sus compras.
Otra preocupación pasa por el impacto que la devaluación tendrá sobre los precios y la actividad económica. En los bancos, de hecho, muchos descuentan que el BCRA habilitará una suba de tasas de interés de por lo menos 500 o 600 puntos en el cortísimo plazo, para contrarrestar los incentivos que tienen quienes están en pesos de volcarse al dólar. "Lo que veo es que el Gobierno está en territorios a los que no quería llegar", resumió Rodrigo Álvarez, director de Analytica.
LA AFIP BUSCÓ CUEVAS EN TRES PISOS DE LA BOLSA
Unos 20 agentes de la AFIP fueron ayer a la Bolsa de Comercio, en lo que se supone que era un operativo para amedrentar las operaciones en las cuevas de la City. "Se concentraron en el 3°, 4° y 5° piso de la Bolsa, que es donde están las oficinas que la institución alquila a terceros. Decían que venían para reconfirmar las actividades que estaban declaradas, pero no tenían una orden de allanamiento, con lo cual fue una cosa cordial", confió una fuente dentro de la Bolsa. "En ningún momento se suspendieron las actividades. Se supone que buscaban actividad cambiaria ilegal, o alguna otra cosa que no sabemos", deslizó.
El tipo de cambio oficial llegó ayer a $ 8,50 y cerró por debajo de los 8 pesos, en $ 7,75, tras la intervención del Banco Central (BCRA). La devaluación llegó así al 11,16% en dos días y representó un nuevo escenario para los actores económicos, que revisan precios, presupuestos y reclamos salariales. El Gobierno seguirá con la flotación administrada, pero en una nueva banda de precios, cercana a los valores que convalidó ayer.
Al igual que sucedió el miércoles, el Central comenzó la jornada sin intervenir en el mercado de cambios y dejó que el dólar se encareciera. Según fuentes oficiales, la divisa se comerciaba a valores similares a los de la víspera ($ 7,20) hasta que una operación del banco HSBC subió el precio a $ 8,40. Después aparecieron el Banco Francés y el Citi, consignó la fuente oficial. El Gobierno responsabilizó a la filiar argentina de Shell y a su presidente, Juan José Aranguren, de marcar ese precio con una operación de u$s 3,5 millones.
En diálogo con El Cronista, el ejecutivo rechazó la maniobra conspirativa y dijo que la empresa compró divisas para importar y girar dividendos previamente autorizados por la entidad monetaria al precio que le fijó el banco británico. Luego de esa disparada, la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega salió a vender u$s 100 millones para devolver al dólar oficial debajo de los $ 8.
Más allá de ese altercado, la devaluación de ayer estuvo monitoreada y controlada por el Banco Central, reconocieron cerca de Fábrega. El Gobierno quiso demostrar que mantuvo a la divisa bajo control. El Banco Central se siente cómodo con un tipo de cambio e interviene en función de eso, convalidó otra fuente oficial. Ayer (por el miércoles) hubo oferta de divisas a $ 7,20; el Central no operó y el dólar no se fue al blue. Que el BCRA tenga volatilidad permite desacreditar movidas como la de Shell, prosiguió. El propio Aranguren dio cuenta de esa comodidad de la entidad monetaria. Parte de la compra de divisas se usó para remitir a los accionistas u$s 1 millón, algo que había sido acordado con el BCRA, dijo.
En lo que va de enero, la divisa subió 18,8% contra el peso. Ayer se encareció 8,54%. La devaluación de los últimos 12 meses fue del 56%. Sin embargo, la pérdida de reservas no se detuvo. Ayer cayeron u$s 180 millones entre ventas y pagos de obligaciones. En enero, la caída es de u$s 1.336 millones.
La mayor devaluación mejora las perspectivas de las economías regionales, indicaron fuentes oficiales. Hoy, con este nivel de tipo de cambio, no hay ninguna que pueda decir que no son rentables, independientemente de que tengan o no demanda en el exterior, indicó una fuente oficial. Del otro lado, encarece la importación de energía y de insumos para las industrias.
