Las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur que dependen del Estado nacional tienen por los contratos de concesión la obligación de "satisfacer toda demanda de suministro, atendiendo todo nuevo requerimiento ya sea que se trate de un aumento de la capacidad o de una nueva solicitud de servicio". Esto implica seguir el crecimiento de la demanda con la ampliación de las instalaciones eléctricas, lo que en realidad no se cumplió si se nota que los mayores inconvenientes con el suministro se registran en las zonas con más desarrollo inmobiliario en los últimos años.
Hay opinión coincidente en que la falta de actualización de los ingresos de las distribuidoras en los últimos años motivó la desinversión en ampliar la infraestructura existente. No obstante, también hay quienes consideran que un incremento de la demanda, ya sea por nuevas edificaciones o introducción de equipos de aire acondicionado, tiene efecto en los ingresos de las empresas por mayores ventas y que esto es otro dato a considerar.
Hasta ahora, las edificaciones nuevas en Capital Federal y Gran Buenos Aires tenían sólo la obligación de asegurar una servidumbre de uso a las empresas eléctricas para que éstas colocaran un centro de transformación, según resoluciones del organismo regulador de los primeros años de 2000.
A partir de la Resolución 10 de mediados de este mes, luego de los cortes de luz de fines de diciembre, el ENRE resolvió que ante cada solicitud de nuevo suministro o ampliación por más de 50 kW, las distribuidoras deben elevar en 5 días un estudio de factibilidad en el que se determine si el nuevo requerimiento puede producir o no modificaciones en la red que afecten la calidad del servicio.
Ya no se trata sólo de instalar un transformador en los edificios nuevos sino de garantizar que el cableado de media tensión desde la subestación y ésta misma, se encuentran en condiciones de absorber la nueva demanda. Y la obligación de hacer las obras necesarias queda en las distribuidoras, aunque en algunas provincias se está empezando a requerir que la empresa constructora quede a cargo de la ampliación de las instalaciones eléctricas.
Por lo pronto, las empresas ahora deben resolver primero la satisfacción de la demanda que se incorporó en los últimos años. El plan de obras de Edenor contempla, por ejemplo, nuevos alimentadores por saturación de la red de media tensión en Saavedra, Núñez, Palermo, Recoleta, Coghlan, Colegiales y Chacarita dentro de Capital Federal, y una lista más numerosa para la zona norte del conurbano. También es cierto que el ritmo de la construcción decayó en los últimos dos años, por lo que las demandas nuevas a satisfacer no pueden ser tan significativas como las incorporadas hasta 2011.
El plan de obras de Edenor es de $1.900 millones y el de Edesur $2.050 millones a cumplir durante este año. La mitad de esos recursos provendrá de lo que se recauda en las tarifas de los usuarios desde noviembre de 2011 como un cargo fijo para obras que va de $ 4 a $ 300, según el nivel de consumo. La otra mitad provendrá de un crédito del Banco Nación a las distribuidoras.
Con los problemas en el servicio, es imposible que el Gobierno resuelva ahora un aumento en los cargos para obras o en los ingresos de las distribuidoras. Pero incluso el proyecto de reducir subsidios en gas y electricidad parece haber vuelto a retroceder luego de la suba en el transporte automotor en Capital y Gran Buenos Aires.