Unas 120 mil personas dejaron la Ciudad rumbo a la Costa. Pero en varios barrios de Capital y GBA siguieron sin luz, con una térmica que llegó a 40 grados. Hoy, asueto en Ciudad, Nación y Provincia.
El malhumor, el fastidio y los inconvenientes por la falta de energía eléctrica no ceden. El agobiante calor sigue y también los cortes de luz. La seguidilla de asuetos en las administraciones nacional y provincial –que se repite hoy con el agregado de la Ciudad–, prepararon el terreno para que el éxodo por las vacaciones de verano se pusiera en marcha ya desde el viernes y así disminuyera en la Ciudad y el GBA la demanda energética. Sin embargo, eso no alcanzó, el termómetro no acompañó –a las 15 de ayer la sensación térmica alcanzó los 40°– y continuaron las calles cortadas por vecinos indignados y hartos de no tener electricidad.
Entre el sábado y ayer a la tarde más de 26 mil vehículos y micros (unas 120 mil personas) salieron de Buenos Aires hacia la Costa. Este éxodo no cambió de modo notable la situación. Resulta muy difícil tener información completa sobre los alcances de las interrupciones del servicio eléctrico, aunque Clarín pudo verificar que ayer continuaban sin luz diferentes zonas de Belgrano, Mataderos, Villa Crespo, Villa del Parque, Caballito, Floresta, San Martín, Avellaneda, Lanús, Banfield y Adrogué.
La ministra de Seguridad de la Nación, María Cecilia Rodríguez, junto a su par de la ciudad, Guillermo Montenegro, señaló ayer que todavía había 11.000 usuarios afectados por los cortes de energía en el área metropolitana. Es decir, unas 44 mil personas.
Con la falta de electricidad también continuaron las protestas en las calles. Algunas se registraron en Caballito, Villa del Parque, Mataderos y Constitución, donde los vecinos armaron un fuego de grandes dimensiones en Entre Ríos y Garay. En Avellaneda se registró un piquete de vecinos en la esquina de De La Serna y Magán.
En Lanús, en tanto, vecinos cortaron ayer el cruce de las calles Santa Fe y Viamonte para protestar por la falta de energía eléctrica que afecta a la zona desde hace más de tres días. Encendieron neumáticos, ramas y hasta colchones para reclamar la “urgente reconexión del servicio”.
En esa protesta se produjo un hecho insólito. Fue cuando un grupo de manifestantes identificó cerca del lugar a un empleado de Edesur, al que decidieron mantener cautivo hasta que les resolviera la falta de suministro eléctrico. La gente que “secuestró” al empleado le dijo que no lo dejarían ir hasta que volviera la energía eléctrica. El operario se comunicó entonces con la empresa para dar aviso de su situación. Unos minutos después, una cuadrilla se acercó al lugar y restableció en 20 minutos el suministro de al menos un sector de la zona afectada. Recién entonces los “secuestradores” dejaron en libertad al empleado.
El “vaciamiento” de la Capital era una de las apuestas del Ministerio de Planificación para pasar la crisis energética, pero esa variable no dio los resultados esperados. Ahora la próxima apuesta es esperar el fin de la ola de calor, que se daría recién el jueves, para cuando se espera una máxima de unos 28°.
Para mañana a la noche se esperan todavía muy altas temperaturas ante la incertidumbre de muchos porteños y bonaerenses de si recibirán el Año Nuevo con o sin luz (muchos ya pasaron una Nochebuena a oscuras).
Desde Edesur informaron que el área de su concesión ayer logró mejorar la situación de algunas zonas. Informaron que proveyeron de grupos electrógenos y que, junto a AySA, procedieron al llenado de tanques de agua en edificios sin energía. La empresa distribuidora dijo también que esperan que en 72 horas, cuando el calor extremo ceda y la emergencia cese, puedan empezar a trabajar en soluciones más duraderas en las zonas más afectadas por los cortes de luz.
Desde Edenor, en tanto, afirmaron que el 99 % de sus clientes ya tienen un suministro normal de corriente. “Quedan pocos cortes, puntuales y aislados” dijeron a Clarín. Y agregaron que a los afectados por interrupciones del servicio les están brindando soluciones dentro de las 24 horas de surgido el inconveniente.
