El funcionario analizó la política tarifaria, los cortes de luz de los últimos días y lo que se espera para el verano, el acuerdo con Repsol y las medidas que se están tomando para revertir el déficit energético, entre ellas, la búsqueda de inversiones en Rusia, China y Brasil.
“No esperen un tarifazo ni una quita indiscriminada de subsidios, porque no es nuestra política”, responde el ministro de Planificación, Julio De Vido, aunque reconoce que están analizando todos los casos, y remarca que quienes estén en condiciones de afrontar una tarifa plena de los servicios públicos dejarán de percibir el beneficio. Durante su gira por Rusia, el funcionario concedió una entrevista a Página/12 y a medios colegas en la embajada argentina en Moscú, donde además habló de los cortes de luz de los últimos días y de lo que se espera para el verano, del acuerdo con Repsol y de las medidas que se están tomando para revertir el déficit energético, entre ellas, la búsqueda de inversiones en Rusia, China y Brasil para la construcción de un conjunto de represas hidroeléctricas.
–¿Van a reducir los subsidios a las tarifas de servicio público?
–El Gobierno en los últimos diez años ha ido quitándoles subsidios a los que pueden pagar. Hemos avanzado con esa lógica, pero lo que no vamos a cambiar es la política. No esperen un tarifazo ni una quita indiscriminada de subsidios, porque no es nuestra política. Lo que vamos a analizar es quiénes pueden tener tarifa sin subsidio y se los vamos a ir quitando.
–Algunos estudios muestran que hay gente que podría pagar la tarifa plena sin que eso afecte su nivel de vida.
–Siempre hay hipótesis que se van manejando y se tomarán medidas en la oportunidad que corresponda. Se irán viendo reducciones a los subsidios en aquellos sectores que no los necesiten. De todas maneras, las tarifas en la Argentina, aun sin subsidios, están entre las más baratas de Latinoamérica.
–Muchos sectores de clase media beneficiados por los subsidios critican los subsidios.
–Hay un registro de renuncia voluntaria. El que se sienta violado moral o éticamente por pagar un subsidio que no le corresponde puede ir y renunciar.
–¿Se sigue anotando gente?
–No, se anotó un número muy reducido.
–¿Qué va a pasar con los cortes de luz durante el próximo verano?
–Vamos a dar el ejemplo de lo que pasó esta última semana, cuando se cayó gran parte de las líneas de extra, alta y media tensión en el corredor que va desde Chivilcoy hasta Berazategui por el temporal. El lunes teníamos un millón de clientes sin servicio y cuatro días después se habían reducido a 120 mil. Les agradecemos a los trabajadores de Luz y Fuerza que pusieron todo de sí para solucionar la situación. Las empresas también actuaron, bajo el control del Estado nacional. Luego haremos una evaluación porque pudo haber demoras. Iremos viendo si hubo mal mantenimiento previo o alguna negligencia al momento de la reposición del servicio. Hay que seguir trabajando cada vez más y no hay que atar la rentabilidad de las empresas al mantenimiento del servicio. Nosotros lo que debemos hacer es exigir el cumplimiento de los contratos. Ahora bien, cuando durante tres días haga 38 grados de temperatura, el promedio de cortes, que suele estar entre 10 mil y 15 mil por distintos motivos, va a subir a 50 mil.
–¿Ese promedio no se puede ir reduciendo?
–Cada vez que hay un corte, hay una multa. El nivel de tolerancia es cero.
–Pero no es lo mismo un corte por un tornado que por falta de inversión.
–No es lo mismo, pero el contrato establece que no debe haber cortes.
–¿En el verano va a haber problemas con los cortes?
–Si yo le dijera que no va haber problemas, sería adivino. Lo que digo es que como están las instalaciones y con la capacitación que tiene el personal no debería haber ningún problema, pero si hay dos tornados por semana la situación va a ser distinta.
–¿Y sin tornados?
–Sin tornados la situación va a ser normal como fue el año pasado.
–¿Cuándo se podría revertir el déficit energético?
