El presidente Evo Morales aseveró el miércoles que Bolivia no está lejos de contar con energía atómica con fines pacíficos, porque el país cuenta con materia prima, además, consideró que es un derecho que tienen los bolivianos.
El presidente Evo Morales aseveró el miércoles que Bolivia no está lejos de contar con energía atómica con fines pacíficos, porque el país cuenta con materia prima, además, consideró que es un derecho que tienen los bolivianos.
'No estamos lejos, de acá a poco tiempo contar con energía atómica con fines pacíficos, porque tenemos suficiente materia prima y tenemos derecho no sólo países desarrollados pueden contar (con esa energía) y privar (a otros)', dijo.
Morales, que el primer día del nuevo año, inauguró un coliseo naval en la localidad cochabambina de Carcaje, manifestó que Bolivia puede desarrollar energía atómica o nuclear, siempre con fines pacíficos, porque el país por Constitución Política no es 'guerrero', lo que no significa -dijo- que no se defienda de una eventual invasión territorial.
Según el Jefe de Estado ese proyecto se enmarca en la Agenda Patriótica 2025, que junto a otros objetivos es trabajada por los diferentes sectores del Gobierno y la sociedad.
Afirmó que está convencido que gracias a ese tipo de proyectos 'grandes' y 'metas y sueños', algunos de esos como el satélite Túpac Katari convertidos en realidades, Bolivia dejará de ser visto como el 'último' país de Latinoamérica.
El Presidente indígena puso en el debate la necesidad de contar con energía nuclear el segundo semestre del pasado año.
En esa oportunidad el ministro de Hidrocarburos y Energía, Juan José Sosa, explicó que inicialmente se debe construir una suerte de 'institucionalidad' estatal, que permita crear una empresa que se dedique exclusivamente a regular y a promover normativas sobre la medicina nuclear en Bolivia.
'Con el tema nuclear hemos empezado a dar los primeros pasos. Hemos empezado a mandar profesionales a Argentina, (mientras que) hablar de procesos de energía atómica son procesos muy largos', dijo citado por el matutino La Razón.
Estoy verdaderamente decepcionado de mi desempeño periodístico, pues recién me entero de que nuestro presidente Evo, cuando visitó Irán, había conversado con el presidente de ese país sobre la posibilidad de instalar una planta nuclear en Bolivia aprovechando la experiencia nuclear del hermano país musulmán. ¿Cómo es que después de tanto tiempo recién sepamos los bolivianos de esa hermosa posibilidad? Es que soy un despistado y frívolo periodista que solo piensa en cholas sin sospechar siquiera que nuestros gobernantes viven en otro mundo mucho más adelantado que el mío.
No se crea tampoco que supe de esa noticia por propia investigación, sino porque el propio presidente Evo fue quien declaró acerca de ese hermoso plan con el presidente de Irán, sobre cuya realización ahora sentía dudas después de los desastres ocurridos en tres plantas nucleares de Japón.
En busca de un personaje que conociera a nuestro presidente y pudiera aconsejar para que Evo no desistiera de la construcción y funcionamiento de una planta nuclear, solamente pude encontrar al yatiri Wayruru, que es experto en la fabricación de petardos, cohetillos y buscapiés, rogándole que hablara con nuestro gobernante para que no desistiera de sus planes nucleares ya iniciados en su visita a Teherán, capital de la República Islámica de Irán. Wayruru comprendió mi entusiasmo por una o más plantas para producir energía nuclear en nuestro país y tal vez una que otra bomba atómica, o poderosos misiles con cabezas nucleares que podrían imponer mayor respeto a nuestra amada Bolivia por parte de alguna potencia capitalista como Estados Unidos, Chile o Perú.
Wayruru se comprometió a hablar con nuestro presidente, con el ministro Oscar Coca y con el gobernador de La Paz, César Cocarico, y se sintió entusiasmado cuando le dije que él podría ser el primer director de Energía Nuclear en nuestro Estado Plurinacional Multicolor y Folclórico.
Entusiasmados ante la posibilidad de construir una planta nuclear en Bolivia, Wayruru me preguntó dónde podría ser construida la planta, sugiriéndole que fuera en Cochabamba, porque solamente allí Wayruru podría encontrar 20 o 50 técnicos nucleares que ahora están sin trabajo, luego de haberse graduado como técnicos nucleares en Alemania, Estados Unidos, Rusia, Irán e Israel y que ahora fabrican cocaína particularmente sin que nadie los moleste desde que la DEA fue expulsada de Bolivia.
El imaginario Wayruru, futuro director de Energía Nuclear en Bolivia, me sugirió instalar otra planta nuclear en el altiplano para no despertar envidias contra Cochabamba. En cordial conversación, convinimos en que él sugeriría al presidente Evo la construcción de otra planta en Achacachi, población revolucionaria, sede de los ponchos rojos, y una tercera planta nuclear en Oruro y que se llamaría Planta Nuclear San José en homenaje al club orureño del mismo nombre, del cual es hincha el afamado yatiri Wayruru.
Ojalá Evo no desista de su proyecto nuclear para nuestro país y que Wayruru pueda contagiarle su entusiasmo e imaginación.