El mal estado de la Ruta 40 Sur que une Punta Loyola con Chimen Aike no es algo nuevo. Si bien desde hace un tiempo no se hace prácticamente mantenimiento en la misma, lo cierto es que las veces que se ha avanzado en el bacheo, el mismo ha durado poco, debido al alto tránsito que existe de la actividad petrolera y también la de YCRT, donde tiene el muelle de descarga.

Algo similar, pero un poco más agravado por no ser pavimento, ocurre con la Ruta 1 que va hacia Cabo Vírgenes, que es transitada casi en un 90% por vehículos dedicados a la actividad hidrocarburífera, lo que “ha consolidado el mal estado de esta ruta”.

En su momento desde Vialidad Provincial se avanzó en tratar de firmar con las empresas usuarias de las rutas un convenio con el fin de financiar el mantenimiento de las mismas. Esto finalmente no ocurrió, y ante la escasez de recursos la empresa vial provincial priorizó otros caminos antes que estos y los resultados están a la vista.

Raúl Santibáñez, presidente de Vialidad Provincial, indicó a La Opinión Austral que, si bien Vialidad Nacional está tomando algunas previsiones sobre la Ruta 40 sur, ya que esta ruta prácticamente ya se ha asfaltado en su totalidad, con excepción de este último tramo que va hasta Loyola, “entiendo que se está analizando una licitación para este último tramo de la ruta” pero aún no se ha confirmado el mismo.

Sobre la responsabilidad que les cabe a las petroleras, dijo: “el impacto del tránsito de los vehículos pesados es importante”, y recordó que en dos años más se llegará a “casi 3 mil kilómetros de ruta asfaltada”, y en ese sentido dijo “tanto la actividad petrolera como la minera hoy tienen una gran responsabilidad en el impacto sobre las mismas, y la verdad es que la situación económica de la empresa y de la provincia hoy no nos permite la tranquilidad de atender como se debe el mantenimiento de las mismas, sellado, bacheo, banquinas, sobre las rutas nacionales y también en las rutas provinciales nuestras, y ahí se nota, realmente, la debilidad económica que tenemos”.

Para suplirlo “le presentamos un proyecto a las petroleras que transitan sobre la misma, nos pidieron que lo modificáramos, lo hicimos, pero no se pudo avanzar. Tratamos de hacerlo por separado con las empresas, pero tampoco hasta hoy han acusado recibo, y nos parece que eso sería una muestra de responsabilidad social en serio”, y recordó que lo que hace a la Ruta 1 que va a Cabo Vírgenes “prácticamente en un 90% la transita la actividad petrolera”, señaló.

Y dijo que no es únicamente con estas dos rutas del sur de Santa Cruz, “en zona norte nos pasa prácticamente lo mismo con la Ruta 12, con la 43 o con la 99”, y ejemplificó que se está haciendo una rotonda de ingreso al pueblo de Cañadón Seco muy importante, que tiene un costo de unos 8 millones de pesos, “y se le pidió colaboración en lo que hace a la seguridad para que nos cuiden las maquinarias y eso, pero nos dijeron que no”.

Ante ello dijo, “la verdad las petroleras en general debieran repensar su actitud en este tipo de cuestiones y la provincia a través de las autoridades también. Son muchos kilómetros de camino que deben ser mantenidos y deberemos analizar, como ocurre en otras provincias, cobrar un peaje o un canon para ser destinado específicamente al mantenimiento de las rutas” planteó.

“Es muy costoso hoy mantener las rutas” dijo Santibáñez, y recordó que sólo la campaña invernal en 2013 costó 20 millones de pesos, sin contar los sueldos, combustible y viáticos que se requieren para los puestos camineros.

“Por lo que la actividad que más usufructúa de nuestros caminos tendría que ser de manera, inclusive, voluntaria, estar dispuestas a discutir este tipo de cosas”, concluyó.