Fuertes críticas al ministro de Economía que controla desde 2012 a Edenor y a Edesur.
El Gobierno busca disimular las internas desatadas por el desmanejo de la cuestión eléctrica, una situación que Clarín narró en su edición de ayer. Hay cuatro funcionarios que están bajo la mira: el ministro de Planificación, Julio De Vido; el de Economía, Axel Kicillof; el secretario de Energía, Daniel Cameron; y el jefe de Gabinete Jorge Capitanich.
Clarín detalló ayer sobre las críticas privadas que se realizan De Vido y Kicillof en privado, pero también sobre las desavenencias del ministro de Planificación con Capitanich, que quedaron expuestas cuando el chaqueño habló de “ cortes programados” y De Vido se disgustó. Los voceros de Planificación salieron rápido ayer desmentir grietas con Capitanich, pero no dijeron nada sobre las tensiones con Kicillof. “Tengo una excelente relación con el jefe de Gabinete, al que conozco hace más de 20 años, en los que hemos trabajado juntos desde diferentes funciones, siempre compartiendo una visión y un mismo objetivo”, expresó De Vido en un comunicado. Del ministro de Economía, ni una palabra.
En el verano de 2012, antes de la tragedia de Once, la Presidenta había dispuesto una revisión de los subsidios a la luz, el gas y el agua.
Aunque eran áreas que dependían formalmente de la estructura de Planificación, la Presidenta le encomendó la relación con las eléctricas tanto a Kicillof (en ese entonces, viceministro de Economía) como a De Vido. En Edesur, Planificación puso a Luis Barletta, un histórico del kirchnerismo en el tema eléctrico desde los tiempos de Santa Cruz. En Edenor, Kicillof ya había nombrado a su alfil Emmanuel Álvarez Agis, cuyo primer trabajo en el sector privado fue como director de la eléctrica como representante de la ANSeS. Ahora, Álvarez Agis es el número dos de Economía. En 2012, Kicillof se reunió varias veces con los directivos de las eléctricas, diciéndoles cómo regularía ese mercado.
El sindicalista Oscar Lescano (que falleció), s alía alarmado de esos encuentros, creyendo que se venía una estatización, y llamaba al ministro De Vido (con quién tenía confianza) para que evitara medidas drásticas.
El economista favorito de la Presidenta también metió a su gente en el ente regulador Enre, donde encargó que revisarán todas las acciones de la gente que venía de Planificación, en un gesto de desconfianza a la gestión “devidista”. En el medio quedó Daniel Cameron, secretario de Energía. Aunque supo estar bajo el ala de Planificación, su relación con De Vido está resquebrajada. Su foto jugando al golf en medio del apagón lo puso al borde de la renuncia.
Pero la Presidenta sabe que era uno de los “favoritos” de Néstor Kirchner.
Los historiadores aseguran que el famoso “Diario de Yrigoyen” no existió, que ese supuesto pasquín repleto de buenas noticias para Don Hipólito es un mito. Pero los sucesivos gobiernos que siguieron al del líder radical se ocuparon de alimentar esa leyenda, publicando su versión edulcorada de los hechos. Julio De Vido, ministro de Planificación Federal de la última década, acaba de hacer su aporte, pues en el peor de los picos de la crisis energética, con apagones masivos y protestas por la falta de luz, público su propio diario. Lleva por título: “Un año de grandes avances en materia de energía”.
Se trata de un “suplemento especial” de 4 páginas que acompañó ayer la edición del diario oficialista Tiempo Argentino. De Vido escribe una editorial en la que realiza una encendida defensa de su política. Y no menciona los apagones ni otros problemas en el suministro que ya llevan dos semanas.
La principal excusa para celebrar los éxitos en materia energética es el avance en la construcción de la central hidroeléctrica “Vuelta de Obligado”, a orillas del Río Coronda, en Santa Fe. También se hace referencia a otras obras, como Chihuido I, en Neuquén, y la Central Argentina de Elementos Modulares (Carem), una central nuclear de baja potencia en el norte bonaerense. En la tapa del suplemento también se habla de Yacyretá, aunque luego nada se informa sobre ella. “Estos proyectos forman parte del Plan Energético Nacional que permite que cada vez más argentinos se incorporen al sistema interconectado”, se endulza el Ministerio.