“Los únicos que aparecen son los hombres de amianto del Gobierno, como De Vido”. Así definió un dirigente de la oposición la falta de presencia del kirchnerismo ante la crisis energética. Sin embargo, ese “amianto” del que parece estar hecho el ministro de Planificación, Julio de Vido, no lo protege de las críticas internas y el pedido de explicaciones por parte de la presidenta Cristina Kirchner.
Es al ministro de Economía, Axel Kicillof, a quien más se escuchó despotricar contra De Vido y su fracaso en la gestión. La enemistad entre ellos no es una novedad, tampoco los tironeos por espacios de poder. Esta vez, Kicillof le reclama a De Vido por la falta de previsión y planificación que derivó en esta la crisis social por falta de luz.
Pero también es mérito del propio ministro de Economía el fracaso en la política energética. Siendo secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo, en agosto del año pasado, Kicillof intervino el área energética. Decidido a controlar, reunió a los empresarios del sector y les advirtió sobre una reestructuración. Desde entonces, el Gobierno controlaría tarifas y ganancias e intentaría engrosar la participación del Estado en Edenor.
Lo cierto es que la política de energía está fracturada desde hace tiempo. En Edesur, con mayoría de la italiana Enel, hay en la práctica un interventor estatal, Luis Barletta, que responde a Roberto Baratta, la mano derecha de Vido. Pero en Edenor, del argentino Marcelo Mindlin, hay cuatro directores del Estado en nombre de las acciones que antes pertenecían a las AFJP. Entre esos directores sobresale el actual viceministro de Economía, Emmanuel Alvarez, que responde a Kicillof.
Por lo que el mismo Alvarez dejó trascender, Kicillof es partidario de aplicar una tarifa social ya, junto con un fuerte ajuste al resto. Cuentan que está decidido a aplicarla y para determinar la población que sería beneficiada, cruzaría datos con ANSeS sobre quiénes reciben la asignación universal por hijo y planes trabajar.
También los expertos de consulta de las distribuidoras, Edenor y Edesur, que advirtieron públicamente sobre la crisis hasta 2003,sugieren que hay medidas que podrían ayudar. Entre ellas, enumeran: dejar de iluminar los edificios públicos, cambiar la hora para que se utilice menos luz artificial y apagar las marquesinas de los comercios.
Pese a las propuestas de unos y otros, el Gobierno no toma ninguna definición de fondo y los cortes y el calor siguen (ver página 3). Así, aunque la crisis y las críticas no amenazarían, por ahora, el sillón del ministro, cerca del Gobierno advierten que debe haber un “fusible”que pague el costo político por la crisis energética, un costo que, de lo contrario, afrontaría solo la presidenta. Por eso, varios apuntan a que si no es De Vido quien pega el portazo, tendrá que ser uno de sus hombres, como el secretario de Energía, Daniel Cameron. Este funcionario, criticado en los últimos días por mostrarse distendido jugando al golf, insiste en que él ya advirtió lo que podía suceder, presentó planes para resolver el problema y nadie lo escuchó.
También el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se convirtió en una pieza clave del equipo de Cristina y mostró diferencias de criterio con De Vido. Pese a que ambos se mostraron con agendas compartidas, recorrieron las instalaciones de Atucha II y supervisaron el funcionamiento del call center dispuesto para recibir reclamos por la falta de luz, las diferencias entre ambos funcionarios son conocidas por todos y quedaron expuestas en los primeros días del colapso. Fue cuando el jefe de los ministros habló de la posibilidad de cortes programados y De Vido lo desautorizó.
En la Casa Rosada, sin embargo, buscan bajarle el tono y aunque admiten que puede haber “algún criterio diferente respecto de cómo encarar el trabajo”, insisten en que tanto De Vido como Capitanich y el resto de los ministros “están trabajando en equipo para resolver la crisis”. Informan, además, que el jefe de Gabinete está en comunicación permanente con la Presidenta, la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, y el secretario del área, Sergio Berni.
El sábado, mientras recorrían las instalaciones de la central nuclear, De Vido le prometió a Capitanich que Atucha II estaría en marcha, por fin, en abril de 2014. Y aunque su puesta en marcha llega cuatro años tarde, permitiría abastecer a una población de 4 millones de personas.
