Isabel Carreño G.
La minería informal será el principal foco de conflictividad a nivel nacional durante el 2014 en el marco del proceso de formalización que vence en abril próximo, así lo estima el último informe del Observatorio de Conflictos Mineros.

Además, mostraron su preocupación por el incremento de concesiones en los últimos años para la minería artesanal o informal, que ascienden a más de 26 millones de hectáreas, lo que significa el 21,20% del territorio peruano, según el mapa de concesiones mineras a noviembre de 2013.

Entre 2005 y 2011 el número de titulares en el régimen de minería artesanal se ha incrementado en 20%, mientras que el área concesionada prácticamente se triplicó, pasando de 1,5 millones a 4,4 millones de hectáreas, muchas de las cuales se convertirán en operaciones legales y las que no pasen el proceso de formalización terminarán siendo ilegales. El informe refiere que uno de los puntos más preocupantes es que la minería ilegal actualmente exporta más que el narcotráfico al exterior.

El documento indica que de las aproximadamente 70 mil Declaraciones de Compromiso presentadas el año pasado para iniciar el proceso de formalización, hasta agosto de 2013 solo 20.875 mineros habían iniciado el trámite.

El Ministerio de Energía y Minas estimó en el 2012 que hay unos 100 mil mineros, en su mayoría informales, y unas 400 mil personas que dependen de estas actividades.

Para el ex viceministro de Gestión Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente e investigador de la ONG CooperAcción, José De Echave, el Estado debe preparar un diagnóstico actualizado y por zonas sobre la minería informal, que viene extendiéndose a lo largo del país, con el objetivo de detener su avance.

La abogada Ana Leyva manifestó que para resolver este conflicto se requiere que el Estado tenga capacidad multisectorial para enfrentarlo. De echave opinó que otra de las formas para frenar el crecimiento de está actividad extractiva sería incrementar las zonas de exclusión minera para conservar miles de hectáreas de bosques que son depredadas.

Apuntaron que pese a la disminución de conflictos, se mantienen los problemas latentes de Conga (Cajamarca), Espinar (Cusco), Tía María (Arequipa) y en Madre de Dios.