En su columna, De Vido ataca a quienes critican la política energética vigente y avala la aplicación de millonarios subsidios a las tarifas de luz y gas. “Las tarifas dejaron de ser dolarizadas, porque la energía en la Argentina tiene costos en pesos y resulta muy competitiva.
Esto es así porque los costos deben medirse independientemente de quien los pague, es decir si los afrontan los consumidores o los subsidia el Estado, lo que en todo caso forma parte de una concepción política inclusiva”, sostiene el ministro.
Los números que brinda luego el titular de Planificación son apabullantes. Informa que aquí el costo de generar un Megavatio de electricidad es de 66 dólares, 15% menos que en Brasil o la mitad de lo que sale en Chile. Y que el costos de generar un BTU de gas es de menos de 6 dólares, muy por debajo de los 24 dólares que cuesta en Brasil.
Además indica que el consumo per cápita de energía es en el país muy superior que en el resto de la región: 329% más elevado que en Brasil, 184% más que en Chile y 184% más que en Uruguay. Para el ministro, este consumo, más que desperdicio o un posible exceso, resulta ser “un indicador indubitable de calidad de vida”.
Hace apenas 10 días confesó que, como conocía a todos los ministros desde hacía 20 años, no había tenido problemas de adaptación a su nuevo cargo.
A un mes y medio de estar al frente de la Jefatura de Gabinete, Jorge Capitanich debió negar diferencias con Julio De Vido y defender la política energética implementada por el ministro de Planificación durante los diez años de kirchnerismo.
Sin que mediara una pregunta, el jefe de Gabinete salió ayer a cortar las versiones sobre los pases de facturas internos dentro del Gobierno por la crisis generada a partir de los cortes de luz y sus diferencias con De Vido, que quedaron expuestas cuando el ex gobernador de Chaco propuso aplicar cortes programados y su colega lo desautorizó.
"No tengo ningún tipo de controversia, disputa o pelea", aclaró Capitanich ayer por la mañana en su conferencia de prensa diaria, a modo de presentación de las acciones que había emprendido la Casa Rosada en las últimas horas. Mencionó en particular la recorrida por la central nuclear Atucha II que compartió con De Vido el sábado último.
"Lo digo para aclarar, porque siempre tratan de inventar algún tipo de confrontación", se atajó el jefe de Gabinete. Lo mismo hizo minutos más tarde el propio De Vido.
VIEJO VÍNCULO
En el segundo comunicado que emitió en el día, el ministro de Planificación dijo tener una "excelente relación" con Capitanich. "Lo conozco hace más de 20 años, en los que hemos trabajado juntos desde diferentes funciones, siempre compartiendo una visión y un mismo objetivo", abundó el santacruceño. Reveló además que su relación con el chaqueño data incluso de antes de que los Kirchner llegaran al poder.
De Vido aprovechó, por otra parte, para criticar al diario Clarín -que ayer tituló su tapa con los rumores de peleas- y a Mauricio Macri, dos de sus blancos favoritos.
"Ese artículo muestra un oportunismo similar al del jefe de gobierno, que en medio de un fenómeno climático sin precedente realiza especulaciones sin ningún sentido", agregó.
Ayer, con una Casa Rosada casi desierta por el asueto (el único que estuvo fue el jefe de Gabinete) y con la desmentida de ambos protagonistas, se calmaron las versiones de posibles cambios a partir de la crisis.
Incluso Capitanich debió ratificar la política de los diez años de kirchnerismo y, sobre todo, la continuidad de De Vido, funcionario a cargo del área de energía desde 2003.
"La autoridad máxima del ministerio [de Planificación] y todo su equipo han estado trabajando arduamente para resolver los problemas", lo defendió cuando le consultaron si como jefe de Gabinete había pedido la renuncia de De Vido y del secretario de Energía, Daniel Cameron.
"Con respecto al tema de los funcionarios, es una cuestión que incumbe y compete a la presidenta de la Nación", desvió, y emprendió su defensa del titular de la cartera de Planificación.