El Gobierno Nacional y el de la Provincia de Buenos Aires dispusieron ayer dar asueto para hoy, a partir del mediodía, al personal de la administración pública. La medida, en medio de la ola de calor extremo y cortes de energía, es similar a la que tomó el Gobierno porteño. El asueto no rige para las guardias y servicios de emergencia de los hospitales, ni para la recolección de residuos.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, confirmó ayer el asueto administrativo. Lo definió como otro mecanismo “que permita la atención de la emergencia sanitaria”. De esta forma, la Nación se suma a la medida implementada, en forma previa, por el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, que el sábado dispuso un asueto para todo el día de hoy para la administración porteña, ante la proliferación de las interrupciones en el servicio eléctrico.
De todos modos, el asueto porteño no es total. Según pudo saberClarín de fuentes de los trabajadores de la Ciudad, se decidió que el cierre del ejercicio administrativo del Gobierno porteño se mantenga para hoy, lo que significa que todos los empleados que tengan relación con esa tarea (cerca de la mitad de los empleados, según estimaciones de los gremios) deberán ir a trabajar igual. Así, el asueto es más un gesto político que un hecho concreto. En este contexto, además, Macri decidió suspender sus vacaciones en el Sur, según confirmó ayer la vicejefa María Eugenia Vidal. Fue un modo de responder a las críticas que recibió el líder del PRO por continuar con su descanso mientras miles de porteños sufren los cortes de luz.
No sólo el Estado toma medidas para intentar que baje la demanda de energía. Ayer la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET) resolvió que todos los teatros de la Ciudad mantendrán todas sus marquesinas apagadas durante 7 días, desde la medianoche de hoy.
Pasó un fin de semana repleto de piquetes y protestas motivadas por los cortes de luz, que en algunos casos se extienden desde hace dos semanas. La postal de Buenos Aires es ahora, la de comercios colmados de grupos electrógenos y oscuridad total en distintos barrios de la Ciudad y del conurbano.
La temperatura no da respiro y ayer llegó a los 40 grados de sensación térmica. En medio de las protestas, un grupo de vecinos del barrio porteño de Villa Santa Rita decidió trasladar su ira al frente de la casa del diputado Juan Cabandié.
Mientras tanto, los teatros de la Ciudad decidieron apagar sus luminosas marquesinas por 7 días, según anunció la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales, en solidaridad con los afectados. Por otra parte, vecinos de distintos barrios se quejaban ayer por la deficiencia en las lineas de atención para los damnificados que se encontraban totalmente saturadas.
Las zonas más afectadas fueron los barrios porteños de Flores, La Paternal, Barracas, Belgrano, Caballito, San Cristóbal, Villa Devoto, Villa Crespo, Villa del Parque, Monte Castro, Villa Mitre, Palermo, Mataderos, Villa Luro, Floresta y Retiro.
En el Gran Buenos Aires, hay amplias zonas sin suministro en Adrogué, Avellaneda, Berazategui, San Martín, Ituzaingó, Lanús, Castelar, Morón, Gerli, Vicente López, La Plata, Gran La Plata y Ezeiza, entre otros.
Funcionarios de los gobiernos nacional y porteño comenzaron ayer a diseñar estrategias conjuntas para asistir a los afectados por los cortes de luz en la Capital, en plena ola de calor. La confección de un mapaonline actualizado de los barrios a oscuras, la coordinación de la atención de adultos mayores vulnerables, el envío de agua a los domicilios sin electricidad y la apertura de centros para eventuales evacuados integran las líneas de acción previstas.
Así lo anunció ayer la vicejefa de gobierno de la ciudad, María Eugenia Vidal, al término de la primera reunión del Comité de Emergencia que integran funcionarios porteños y representantes del Estado nacional, un día después de que Mauricio Macridecretara la emergencia energética en Buenos Aires. La medida venía siendo solicitada por sectores de la oposición porteña y, anteayer, a quince días del inicio de la crisis, la Ciudad recogió el guante.
