El conocimiento que el flamante titular del Palacio de Hacienda tiene sobre los problemas del sector podría derivar en la aplicación de medidas de auxilio definitivas
Mientras Axel Kicillof juraba ayer como Ministro de Economía, representantes de empresas concesionarias de servicios públicos presentes en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno se entusiasmaban con los cambios de gabinete. En especial, los ejecutivos de compañías de energía y gas, que arrastran años de pérdidas que las llevaron a estar casi al borde de la quiebra. Creen que el mayor poder que tendrá Kicillof terminará por favorecerlos. Se entusiasman con que el funcionario los ayude a recomponer sus costos, revertir el deterioro de sus resultados y alcanzar el equilibrio de sus ecuaciones económicas y financieras.
Si bien no se animan a hablar de aumentos de tarifas, consideran que como Kicillof conoce sus problemas. tendrá mayor capacidad de debate ante su ahora par de Planificación Federal, Julio De Vido, más reacio a aplicar fórmulas de auxilio.
Incluso se animan a predecir que la redistribución de los subsidios se convertirá en eje de la discusión económica. Y que, en este marco, el Gobierno podría reflotar el plan para discriminar tarifas entre sectores de mayores y menores ingresos y no sólo a partir de las zonas de residencia como intentó, sin éxito, aplicar el año pasado. En este sentido, desde sectores del oficialismo aseguran que una de las variantes sería la de usar la base de datos de la Anses sobre los ingresos de los ciudadanos para desarrollar un cuadro tarifario diferencial, manteniendo congeladas las facturas de las personas que ganan.
Mientras tanto, recuerdan que Kicillof viene trabajando en un esquema de recomposición de costos que ya derivó en algunas medidas. Si bien no revirtieron la tendencia de manera definitiva, admiten que estas resoluciones les permitieron mejorar sus balances. Recuerdan que fue Kicillof quien impulsó a la Secretaría de Energía a habilitarle a las distribuidoras el uso del monto del Programa de Uso Racional de Energía Eléctrica (Puree) acumulado desde 2007 para compensar el déficit causado por el congelamiento tarifario.
Pudieron cancelar con el dinero cobrado a los usuarios por excederse en el consumo, las acreencias que acumularon por mantener sin cambios las boletas de luz. Habían llegado a esta situación porque desde 2007 se dejó de aplicar el llamado Mecanismo de Monitoreo de Costos (MMC), creado para garantizar aumentos tarifarios y mantener la rentabilidad de las empresas hasta renegociar un nuevo marco de precios. Como el mecanismo no se aplicó, Edenor reunió créditos a favor por $ 2.237 millones y Edesur, otros $ 2.144 millones. Este año, ese dinero fue volcado por ambas a sus balances. Por caso, Edenor informó ganancias por $ 792 millones durante los primeros nueve meses contra pérdidas por $ 623 millones en igual período de 2012. En tanto, Edesur ganó $ 1.122 millones contra un rojo de $ 411 millones.
Se trata de resultados generados por un cambio en la forma de contabilizar ingresos que las empresas vienen recibiendo por la aplicación del Puree. Hasta febrero, ese dinero era considerado como deuda debido a que el destinatario final de lo recaudado es el Estado. Por ese motivo, no era incluido en los balances. Si bien saben que la medida no cubre el déficit operativo, estiman que Kicillof mantendrá esos mecanismos de compensación.
Desde 2007, ni Edenor ni Edesur reflejaban balances positivos. Al contrario, llegaron a perder $ 4 millones por día, exponiendo un panorama de asfixio financiero permanente, con ingresos congelados, una caja deficitaria y costos crecientes. En 2012, acumularon pérdidas mayores a $ 2.000 millones.
Mientras estos fantasmas no desaparezcan, y a pesar del reconocimiento de las compensaciones cruzadas, la caja de las distribuidoras seguirá siendo deficitaria y la preocupante situación de fondo se mantendrá. Por eso, en el sector, esperan que Kicillof tome nota y ayude a que el Gobierno encare un proceso de nuevas medidas, más profundas y eficaces que las aplicadas hasta ahora.
El Ministerio de Economía planea relajar el cepo a las importaciones y redireccionar los subsidios en el sector industrial para descomprimir el frente fiscal.
Así lo indicaron a LA NACION fuentes del Palacio de Hacienda, que confirmaron que, en la medida en que se pueda frenar la sangría de reservas, también se implementaría una leve liberalización del cepo al atesoramiento de dólares, con restricciones "light", similares a las que imperaron en la primera etapa de las restricciones aplicadas en 2011.