–La reversión del déficit dependerá mucho del crecimiento del país. Es fundamental que el país siga creciendo como lo hizo en los últimos diez años. No hay una Argentina posible en el marco del ajuste, de las restricciones al gasto que proponen los neoliberales. Hay que seguir incluyendo socialmente, hay que profundizar el proceso de redistribución del ingreso y hay que promover la inversión pública para el desarrollo de más fuentes de trabajo. De nada sirve tener autoabastecimiento si toda la industria está parada. Si los que reivindican el autoabastecimiento energético anterior a 2003 hubieran puesto la industria en marcha, como la puso en marcha este modelo en diez años, no sé de qué autoabastecimiento hablarían. Evidentemente, hubieran tenido que importar energía.
–¿Pero se va a poder lograr el autoabastecimiento?
–Por supuesto. Estamos camino al autoabastecimiento energético. La Presidenta plantó la bandera del autoabastecimiento cuando envió al Congreso la ley de soberanía energética, cuando recuperó YPF. Ahí se terminó el proceso de desinversión y empezó el proceso de desarrollo de nuestras potencialidades. Ahora bien, el día y la hora en que vamos a lograrlo dependerá de muchísimas cosas. Esperemos que dependa de la puesta en valor de Vaca Muerta, de estas once represas que estamos promocionando en esta gira y no del enfriamiento de la economía o de una baja en el nivel de ocupación.
–¿El acuerdo con Repsol puede potenciar el desarrollo de Vaca Muerta?
–Era algo lógico. La misma ley decía que había que retribuirlos por la expropiación a un costo determinado, que refleja la negociación que está en marcha, muy avanzada. Ha sido un enorme esfuerzo del gobierno argentino y también ha colaborado el gobierno español. Ahora hay que apuntar a más logros de YPF a partir de este acuerdo.
–Varias empresas estaban interesadas en invertir en Vaca Muerta, pero el conflicto con Repsol las frenaba, como es el caso de Pemex.
–Pemex particularmente tuvo un rol protagónico, ayudó al acuerdo, y más allá de esta contextualidad que usted señala, nosotros lo que estamos haciendo es cumplir con la ley de soberanía hidrocarburífera. Estamos muy contentos en haber avanzado con el acuerdo, pero fundamentalmente porque se cumple con la ley de soberanía hidrocarburífera.
–¿Tienen previsto autorizar la importación de petróleo para las refinerías que están operando por debajo de su capacidad? Las petroleras afirman que así se incrementaría la producción local y se disminuiría la importación de combustibles más caros.
–Nuestro objetivo es que haya mayor inversión para mejorar la producción local de crudo liviano y tener los niveles de nafta que demanda el mercado. Si autorizamos la importación, desalentaríamos la inversión. Ya que las propias petroleras podrían provocar los faltantes, y no me refiero a YPF, para luego poder importar. Entonces, terminarían imponiendo el precio internacional en el mercado local. De todas maneras, la comisión que se encarga del tema lo está estudiando.
–¿Por qué decidieron venir a buscar inversiones a Rusia, China y luego a Brasil?
–Porque son países que han mostrado predisposición para otorgar financiamiento, tal como quedó demostrado en la gira que hicimos el año pasado por estos mismos países, para buscar fondos para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Hay condiciones de mercado favorables para la Argentina. Con Rusia y China además ya veníamos negociando para construir nuevas centrales nucleares, y gran parte de las obras hídricas que hicimos en estos diez años fue con el aporte del BNDS brasileño. En otros países no vemos esa ventana de oportunidad, lo cual no los descalifica como futuros financistas. Igual la licitación es internacional y puede presentarse cualquiera.
–El road show de las represas de Santa Cruz se hizo el año pasado y los ganadores de esa licitación todavía no invirtieron, ¿cuándo van a empezar a aportar el dinero?
–La licitación se adjudicó en agosto. El contrato comercial ya lo firmamos y ahora estamos definiendo el contrato financiero. Imagínese que un contrato financiero por 5000 millones de dólares no es algo que se firma todos los días. El año que viene van a empezar a aportar el flujo necesario para una obra que va a demandar cinco años. Hay un compromiso de financiamiento de 5000 millones de dólares.