Por eso, ayer el comité empezó a sesionar en la sede del Centro Único de Coordinación y Control (CUCC), en el barrio de Chacarita. Por la mañana concurrieron Vidal; el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; los ministros Carolina Stanley (Desarrollo Social) y Guillermo Montenegro (Seguridad), y el subsecretario de Emergencias, Néstor Nicolás. Por el gobierno nacional, en tanto, concurrió el director nacional de Emergencias, Carlos Soloaga.
Por la tarde, Montenegro mantuvo una segunda reunión con el secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni, en el Departamento Central de la Policía Federal.
"Hemos dispuesto cruzar la información sobre las zonas afectadas, que va cambiando permanentemente por el restablecimiento del servicio eléctrico en algunos barrios y los cortes en otros, para tener un mapa online que nos permita intervenir y actuar mejor en cada caso", dijo Vidal.
Ayer se registraron cortes en zonas de Flores, Floresta, Caballito, Boedo, Paternal, Parque Patricios, Mataderos, Parque Chacabuco, Villa Crespo, Almagro, Villa del Parque, Villa Urquiza y Recoleta. En el conurbano, en tanto, faltó energía en Lanús, Avellaneda, Quilmes, San Martín y San Fernando, entre otros. En muchos de estos sitios, los vecinos, indignados, volvieron a realizar piquetes callejeros en reclamo de una solución.
Las reiteradas interrupciones en el servicio de electricidad ocurren en medio de una de las olas de calor más prolongadas y agudas en la historia de la Capital, en un contexto de décadas de desinversión en infraestructura energética. Por eso, por el momento, las autoridades sólo apuntan a paliar las consecuencias de los apagones sobre la salud de la gente y la vida cotidiana.
Según detalló ayer Vidal, los dos Estados analizaron la coordinación del trabajo "en materia de asistencia social, sobre todo para los adultos mayores, el envío de agua a las zonas más afectadas y la atención de la salud a través de la red sanitaria". Personal médico de la Fuerzas Armadas ya está desplegado en puestos en la Capital para brindar atención.
En el caso de que fuera necesario evacuar a personas afectadas por la falta de luz y de agua, anunció la funcionaria, la Ciudad tiene habilitados desde el viernes pasado tres centros comunitarios y un cuarto disponible desde ayer exclusivamente para adultos mayores. Los vecinos que requieran este tipo de ayuda deben llamar a la línea gratuita 108 y el gobierno porteño también les brindará movilidad para poder trasladarse.
Desde el Poder Ejecutivo porteño recordaron que se pusieron a disposición de los vecinos que sufren la falta de agua las instalaciones de 18 polideportivos y parques para que puedan ser utilizados para asearse.
Y, además, se ordenó a los hospitales que permitan que los vecinos que necesitan cadena de frío para conservar medicamentos accedan a las heladeras de sus farmacias.
El sector energético, uno de los eslabones de la economía que más dolores de cabeza le ocasionó al kirchnerismo, va camino de convertirse en una pesadilla aun mayor en el epílogo de la gestión de Cristina Kirchner. Ayer persistían los cortes de energía en el área metropolitana, en una seguidilla que lleva dos semanas y que anoche afectaba todavía a unos 11.000 usuarios. También hubo piquetes en varios puntos de la Capital, en reclamo por la falta de suministro eléctrico.
Aunque el Gobierno tomó este año medidas con vistas a aumentar la producción de hidrocarburos y, por lo tanto, reducir la salida de divisas por importaciones de energía, las compras al exterior cerrarán 2013 con un incremento del orden de 25% en comparación con el año pasado. Cuando termine el año, se habrán ido por esa vía casi 12.000 millones de dólares, según cálculos conservadores.
Desde el punto de vista de las cuentas nacionales, además, 2014 traerá peores noticias: pese al muy moderado crecimiento de la economía que se espera, los analistas estiman que en 2014 se gastarán en importaciones de energía entre 14.000 y 15.000 millones de dólares, es decir, entre un 16% y un 25% más, según quién haga las cuentas. Es un monto gigantesco. Equivale, por caso, a la mitad de las reservas del Banco Central -el viernes cerraron en US$ 30.820 millones-, y alcanza para construir más de 10 centrales eléctricas de gran porte. Además, multiplica por 12 la inversión que llegará al país a través del acuerdo entre las petroleras Chevron e YPF y por siete al presupuesto inicial de 2013 para atender la Asignación Universal por Hijo (AUH).