Dos economistas heterodoxos (un ex funcionario y otro de buen diálogo con el equipo económico de Axel Kicillof) coincidieron en que el Gobierno tenía dos alternativas para frenar la salida de divisas: avanzar hacia un desdoblamiento formal del tipo de cambio o acelerar la devaluación para fomentar el ingreso de inversiones y la liquidación de exportaciones y, a la vez, tomar deuda en el exterior. Así, indicaron, podría abrirse el cepo cambiario y desterrar el reinado del dólar blue.
Hasta el momento, el Central devaluó y subió la tasa de interés (cuatro puntos porcentuales en la última semana), pero no contuvo el drenaje. Hace semanas estábamos 12 puntos debajo de la inflación y ahora estamos cuatro o cinco puntos abajo, dijeron en la entidad monetaria, en clara referencia a los índices de precios alternativos. Ayer, el ministro Kicillof y Fábrega estuvieron reunidos en el Central. También hubo una reunión en Economía. Los funcionarios hablan todo el tiempo y se reúnen dos o tres veces al día, relativizaron fuentes oficiales. Ellos dos y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, convalidaron esta devaluación.
De todos modos, los agentes económicos descreen que el Gobierno tenga todo bajo control. Grandes empresas automotrices y siderúrgicas, entre otras, dejaron de facturar a la espera de que se acomode el tipo de cambio y como antesala a una remarcación de precios. Un laboratorio ya cambió su lista de precios cuatro veces en el año. Las automotrices encendieron la alerta porque el 60% de sus insumos son importados. Y representantes del agro dicen que seguirán sin liquidar granos a la espera de una mayor devaluación.
Los sindicatos temen que este escenario haga caer el acuerdo de precios y anticipan que tendrá efectos sobre la paritaria y la conflictividad.
También las provincias están en problemas. Las deudas en dólares y las emisiones dollar-linked, que florecieron en 2012 y están atadas a la devaluación, serán más caras. En 2014 deben saldar u$s 1.720 millones de deuda. Sólo en enero, esos compromisos se encarecieron unos
$ 3.000 millones
Los bonos que tienen cláusula de emisión en dólares y las empresas con capacidad de caja en divisas fueron hoy los grandes ganadores en la Bolsa porteña, en una rueda muy selectiva y que concluyó con un repliegue del 2,11% entre la acciones líderes del panel Merval.
Entre los bonos dolarizados más operados, los avances fueron del 4,26% al 7,30%, rango en que se movieron el Global 2017 y las emisiones del Boden X que vence en 2017 y el Boden 2015, lo que además dio un tipo de cambio implícito de $ 11,50, en el caso del Global 2017 (GJ17).
Las acciones movilizaron operaciones por 188,10 millones de pesos y los Cedear°s (certificado de depósito argentinos) aportaron otros 47,25 millones, mientras que los bonos de la deuda consumieron negocios por 2.196 millones de pesos.
La petrolera YPF absorbió el grueso de las operaciones con $ 56 millones, seguida por Tenaris, que sumó 37 millones, mientras que en el segmento de los bonos el Bonar X totalizó 340 y el Boden 2015 reunió 295 millones.
El papel más destacado dentro de las catorce empresas líderes fue Siderar (+8,41%) completando el podio de rendimientos Aluar (+7,79%), y Tenaris (+7,42%).
En la vereda de enfrente se ubicaron YPF (-9,24%), Banco Macro (-7,35%), y Comercial del Plata (-7,02%). En el plano cambiario, el dólar al público para la demanda autorizada subió de 7,00 a 8,00 pesos y para el tipo de cambio mayorista el Banco Nación marcó sobre el filo de las operaciones 7,75 pesos, frente a un cierre previo en 7,14.
Estimaciones privadas señalaban que las ventas del Banco Central sumaron entre 100 y 150 millones de dólares, en una jornada que la divisa movilizó operaciones por 308 millones (115 millones menos que el miércoles) y otros 95 millones vía mercado de futuros.