–¿Y cuándo empezaría la obra?
–El primer trimestre del año próximo, con seguridad.
–¿Si este road show fuera exitoso las obras que se están promocionando comenzarían en 2015?
–Chihuido seguro, y el resto va a estar en el proceso de adjudicación. Está claro que la Argentina despierta expectativas y genera oportunidades de inversión.
–Una de las críticas de la oposición es que salen a buscar capitales de China y Rusia porque tienen complicado el financiamiento por parte de los organismos multilaterales y porque les cuesta salir al mercado.
–Nunca recibimos tanto financiamiento de los multilaterales como en los últimos diez años. En el caso del BID tuvimos el mayor volumen de crédito de la historia argentina y el mayor crédito por unidad que diera la entidad en su historia, que es el financiamiento de las obras del complejo Norte Grande. Con el Banco Mundial pasó algo similar.
–Pero sí hay una decisión de no tomar deuda en el mercado de capitales, ¿estos dólares pueden servir para compensar esa situación?
–Ese ya es un tema del ministro de Economía.
–El ministro de Economía va a ver con buenos ojos esos dólares.
–Se lo van a poder preguntar en Beijing. Kicillof va a estar ahí porque éste es un evento muy importante. Lo único que puedo decirle es que los dólares que van a venir del financiamiento de Rusia y de China son del mismo color y valen lo mismo que los que dan los multilaterales o los que se pueden conseguir en el mercado.
–¿Pero lo piensan como una estrategia alternativa al mercado?
–Nosotros vamos a salir al mundo a ofrecer los proyectos de obras que Argentina quiere construir y va a construir inexorablemente. Fíjese que las represas que estamos promocionando en esta gira van a generar 4925 megavatios de potencia y si estuvieran en funcionamiento nos ahorraríamos 3972 millones de dólares por año en importación de combustible.
–¿La restricción para girar dividendos puede complicar las inversiones?
–Las empresas deben reinvertir sus dividendos. En las áreas de nuestra incumbencia hemos trabajado en ese sentido. En el caso específico de las telefónicas, por ejemplo, les hemos dicho: “La Argentina necesita que reinviertan más”. Si reinvierten y mejoran el servicio, tendrán todavía más rentabilidad. El giro de dividendos no puede ser un eje de discusión permanente.
–¿Qué opina sobre el desembarco de Fintech en Telecom?
–Para poder opinar tengo que ver la propuesta y cuando vine para Moscú todavía no estaba. La tienen que presentar en la Secretaría de Comunicaciones y en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Lo que más nos preocupa es que no haya riesgo de integración monopólica. Nosotros oportunamente denunciamos una posición monopólica y cerramos un acuerdo que luego se violó. En la Argentina no queremos monopolios de ninguna índole y mucho menos en las telecomunicaciones. Si la operación contribuye a la desintegración monopólica, en buena hora. Luego hay que analizar la propuesta de inversión y ver si es positiva.
El deterioro de las cuentas públicas es cada vez más profundo. Y después de muchos meses de negar el problema, el Gobierno comenzó a evaluar alternativas para tratar de achicar el fuerte déficit fiscal. La eliminación de subsidios a las tarifas de servicios públicos es una de las opciones que incluye el ajuste en marcha. Y lo que se viene es una quita selectiva de beneficios a los usuarios que estén en condiciones de pagar la tarifa plena. Así lo admitió ayer el ministro de Planificación, Julio de Vido, en declaraciones a medios oficialistas que lo acompañaron a una gira por Rusia.
En los primeros nueve meses de este año los subsidios que destina el Gobierno para los sectores de energía y transporte sumaron $ 94.200 millones, con un aumento de 55% respecto del nivel que tuvieron el año pasado. Son datos del IARAF, un centro de estudios privado que se especializa en el análisis de temas fiscales.
Esta es la parte referida a las tarifas durante la entrevista con De Vido que ayer publicó el diario Página 12 : –¿Van a reducir los subsidios a las tarifas de servicio público?