El crecimiento de las importaciones de energía representa, también, un mal augurio tanto para ahorristas como para quienes tienen su negocio atado al acceso al dólar. Todas las medidas relacionadas con el cepo cambiario, tanto las que apuntan al turismo como la restricción de compras al exterior, tienen como inspiración la necesidad de resguardar esa divisa para pagar la factura energética.
"La economía va a un estancamiento inflacionario, por lo que por el lado de la demanda de energía las presiones del año próximo se van a desacelerar. Pero como la oferta de petróleo y gas del país mantendrán una tendencia a la baja, las importaciones van a seguir creciendo. Si asumimos un escenario de precios similar al de este año pueden aumentar a unos 14.000 o 14.500 millones de dólares", explicó Daniel Montamat, ex secretario de Energía y ex presidente de YPF, ante la consulta de LA NACION.
Jorge Lapeña, otro ex secretario de Energía, sostuvo: "El número final de 2014 depende de muchas cosas, pero mientras sigan bajando la producción de gas y la de petróleo y continúe en aumento la demanda energética en todos los rubros -naftas, gasoil y energía eléctrica-, las compras al exterior crecerán fuertemente como en los últimos tres años. No es irreal pensar en que llegarán a los US$ 15.000 millones".
El desdén de Néstor Kirchner y, luego, de Cristina Kirchner por la producción de gas parece estar entre las principales causas del crecimiento en las importaciones energéticas. Al menos así lo muestran las estadísticas oficiales. Hasta noviembre, el Gobierno pagó 5459 millones de dólares para cubrir la brecha que ocasionó la menor producción doméstica y el crecimiento de la demanda. De este total, US$ 3542 millones se destinaron a solventar las compras de gas natural licuado, que llegan hasta los puertos de Bahía Blanca y Escobar. Otros 2007 millones de dólares fueron a Bolivia, que exporta cada vez más gas al país.
Las compras de gas, además, encierran otro problema. En la mayoría de los casos, se pagan a través de subsidios del Estado para mantener las tarifas congeladas. Desde la llegada de Axel Kicillof al Ministerio de Economía -primero como número dos y luego como jefe-, el Gobierno ha dado señales para estimular la producción local de hidrocarburos, en especial de gas, cuya producción registra una caída persistente durante la década kirchnerista.
De acuerdo con los números que esgrimió Kicillof durante su disertación en el Día del Petróleo, a principios de mes, el Estado transfirió a las petroleras 1500 millones de dólares en subsidios en el contexto de un plan de estímulo a la producción de gas que anunció la presidenta Cristina Kirchneren noviembre de 2012.
Esas transferencias les garantizan a las petroleras que cobrarán US$ 7,50 por millón de BTU (la unidad de medida) por el gas adicional que sumen a su oferta anterior. El precio triplica el valor promedio que recibían las compañías y comenzó a contener la caída en la producción de las grandes empresas. Sin embargo, el estímulo se nota especialmente en los números de la estatizada YPF, que sólo explica el 25% de la oferta nacional de gas.
Las importaciones son apenas un capítulo de la balanza comercial energética. Debido a la caída de las exportaciones, el rojo se profundizará el año próximo, hasta los US$ 8500 millones, según los números de Montamat. Un motivo más para ajustar la presión sobre el cepo cambiario.
UNA CUENTA QUE NO DEJA DE CRECER; CADA VEZ ES MAYOR LA DEPENDENCIA DE COMBUSTIBLES IMPORTADOS
11.844Compras
Son los millones de dólares que se necesitarán para importar energía en 2013
14.500 Previsión
Es, en millones de dólares, lo que se necesitaría para importar energía en 2014
3542 Importación
Son los millones de dólares que se gastaron para comprar GNL hasta noviembre
3,9% Aumento
Es la suba de la demanda de electricidad en noviembre frente a igual mes de 2012.
El sistema eléctrico argentino camina al borde de la catástrofe, muy cerca del abismo. Lo muestran los propios números oficiales. No hay capacidad para atender la demanda. Los picos históricos en todo caso no son tales. La demanda récord es la que se pudo atender ¿Cuánto más era el consumo si se atendían los cortes? La energía barata es como el pan a diez pesos o el dólar a precio oficial: no alcanza para todos y hay que racionar.
