Los ejecutivos de Minera San Gerónimo -controlada por la familia Rendic- iniciaron un trabajo con la empresa de consultoría internacional Deloitte con un foco claro: encontrar socios para financiar los proyectos de expansión de la compañía.
Durante 2012, los ejecutivos de Minera San Gerónimo -controlada por la familia Rendic- iniciaron un trabajo con la empresa de consultoría internacional Deloitte con un foco claro: encontrar socios para financiar los proyectos de expansión de la compañía. La idea de la mediana minera -ubicada en la Región de Coquimbo- es desarrollar distintas iniciativas greenfield (proyectos en verde) y brownfield (en desarrollo), que le permitirían alcanzar una producción de 50 mil toneladas de cobre fino al año en el largo plazo. De ser así, su producción del metal se cuadruplicaría -hoy alcanza unas 13 mil toneladas anuales-, llegando a una facturación anual de US$ 100 millones.
El subgerente general de la minera, Juan Carlos Sáez, dijo, no obstante, que esa meta está sujeta a las condiciones de financiamiento que se obtengan este año. “Estamos revisando todas las alternativas y en el transcurso del año tomaremos la decisión”, sostuvo.
Agregó que la prioridad de la empresa es crecer en el área de concentrados, ampliando las minas en actual operación, lo que les permitiría alcanzar entre 20 mil y 25 mil toneladas de cobre fino. Sáez explicó que con un nuevo proyecto anotarían 25 mil toneladas adicionales, pero que esa decisión también será tomada en el año.
El road show
En los primeros meses de 2013, los primos Patricio y Yerko Rendic, gerente general y director, respectivamente, junto a Lorenzo Villalón, director de Finanzas de la minera, iniciaron el proceso de road show, con viajes a China, Japón y Corea. Tras algunos meses, la empresa ya ha recibido propuestas, por lo que espera finalizar la presentación antes de que termine el primer semestre. Sáez explicó que la idea es inyectar capital propio y quedarse con el control de los proyectos.
Agregó que también se han buscado socios locales y que han recibido muestras de interés. “En Chile hay grandes capitales que no están en la minería, y quieren ingresar en compañías operando y con buenas utilidades. Ahí hay una posibilidad, además de los fondos especializados en este tipo de inversiones que existen en Asia”, indicó.
El ejecutivo precisó que uno de los motivos por los cuales buscan financiamiento internacional tiene que ver con las dificultades de conseguirlo a nivel local. “El sistema bancario chileno está evolucionando en el ámbito del financiamiento a la pequeña y mediana minería. Todavía queda camino por recorrer”.