–El Gobierno en los últimos diez años ha ido quitándoles subsidios a los que pueden pagar. Hemos avanzado con esa lógica, pero lo que no vamos a cambiar es la política.
No esperen un tarifazo ni una quita indiscriminada de subsidios, porque no es nuestra política. Lo que vamos a analizar es quiénes pueden tener tarifa sin subsidio y se los vamos a ir quitando.
–Algunos estudios muestran que hay gente que podría pagar la tarifa plena sin que eso afecte su nivel de vida.
–Siempre hay hipótesis que se van manejando y se tomarán medidas en la oportunidad que corresponda.
Se irán viendo reducciones a los subsidios en aquellos sectores que no los necesiten. De todas maneras, las tarifas en la Argentina, aun sin subsidios, están entre las más baratas de Latinoamérica.
–Muchos sectores de clase media beneficiados por los subsidios critican los subsidios.
–Hay un registro de renuncia voluntaria. El que se sienta violado moral o éticamente por pagar un subsidio que no le corresponde puede ir y renunciar.
–¿Se sigue anotando gente?
–No, se anotó un número muy reducido.
En estas pocas líneas, el ministro niega la posibilidad de un tarifazo generalizado. Y dice que analizarán caso por caso quién puede pagar y quién no para determinar los aumentos. Esta política ya había sido planteada anteriormente, pero nunca llegó a ejecutarse. Sin embargo, a medida que pasan los meses el Gobierno tiene cada vez mayores problemas para sostener los subsidios, dado que el déficit fiscal se sigue ampliando: este año terminará con $ 120.000 millones de rojo en las cuentas públicas, una cifra que casi duplica el nivel que tuvo en 2012. Por eso, algunos analistas consideran que la promesa de no apelar a un tarifazo se hace más difícil de sostener a medida que pasa el tiempo: “Antes de las elecciones, Ricardo Echegaray, titular de la AFIP, había dicho que no aumentarían el porcentaje de retención sobre los gastos en divisas. Pero se hizo”, comentaron.
De Vido ayer también admitió que fracasó el sistema de registro voluntario que se abrió para pedir que le quiten los subsidios. El Gobierno no logró que se sumara ni su propia tropa.
El proyecto de disminuir subsidios en los servicios públicos que implique un aumento en las facturas de empresas y hogares a partir de este mismo mes fue perdiendo fuerza en el Gobierno en la última semana. En medios oficiales se asegura ahora que la prioridad es contener las principales variables económicas, lo que dicho de otra manera implica que se frenen las subas de precios y que se acote la pérdida de reservas.
No es que se haya abandonado la idea de bajar subsidios. El ministro Julio De Vido en un reportaje desde Rusia ratificó que se va a analizar "quiénes pueden tener tarifas sin subsidios y se los vamos a ir quitando". Esta declaración, muy parecida a otra reciente del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, indicando que se está estudiando el tema, marca que todavía el Gobierno no definió cuándo aplicará la medida y cómo lo hará.
Por ahora, parece haberse decidido a profundizar en el tipo de medidas que ya se venían tomando en cuanto a precios, y por eso el proyecto de mantener congelados por tres meses 120 productos de la canasta básica. Mientras tanto, el propio jefe de Gabinete comenzó el viernes rondas de conversación con empresarios que fabrican insumos, productores de bienes como la harina con impacto en varios artículos de consumo masivo, y supermercadistas.
Hay quienes creen que el criterio es parar el juego por tres meses hasta el 20 de marzo, y a partir de ahí empezar con medidas más finas, entre ellas la eliminación de subsidios a empresas grandes y medianas que siguen pagando el gas, la electricidad y el agua por debajo de los costos. En esa fecha también empezaría a hablarse de salarios, siempre que se logre el objetivo de contener el juego por tres meses.