Pero la demanda no ha estado creciendo mucho. El Indec muestra que en los once primeros meses sólo aumentó 2,6%; menos de la mitad de lo que el mismo Indec dice que crece la economía. O la Argentina es un modelo de crecimiento que logra un aprovechamiento energético maravilloso o hay una nueva prueba de que el organismo público no sabe mentir. La evolución de la demanda eléctrica indica que la actividad está más cerca de la recesión que del alto crecimiento que obliga a pagar jugosos beneficios a tenedores de bonos entre los que, sorpresa, se encuentran algunos directivos del propio Indec.
Las fallas en la distribución han escondido la insuficiencia de la generación, que también puede llevar a los apagones, programados o no.
El sábado, en el pico de demanda de potencia, a las 14.10, la administradora del mercado mayorista, Cammesa, decía tener reserva térmica por apenas 364 MW, es decir, menos del 2% del requerimiento de ese momento. La indisponibilidad de máquinas térmicas por fallas es altísima. Por meses no baja de 4000 MW. El Gobierno ha obligado a usar con combustible líquido de forma permanente generadores diseñados para hacerlo sólo ocasionalmente; no es raro que fallen bastante más seguido que hace una década.
La central nuclear de Embalse no entrega toda su potencia y debe ser apagada para un mantenimiento. Julio De Vido visitó el 28 de diciembre la central Atucha II. Es la que se comenzó a construir en 1980, abandonada en los 90, reactivada por Néstor Kirchner y "puesta en marcha" en septiembre de 2011 por Cristina Kirchner, en un prohibido por ley acto de campaña previo a los comicios de octubre. Más de dos años después de la "puesta en marcha" la central no genera todavía nada y De Vido, junto a Capitanich, en medio de la catástrofe, habló desde sus instalaciones en el Día de los Inocentes.
El titular del Ministerio de Planificación embistió contra Edenor y, sobre todo, contra Edesur. En esa compañía el Gobierno tiene un veedor desde julio de 2012. Lo designó primero por 45 días, pero le fue prorrogando la gestión. En agosto último se la extendió por 90 días más. Luis Barletta es, además, el vicepresidente del ente regulador, ENRE.
El Estado tiene cinco directores en Edenor, desde que se quedó con las acciones que tenían lasAFJP. Uno de ellos, Emmanuel Álvarez Agis, está allí desde 2012 y en noviembre asumió en el equipo de Axel Kicillof con el pomposo cargo de secretario de Política Económica y Programación del Desarrollo. ¿No sabían lo que pasaba, lo que las empresas en las que supuestamente se desempeñan hacen? Las propias empresas les avisaron lo que sucedía. Las instalaciones no alcanzan. La eficiencia de los equipos se reduce con las altas temperaturas y las fallas aumentan. Desde Edesur dicen que la situación se les complica más porque tienen más proporción de su red soterrada que Edenor. "Es más fácil que se caliente y es más difícil de arreglar", señalan.
Las dos compañías estuvieron haciendo cortes programados sin decirlo. Hasta que De Vido mostró que lo sabía. "Cuando las instalaciones están al ciento por ciento de la capacidad y se comienzan a calentar las desconectamos, evitamos la rotura, pero no todas las veces se llega a tiempo y eso no garantiza que cuando se vuelva a conectar no se repita la situación", señalan. En muchos lugares no llegaron a tiempo.
Por ahora la generación hidráulica no genera problemas. Hay agua suficiente. Pero el sábado aparecieron máquinas indisponibles en Yacyretá, Salto Grande, El Chocón y Río Grande, entre fallas y otras razones. Faltaron más de 1100 MW, lo que produciría la generación nuclear si Embalse funcionara a pleno. Hubo que usar 217 MW importados de Uruguay. El sistema está al borde del colapso incluso cuando están cerrados la Administración Pública y los bancos y cuando las automotrices y las aceiteras y las cementeras, grandes consumidores, están de capa caída.
En el sector energético dicen que sólo resta esperar que se cumplan los pronósticos de que a partir de mañana comenzará a bajar la temperatura. Si no fuera así, la situación será, incluso para los especialistas, totalmente imprevisible.