En enero, el Gobierno pondrá a la venta el pliego para la central hidroeléctrica Chihuido.
Con el inicio del proceso licitatorio del complejo hidroeléctrico Chihuido, el Gobierno comenzó a afrontar la “prueba de fuego” del nuevo megaplan de infraestructura que pretende llevar adelante con empresas de China, Rusia y Brasil que aporten financiamiento estatal y privado.
Tras la gira realizada por esos países por el ministro de Planificación, Julio De Vido, en busca de oferentes, la administración kirchnerista decidió arrancar la ronda de 15 licitaciones internacionales que tiene en carpeta con la correspondiente a la represa neuquina de Chihuido.
Se trata de una obra valuada en US$ 2.103 millones que contará con una potencia instalada de 637 Megavatios –equivalente a la mitad de la usina de El Chocón– y aportará 1.750 Gigavatios/hora de energía media anual al sistema eléctrico nacional.
Luego de fracasar la anterior licitación que piloteó la provincia de Neuquén y que había dejado como ganador a un grupo integrado por Electroingeníería, CPC de Cristóbal López y la brasileña OAS; ahora los encargados de adjudicar y garantizar el repago de la obra serán el ministro De Vido y el secretario de Obras Públicas, José López.
Los pliegos licitatorios que se venderán a partir del 15 de enero contienen tres puntos destacados que muestran el interés oficial por el desembarco de empresas extranjeras. En primer lugar, fijan que los consorcios deberán tener un mínimo de 30% de participación de compañías locales. En segundo término, establecen que los grupos oferentes deben financiar, como mínimo, el 85% del valor total de la obra. Y en tercer lugar, disponen que aquellos consorcios que presenten una financiación por el 100% del proyecto correrán con ventaja en la evaluación final de las ofertas.
Si no se registran demoras, a fines de abril se efectuará la apertura de los sobres de antecedentes y técnicos y dos meses después se conocerán las propuestas económicas. Según los datos oficiales, el plazo de ejecución de la obra será de cuatro años y se generarán 2.500 puestos de trabajo en forma directa y otros 3.000 indirectos.
Si bien la apuesta del Gobierno es lograr una amplia participación de constructoras y firmas de ingeniería de los tres países visitados por De Vido, los primeros movimientos en el plano local estarían indicando que la pelea por Chihuido quedaría planteada entre consorcios liderados por empresas asentadas en Moscú y Beijing.
Del lado de Rusia, las que estarían interesadas son Inter Rao, Power Machines y Rushydro. Como posibles acompañantes domésticos suenan Helport (grupo Eurnekian) y Panedile.
En tanto, desde China las que se anotarían en la contienda son Gezhouba –acompañada por Electroingeniería– y Sinohydro, que llevaría como socias a las locales a Iecsa, Esuco y Chediak.