Dentro del Gobierno están los que creen que reducir subsidios a la industria impactará en precios y restará competitividad a las exportaciones industriales. El nuevo secretario de Comercio, Augusto Costa, de quien se dice que es un estudioso de los costos empresariales desde hace dos años, sería más proclive a creer que el precio de los servicios públicos tiene un impacto diferente, pero finalmente no demasiado decisivo en las cuentas de cada industria.
Tampoco es fácil para el Gobierno decidir la quita de subsidios para los usuarios residenciales. En el caso del servicio eléctrico que prestan las empresas Edenor y Edesur y el de aguas que da AySA (las tres dependen del Estado nacional), sería más sencillo instrumentar la reducción de subsidios. Entre los hogares de esas distribuidoras puede hacerse un escalonamiento de quitas atendiendo al nivel de consumo, el barrio de residencia, el impuesto inmobiliario que se paga y, con menos posibilidad, el nivel de ingresos del grupo familiar, porque esto podría resultar demasiado engorroso de llevar a la práctica.
Pero el tema se dificulta cuando se lo lleva a nivel nacional. En electricidad, las tarifas de Edenor y Edesur son las más retrasadas del país porque las provincias fueron mucho más flexibles a la hora de autorizar aumentos en sus distribuidoras, ya sean públicas o privadas. Sin embargo, una disminución de subsidios en electricidad significa ajustar el precio mayorista de la energía, porque esto es lo que subsidia el Estado nacional pagando a las generadoras un precio más alto que el que se percibe en las facturas de todo el país o comprando los combustibles.
Un aumento en el valor de la energía a nivel nacional sería trasladado de inmediato por los gobiernos y las distribuidoras provinciales a los usuarios siguiendo las actuales pautas de facturación y, menos probablemente, los criterios de diferenciación que aplicaría el Gobierno nacional.
En lo que se refiere al gas, todas las distribuidoras dependen del Estado nacional, pero la diferenciación por consumo y nivel de vida se complica, porque hay que considerar las temperaturas de cada zona y los impuestos pueden tener más distorsiones que en Capital Federal y GBA.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, aseguró que no habrá un tarifazo ni una quita indiscriminada de subsidios, reiteró que el país está camino al autoabastecimiento energético y advirtió, de cara al verano, que cada vez que haya un corte de luz habrá una multa.
El Gobierno en los últimos diez años ha ido quitándoles subsidios a los que pueden pagar. Hemos avanzado con esa lógica, pero lo que no vamos a cambiar es la política. No esperen un tarifazo ni una quita indiscriminada de subsidios, porque no es nuestra política. Lo que vamos a analizar es quiénes pueden tener tarifa sin subsidio y se los vamos a ir quitando, planteó De Vido.
El funcionario también señaló que la negociación del acuerdo para indemnizar a Repsol por la expropiación de YPF está muy avanzada y dijo que ahora hay que apuntar a más logros de la petrolera estatal.
En una entrevista concedida al diario Página 12 en el marco de su gira por Asia, consultado por el desembarco de Fintech en Telecom, De Vido reiteró que en Argentina no queremos monopolios de ninguna índole, ni mucho menos en las telecomunicaciones.
En materia tarifaria, explicó que se irán viendo reducciones a los subsidios en aquellos sectores que no los necesiten y acotó que se irán tomando medidas en la oportunidad que corresponda.
Admitió que se anotó un número muy reducido en el registro de renuncia voluntaria a subsidios que implementó el Gobierno.
En cuanto al tema energético, el ministro remarcó que la reversión del déficit del sector dependerá mucho del crecimiento del país.
Es fundamental que el país siga creciendo como lo hizo en los últimos diez años. No hay una Argentina posible en el marco del ajuste, de las restricciones al gasto que proponen los neoliberales, aseveró, y alegó que de nada sirve tener autoabastecimiento si toda la industria está parada. Estamos camino al autoabastecimiento energético, enfatizó, pero añadió que el día y la hora en que vamos a lograrlo dependerá de muchísimas cosas.
Preguntado sobre la posibilidad de cortes energéticos en el próximo verano, De Vido previno a las empresas eléctricas que el nivel de tolerancia es cero y subrayó que cada vez que hay un corte, hay una multa.