Es discapacitada visual. Tiene dos hijas. Su marido hace changas y con eso llegan a lo mínimo para vivir. Pero pide que se hable de la realidad de Esquel la falta de trabajo y de un plan económico social. Y que no haya solo dos clases sociales: los que pueden y los que no.

Patagonia, Política y Producción dialogó esta semana con María Castillo, vecina del barrio Bella Vista quien publicó días atrás una carta al lector en el diario local en la que manifiesta su preocupación por la situación socio económica de muchas familias, reflejada en su propio seno familiar.

María nos recibió en su vivienda, y junto a su esposo, contó de su preocupación por la falta de oportunidades de los jóvenes esquelenses, de la falta de fuentes de trabajo genuino.

“Estamos en la ciudad del no. Pero del no a todo, no a lo que sea. No puede venir una empresa a dar trabajo a la gente. Yo me encuentro con gente que se queja porque no puede tener un buen empleo o las que tienen pero las explotan. Porque eso pasa también en Esquel, de gente que te tiene para hacer por ejemplo limpieza de casas, te toma “a prueba”, no te pagan como corresponde, y luego te echan y toman a otro para que le saquen la mugre. La gente te usa porque sabe que no hay otras opciones”, denunció María antes de aseverar que esa situación también se da en algunas empresas, “que te toman por contrato, para así sacarle muchos derechos a los trabajadores”.

María tiene dos hijas. Una de 18 y la otra 14. Hoy se lamenta de no poder darle a la mayor la posibilidad de seguir estudios terciarios en lo que le gusta, “no sé dónde inventar el dinero. Ella ya es técnica en informática y le gustaría seguir eso. Hoy no puedo decir que la voy a mandar a ningún lado”. Vale señalar acá que María Castillo es discapacitada en un grado de 90% según las autoridades sanitarias, luego que una temprana enfermedad le hiciera perder la vista casi en su totalidad. Cobra un subsidio de 1.000 pesos. Su esposo realiza tareas en el sector de la construcción logrando los ingresos mínimos, “para comer y cubrir los gastos de todos los días”

SOLO DOS CLASES SOCIALES : LOS QUE PUEDEN Y LOS QUE NO

Aladino también piensa en el futuro de su primogénita. “Mi hija terminó la escuela, entregó una pila de currículos y terminó haciendo los papeles para entrar a la policía. Y no le gusta la idea de ser policía pero lo tiene que hacer porque todas las puertas se le cierran”, agregó  antes de señalar que en Esquel, “ya no hay clase media. Hay sólo dos clases…los que pueden y los que no pueden”.

“Acá está el no para todo. Hoy escuchaba en una radio que una persona quiere poner un carrito con un caballo y hay gente que no quiere que trabaje. Yo no entiendo cómo no ven que no hay trabajo genuino. Sólo está lo que te da el Estado, la política. Pero resulta que lo que te dan es 400 o 500 pesos durante algunos meses. O te mandan a armar una cooperativa creyendo que es hacer la cooperativa y al otro día estás trabajando cuando no es así”, agregó Aladino.

“EL PERIODISMO LOCAL VE LO QUE PASA Y NO LO DICE, PARECE QUE TIENEN MIEDO”

María Castillo tuvo un breve paso por los medios de comunicación, participando en un programa de radio en FM Station como co conductora. Actualmente no desempeña esa  función que extraña pero si analiza cómo se comportan los medios con los temas que le preocupan. “Yo creo que muchos que acompañan esa posición de decir todo que no, son en realidad nenes caprichosos, a los que hay que darles todo lo que piden. Con el tema minero por ejemplo no habilitan espacios para que se debata el tema minero. Yo solamente escucho hablar del tema en la 105.5 (FM DEL LAGO). Los otros parecería tener miedo”, dijo. También cree que en general el periodismo local, “ve lo que pasa en Esquel. Pero no lo dice. Ven que no hay trabajo pero no lo dicen. Ven que no hay un plan económico o social para la ciudad pero no lo dicen”.

“Esquel debería abrir su cabeza. Demostrar que está vivo. Pero que toda su población está viva no solo un sector”, señalo la vecina.

 Sobre el final de la charla, volvimos sobre lo que motivó el encuentro. Esa carta al lector (ver fotografía) donde justamente habla de ese deseo como padres de poder dar respuestas a las necesidades de sus hijos. María dijo que, “me nació escribirlo. Le pedí a mi hija que la escriba en la computadora  mientras yo se la dictaba. Quería decir eso y compartirlo porque creo que debemos decir lo que pensamos, lo que sentimos, que se deje de escuchar una sola voz. Sé que hubieron algunas reacciones, parece que a alguien le patee el tobillo”, concluyó.

CARTA DE ARREPENTIMIENTO DE UN PADRE A UN HIJO

(Diario El Oeste 15-01-2014)

Sr. Director.

Perdón, perdón por mi cobardía.

Porque no tuve la oportunidad de festejarte tus cumpleaños, perdón.

Por no darte un regalo en el Día del Niño.

Perdón por no poder cubrir todas tus necesidades en la escuela.

Perdón por no poder comprarte un par de zapatillas.

Y la ropa que quería.

Perdón porque este tema no está en agenda. Hay personas que no les importa tu bienestar: te llenan tu mente de infamias y fantasías.

Pero a la hora de darte una mano no están. A pesar de mi analfabetismo y mi falta de estudio por razones económicas, yo no quiero repetir la misma historia con vos y me atrevo a decir que son ignorantes. Ignorantes del tema…y en parte egoístas.

Cuando creo haber encontrado la solución para todos mis problemas, consigo una changa en la que me lloran los precios los dueños y que lo único que me pudo cubrir fueron mis obligaciones con los impuestos.

Perdoname con la mano en el corazón.

Le pido a Dios que revierta toda esta situación para que hayas pasado unas felices fiestas y hayas comenzado un mejor año nuevo.

Con trabajo genuino, pero no un trabajo genuino mentiroso como lo que predican los políticos. O que nos vende la municipalidad local.

Un trabajo en el cual yo pueda cobrar tu ayuda escolar, un salario que a vos te corresponde como ser humano. 

Un sueldo digno y así poder cubrir tus gustos y necesidades como en comida, vestimenta, calzado y demás, para así progresar y tener una mejor calidad de vida.

-Bruno, SI AL PROGRESO.

La carta lleva la firma de María E. Castillo (DNI 25938.642