En estos días que el calor nos dio cierto respiro y que los cortes de luz han disminuido, aunque no cesado, es momento de parar la pelota y pensar qué se puede hacer para delante, ya que a menos que alguien tenga pruebas en contrario, estamos en condiciones de afirmar que el próximo diciembre volverá a hacer calor.
Primero, haré una descripción del circuito, para luego aportar a un debate sobre posibles soluciones para que al menos haya muchos menos cortes el verano próximo.
Hay que diferenciar quien produce de quien distribuye. Esto es como una empresa y un distribuidor mayorista y los almacenes. La empresa que produce los fideos se los vende a un mayorista, y este hace lo propio con un almacenero que termina el circuito cuando se los vende al público. Exactamente igual es con la electricidad.
Veamos cada una de las partes:
Producción: hay muchas formas de producir electricidad. Seguramente ustedes conocen muchas de ellas: la hidráulica, que se produce en la represas como Yaciretá o Salto Grande, están las atómicas como Embalse o Atucha y están las térmicas que usan o gas o combustible líquido para generar electricidad. Por supuesto están las nuevas modalidades renovables como ser la energía eólica, solar o termal.
¿Por qué es importante conocer esto? Porque el costo de producir cada unidad de KW de electricidad es distinto en cada caso. Por ejemplo, la electricidad producida en represas es mucho más barata que la térmica. Por lo tanto, a medida que se consume más electricidad el costo de producirla sube más.
Cuando se dice que el sistema está produciendo al límite de su capacidad, lo que se está diciendo es que la producción de electricidad resulta cada vez más cara.
Esto ocurre porque se pone a producir todo lo posible, independientemente del costo. Hasta entran a producir turbinas muy viejas que están paradas durante el consumo normal. Por lo tanto, nunca es bueno que un sistema llegue al límite y siempre es conveniente tener un colchón importante.
De hecho, este verano no alcanzó lo producido y hubo que importar de Uruguay. La electricidad la producen empresas binacionales como Yaciretá, estatales como las nucleares y privadas como las térmicas. Es decir, el sistema cuenta con varios productores y tipos de propiedad.
Distribuidor mayorista: los productores les venden toda su electricidad a Cammesa que la distribuye a lo largo del sistema interconectado nacional y se la vende a grandes consumidores (empresas grandes) y a los distribuidores minoristas. Cammesa es el distribuidor mayorista administrado por el Estado.
Finalmente, los distribuidores minoristas (los almacenes en nuestro ejemplo) son las empresas que llevan la electricidad a tu casa y quienes te facturan el servicio. Cuando te quedás sin luz es por el tramo final de una cadena en la que intervienen muchas partes. Si, por ejemplo, alguna de esas partes falla, a vos no te llega la electricidad.
Edenor, Edesur, Edelap, EPEC, EPE: son algunas de las empresas minoristas. Debemos entender de dónde sacan sus recursos para hacer las inversiones que no solo mantengan la red, sino principalmente que logren acompañar el lógico crecimiento de la demanda. Una empresa, sea pública o privada, tiene solo 3 formas de conseguir los recursos necesarios para invertir:
- Tarifas
- Endeudarse
- El gobierno les financie las inversiones
Como verán, no hay mucho más. Si no se acepta el incremento de tarifas, es necesario endeudarse (para lo cual se debe saber cómo se devolverá esa deuda) o bien pedir financiamiento al estado.
Lo cierto es que hoy no hay una regla común. EPEC y EPE, las empresas estatales de Córdoba y Santa Fé, usaron más la opción de incremento tarifario. Edenor y Edesur, un raro financiamiento del Estado vía fideicomisos de infraestructura, conducido por el Ministerio de Planificación.
Por lo tanto, no es relevante quien es el propietario, sino cómo se financian las inversiones. Y aquí vemos que el mecanismo es el que falla, independientemente del tipo de empresa, es decir, que sea pública o privada. Todas sufrieron cortes de luz.
La demanda: un problema fundamental es que las inversiones deberían ajustarse a la demanda. Ahora bien, hay que pensar qué pasa cuando la demanda está subsidiada. Si algo está barato, se consume en exceso y eso pasa en Buenos Aires con la electricidad, donde el consumo domiciliario es irracional. Se dejan luces encendidas, aires acondicionados donde no hay gente, aparatos enchufados que nadie utiliza, un desperdicio constante de electricidad porque es la más barata del país.
Esto debe cambiar. No es normal, ni justo, ni sustentable que la electricidad sea tan barata en Buenos Aires. No habrá inversión suficiente ante una demanda subsidiada que es mucho mayor a la necesaria.
La ruta del dinero: por lo tanto, hoy hay que resolver dos problemas. Por un lado, el exceso de demanda de electricidad debido a su bajo precio, y por el otro, la oferta para mejorar la inversión. Hay que trabajar en las dos cosas.
Para aumentar la inversión hay que ver la ruta del dinero. Si no hay aumento de tarifas entonces ¿Quién pondría el dinero? Como el Estado ya no tiene recursos propios en cantidad, entonces lo mejor sería sumar fuerzas con la actividad privada. Pero esto requiere un esquema distinto.
Lo que falla hoy es el sistema total y, por eso, los cortes son en todas partes, aunque siempre con mayor impacto mediático en Buenos Aires.
Si el problema fuera la propiedad, estaría circunscripto a una empresa manejada por inescrupulosos empresarios, pero como el problema afecta a todas las empresas, es evidente que se trata de un problema de funcionamiento del sistema.
Más que discutir la propiedad, hoy se debe discutir el servicio y el financiamiento. Y eso abarca a todos los actores, tanto públicos como privados.