"Lo que no se dice en la República Argentina es que la demanda energética en 2003 era equivalente a 14.500 megavatios y que la proyección indica casi 10.000 megavatios más de consumo, para lo cual ha habido una inversión extraordinaria. El volumen de inversión en materia energética de estos 10 años representa más de un tercio de lo que se hizo en la historia argentina", apuntó a modo de defensa cerrada de lo hecho por el Gobierno. "Quiero remarcar esto porque parece que nunca se hace nada", se quejó.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, volvió a responsabilizar ayer a las distribuidoras eléctricas por los cortes de luz y las cuestionó especialmente por no dar respuesta en zonas donde el suministro eléctrico continúa interrumpido. “Lo que nosotros manifestamos como un motivo de preocupación es por qué las empresas no resuelven los problemas acumulados durante muchos días”, aseguró. El funcionario sostuvo que los relevamientos que realiza el Gobierno para identificar las áreas afectadas indican que los inconvenientes no son generalizados sino que se concentran en manzanas o cuadras de los distintos barrios, pero preocupa que en algunos casos las interrupciones son recurrentes y en otros lo grave es que desde que se cortó el servicio no se lo repuso.
En su habitual conferencia de prensa matinal, Capitanich aseguró que la ola de calor podría llegar a los 18 días consecutivos y sostuvo que esa situación genera una emergencia de carácter climático que ha venido afectando a distintos lugares de la Argentina, donde se produjeron cortes de luz. “Esto no depende de si la empresa está o no en manos del Estado o de si tiene más o menos tarifa. Este problema se puede observar también en Santa Fe y Córdoba, con tarifas sustancialmente superiores, donde también hay inconvenientes con el suministro eléctrico”, sostuvo. En el Gobierno están convencidos de que las altas temperaturas pueden provocar algunos cortes, pero tienen claro que no justifican los graves problemas que surgieron en el eslabón de la distribución, fundamentalmente. Por eso el jefe de Gabinete le volvió a exigir respuestas públicamente a las distribuidoras.
Durante la jornada de ayer, volvió a haber cortes en Mataderos, Constitución, Flores, Floresta, Caballito, Villa Crespo, Almagro, Boedo, Villa del Parque, La Paternal y Barracas. A su vez, situaciones similares se repitieron en numerosas localidades del conurbano, como Gerli, Lanús, Quilmes, Banfield, Adrogué, Tapiales, Caseros, Haedo, Morón y Ciudad Jardín. En la mayoría de los casos, se producen cortes durante varias horas, luego el servicio se restablece y después se vuelve a cortar de nuevo, aunque también hay lugares donde la interrupción en el servicio se extiende durante tres, cuatro o cinco días. El desgaste que provocan esas situaciones es lo que lleva a los vecinos a terminar bloquear calles o autopistas para tratar de obtener una respuesta.
A su vez, el malestar que supone no tener luz se agudiza por la falta de respuesta de las empresas. Las distribuidoras no sólo no invirtieron lo suficiente, sino que además demostraron no tener reacción frente a una coyuntura crítica como la actual. Una vez interrumpido el servicio, ni Edesur ni Edenor informan a los usuarios cuál es el problema y cuánto tiempo podría demandar su resolución, lo que agudiza la angustia y la desesperación. Los vecinos no saben si la luz va a volver en una hora, un día o una semana, justo en la víspera de la fiesta de fin de año. Las empresas informaron que reforzaron sus cuadrillas y sumaron grupos electrógenos, pero no mejoraron a la hora de la comunicación con los afectados.
En el Gobierno son conscientes de esta situación. Por eso el ministro de Planificación, Julio De Vido, les reclamó a las compañías en varias oportunidades que den la cara e incluso montó un call center para recibir los reclamos. No es mucho lo que se puede hacer desde ese centro porque una vez que se reciben los pedidos se limitan a enviarlos a las distribuidoras, pero al menos tratan de darles un seguimiento a los casos y al mismo tiempo contener el malestar de los ciudadanos. “El centro cumple la función de darles a los damnificados una atención más personalizada”, aseguró ayer el ministro. También continúa el operativo de emergencia para repartir agua y asistir a los afectados por los cortes, aunque no deja de ser un paliativo. Si las distribuidoras no logran normalizar el suministro eléctrico en los próximos días, los problemas aumentarán como consecuencia del desgaste que provocan los cortes, sobre todo en las personas mayores y las familias con niños.
Puede parecer una broma atrasada por del Día de los Inocentes, pero no, es 100% cierto. En medio de una de las mayores crisis energética que vive la Argentina, el diario Tiempo Argentino publicó hoy un suplemento publicitario con el título “Un año de grandes avances en materia de energía”, ilustrado con una torres de energía gigante.