Mientras el nuevo ministro de Economía, Axel Kicillof, se reunía por primera vez en la Casa de Gobierno con la presidenta Cristina Kirchner para confirmar el nombre de todo su equipo económico, sus colaboradores -que tuvieron que sentarse en la última fila del Salón Blanco de la Casa de Gobierno- avanzaban con medidas que se anunciarán en los próximos días.
En paralelo a las mayores restricciones que se anunciarán para el turismo al exterior, se plantea alentar el crecimiento de las importaciones para tratar de empujar el "leve" crecimiento económico registrado por las cifras que escapan a las estadísticas del Indec.
"El crecimiento económico se mantiene, pero es bajo, por lo que hay que relajar el sistema de declaraciones juradas anticipadas para alentar una mayor recuperación económica", indicó la fuente, mientras se preparaba, con nervios, para la ceremonia de jura. Kicillof, de saco y sin corbata, juró a las 19.23 por la Patria; a esa altura, su predecesor Hernán Lorenzino había abandonado el concurrido lugar, a la vez que sus principales asesores hacían lo propio en sus despachos.
Anoche hubo un discreto cóctel de festejo en el quinto piso del Palacio de Hacienda y mañana serán reconfirmados en sus cargos Adrián Cosentino en Finanzas y Juan Carlos Pezoa en Hacienda.
El secretario de Finanzas, que huía de los micrófonos que se le cruzaban, saludó a Enrique Cristofani, del Banco Santander, y a Federico Tomasevich, de Puente.
Aunque surgió algún rumor en torno de la continuidad del jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, en Economía afirmaron que el funcionario había mantenido contactos con el nuevo ministro. "Está reconfirmado", indicaron en su entorno. Uno de sus colaboradores, Carlos Sánchez (a cargo del área de seguridad social del organismo), es amigo y trabajó en la Jefatura de Gabinete en 2002 con Jorge Capitanich; ayer, estaba sentado en un cómodo lugar en la mitad del Salón Blanco. Tres asientos a su izquierda se ubicaba, ansioso, el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos.
Anoche se confirmó también que el joven Augusto Costa (ver aparte) será el reemplazante de Guillermo Moreno -había molestia en Economía por la renuncia "a plazo fijo" del polémico secretario, que no estuvo en la jura, ya que recién se efectivizará el 2 del mes próximo- y que su segunda será Paula Español, la economista heterodoxa que hasta ahora estaba como directora de Cammesa.
Resta saber si Cecilia Nahón, también cercana a Kicillof, se sumará a esta gestión o si quedará como embajadora en EE.UU., debido a que no comulga con las gestiones de normalización financiera que llevará adelante Lorenzino. También quién será el reemplazante del propio Kicillof (se especula con Emmanuel Agis o Nicolás Arceo) y quién dirigirá el Indec.
En Economía dan por descontado que, tras el alejamiento de Moreno, se alejarán en pocos días los número uno y dos del Indec, Ana Edwin y Norberto Itzcovich, respectivamente, muy ligados a la manipulación de las estadísticas desde 2007. Otra funcionaria "morenista", la subsecretaria de Defensa del Consumidor, María Lucila Colombo, también aparecía resignada, dando vueltas, casi sin compañía, por los pasillos de Gobierno. "Ya renuncié", le dijo "Pimpi" a este cronista antes de mezclarse entre la militancia que fue a apoyar a la Presidenta en su regreso.
Más allá de las personas, la intención de Economía es recuperar parte del manejo del área de Comercio, y por eso la fuente se animó a afirmar que intentarán comenzar el levantamiento del cepo "por el lado de las importaciones", atendiendo un pedido del sector privado. De hecho, el gerente general de la cámara de importadores, Miguel Ponce, dijo ayer en declaraciones radiales que "el principal proveedor de la industria nacional son los productos importados: más del 80 por ciento de lo que ingresa en el país son insumos destinados a distintos sectores de la producción".
La otra cuestión que se atendería en el corto plazo es la de los subsidios. "El área de Competitividad trabajó con las industrias para mejorar la utilización de los subsidios", indicó la fuente oficial, sin dar mayores detalles, aunque descartando que, en una primera etapa, se retomen los recortes a los subsidios a las casas particulares. En 2012, el gasto del Estado en este rubro fue de $ 100.000 millones ($ 55.000 millones en energía) y este año ascendería a $ 150.000 millones.