El presidente ejecutivo de Hochschild Mining, Eduardo Hochshild, fue el encargado de dar la segunda charla magistral del CADE 2013.
En el desarrollo de su discurso, el empresario dio detalles de las decisiones que tomó para enrumbar el destino del grupo familiar, allá a finales de la década de los 90.
Identificamos los activos con mayor potencia dentro del grupo y nos deshicimos de los que no estaban dentro de ‘core business, como fue el caso de la hidroelétricas”, dijo.
Luego, en el año 2000, invirtió todo lo que tenía en ese momento para estabilizar los negocios de minería y cemento, para dar un paso más trascendental: la internacionalización. “Me endeudé hasta el tope para consolidar la propiedad, y estabilizar y desarrollar ambos negocios”, señaló.
NUEVOS CAMINOS
Hochschild contó, también, el ingreso del negocio minero y cementero a las bolsas de Londres y New York. “En el 2006 Hochschild Mining se convirtió en la primera empresa latinoamericana que, en más de cien años, emitió acciones en el mercado de la Bolsa de Londres”.
Explicó que esta decisión fue tomada porque la capital inglesa era la plaza en la que estaban listadas 18 de las primeras empresas mineras del mundo. “Esta consolidación permitió levantar dinero para que financieros proyectos en Perú, México, Argentina, Chile y Canadá.
Resaltó que debido a este proceso Hochschild se ha convertido hoy en la cuarta productora básica de plata a nivel mundial.
En cuanto al negocio cementero, precisó que esta unidad quedó encaminada en febrero del 2011, fecha en la que Cementos Pacasmayo entró al New York Stock Exchange.
“Allí logramos levantar los fondos necesarios, esta vez para la expansión de Pacasmayo, así como para el desarrollo de Fosfatos del Pacífico, a la que listamos en la Bolsa de Lima y luego la asociamos con Mitsubishi Corporation para desarrollar uno de los mayores depósitos de fosfatos de América Latina”, finalizó.
CADE 2013. El presidente ejecutivo de Hochschild Mining, Eduardo Hochschild, hizo una pausa al tema minero, eje de la mesa de la mañana de la convención, y se abocó a otro tema central para el desarrollo del país.
“Las nuevas condiciones de un mundo completamente globalizado, y el desarrollo de nuevas tecnologías, han cambiado el concepto de educación, pero todavía no lo hemos percibido y mucho menos entendido”. Esta es la realidad de la educación en el Perú, según el CEO de Hochschild Mining, Eduardo Hochschild.
“La fórmula del éxito” fue el título de su conferencia magistral en la CADE Ejecutivos 2013, en Paracas. Allí dio una visión amplia sobre la necesidad de hacer una reforma educativa, cambiando los modelos obsoletos:
“Hay que cambiar instituciones que vienen de la época de Sócrates, de Platón, de la Akademia, donde el profesor se dedicada todo el día a 5 alumnos; y no como ahora, en que un maestro, en situaciones difíciles o no siempre bien dotado de las herramientas necesarias, tiene que tratar de enseñar en 5 horas a 30, 40 0 50 alumnos, que tienen diferentes niveles de capacidades y habilidades”.
Las enseñanzas en los colegios no tienen rumbo definido en la perspectiva de Hochschild: “En nuestra educación enseñamos a hacer restas a alumnos que todavía no han aprendido a sumar bien, algo así como construir el segundo piso cuando los expertos nos dicen que el primer piso está mal hecho o no está terminado”.
Contó que Stanford desarrolló cursos en los cuales el mismo alumno puede verificar su nivel de aprendizaje y reforzarlo a través de internet. “El alumno es su propio tutor y tiene un profesor para él mismo frente a una computadora. Puede aprender en 10 minutos o en 5 horas, da exactamente igual porque la computadora es suya durante ese tiempo y es su tiempo el que está usando. No cuesta y les da a todos la posibilidad de aprender, reforzar o mejorar”.
“Se trata de un cambio dramático que permite un salto cuantitativo y cualitativo en la educación –enfatizó–. Los profesores tendrán que renovarse, y los nuevos llegarán con una nueva mentalidad. La época de usar los colegios o universidades como centros de adoctrinamiento va a ir cambiando”.
Su huella personal
Hochschild afirmó que su “fe en la educación y la formación profesional, como una herramientas única que nos llevará al desarrollo”, lo hizo seguir “creyendo y apostando por TECSUP ”, la creación de su padre.
Pero él también quiso seguirle los pasos con su huella. Contó la experiencia de impulsar, junto a sus amigos del sector, “una misión tan importante y trascendente como es la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC)”. De esta institución, dio una larga secuencia de esfuerzos de convenios internacionales y locales para potenciar la educación.