El pliego guarda mucha más sorpresa en su interior, donde puede encontrarse una columna de opinión del duramente cuestionado ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, con un tìtulo cuanto menos polémico mientras miles de argentinos sufren desde hace ya 15 días constantes cortes en el suministro de energía en medio de la ola de calor más importante de las últimas décadas. “La competitividad energética, clave del modelo”, se titula su columna.
El suplemento se publica en momentos en que el Gobierno reconoce fallas en el sistema de distribución, aunque le echa toda la culpa a las empresas eléctricas por la falta de inversión.
En los párrafos que llevan su firma, De Vido plantea que el objetivo del Gobierno es que “todos los usuarios accedan a los servicios en igualdad de condiciones” y celebra los “costos” tanto del fluido eléctrico como el de gas.
“Este proyecto que conduce la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, es claro en sus objetivos y lo respaldan diez años de crecimiento, que no fueron a costa de endeudar a las próximas generaciones, sino la firme decisión de poner nuestros recursos al servicio del desarrollo y la calidad de vida de todos los argentinos”, afirma el funcionario.
De Vido dice que el Ejecutivo “va a seguir trabajando para profundizar el rumbo, procurando mantener y mejorar la competitividad de los costos de la energía, siempre en pos de que todos los usuarios accedan a los servicios en igualdad de condiciones, estén donde estén, sin ciudadanos de primera y segunda, como proponen algunos, y no para asegurar las ganancias de unos pocos, sino la inclusión de todos los argentinos”.
“La energía en la Argentina tiene costos en pesos y resulta muy competitiva respecto de otros países de la región”, remarca, aunque no alude, por ejemplo, a las compras de energía que el país tuvo que hacer al Uruguay para afrontar los récords de consumo que el país batió en los últimos días.
Para rematar la nota, De Vido destaca: “Esa diferencia brinda a la industria condiciones inmejorables de competitividad que en su mayoría se vuelca al consumo, lo que redunda en una mejor calidad de vida y en un fortalecimiento del mercado interno que de manera virtuosa impulsa los niveles de actividad y empleo”.
En medio de una de las mayores crisis energética que vive la Argentina, el diario oficialista Tiempo Argentino publicó un suplemento publicitario con el título "Un año de grandes avances en materia de energía", ilustrado con una torres de energía gigante.
Pero eso no es todo. En el interior, el pliego tiene una columna de opinión del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, con el título "La competitividad energética, clave del modelo".
El suplemento se publica en momentos en que el Gobierno reconoce fallas en el sistema de distribución, aunque le echa toda la culpa a las empresas eléctricas por la falta de inversión.
En los párrafos que llevan su firma, De Vido plantea que el objetivo del Gobierno es que "todos los usuarios accedan a los servicios en igualdad de condiciones" y celebra los "costos" tanto del fluido eléctrico como el de gas.
"Este proyecto que conduce la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, es claro en sus objetivos y lo respaldan diez años de crecimiento, que no fueron a costa de endeudar a las próximas generaciones, sino la firme decisión de poner nuestros recursos al servicio del desarrollo y la calidad de vida de todos los argentinos", afirma el funcionario.
De Vido dice que el Ejecutivo "va a seguir trabajando para profundizar el rumbo, procurando mantener y mejorar la competitividad de los costos de la energía, siempre en pos de que todos los usuarios accedan a los servicios en igualdad de condiciones, estén donde estén, sin ciudadanos de primera y segunda, como proponen algunos, y no para asegurar las ganancias de unos pocos, sino la inclusión de todos los argentinos".
"La energía en la Argentina tiene costos en pesos y resulta muy competitiva respecto de otros países de la región", remarca, aunque no alude, por ejemplo, a las compras de energía que el país tuvo que hacer al Uruguay para afrontar los récords de consumo que el país batió en los últimos días, según transcribe El Cronista Comercial.
Para rematar la nota, De Vido destaca: "Esa diferencia brinda a la industria condiciones inmejorables de competitividad que en su mayoría se vuelca al consumo, lo que redunda en una mejor calidad de vida y en un fortalecimiento del mercado interno que de manera virtuosa impulsa los niveles de actividad y empleo".