PIB mundial se limitaría a avanzar 2,7% y 3,6%, en cada caso, influido en gran medida por la ralentización de los emergentes.
La desaceleración de los países en desarrollo, el posible retiro del estímulo monetario en Estados Unidos y el casi default de la primera economía del mundo provocaron que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recortara sus pronósticos para la actividad global y confirmara un menor crecimiento de Chile para este año y el próximo.
Según el informe bianual de perspectiva económica de la OCDE publicado ayer, el mundo se expandiría 2,7% este año y 3,6% el siguiente, cifras que se comparan con 3,1% y 4% previstos en mayo.
La organización explicó que el menor ritmo en las naciones en desarrollo se relaciona con tendencias demográficas y con obstáculos estructurales que se habían mantenido ocultos por los abundantes flujos de capital y la expansión crediticia, pero que han sido revelados por el reciente ajuste en las condiciones financieras.
“La mayoría de las economías emergentes tiene fragilidades subyacentes que significan que no pueden continuar creciendo” como antes, afirmó en conferencia de prensa Pier Carlo Padoan, economista jefe del organismo. “Ellas solían ser un importante motor de apoyo para el crecimiento global en tiempos malos. Ahora lo opuesto es verdad y no se puede decir que las economías avanzadas están en muy buenos tiempos”, agregó.
Además del menor desempeño de los países emergentes, la OCDE mencionó otras dos situaciones que influyeron en la rebaja. La primera fue la fuerte reacción que tuvieron los mercados a partir de mayo cuando se comenzó a discutir la idea de un posible retiro del estímulo monetario de la Reserva Federal de EEUU. La segunda fue lo cerca que estuvo dicho país de una crisis de proporciones relacionada con el techo de la deuda.
Mantener los estímulos
Respecto de Estados Unidos, la institución aseguró que “la política monetaria necesita seguir siendo flexible por algún tiempo, equilibrando la incertidumbre sobre la evolución de la demanda y el empleo con los costos de posponer la salida”. El organismo prevé que la Fed debería comenzar a subir las tasas de interés en 2015.
La OCDE advirtió que la disputa fiscal continúa siendo un riesgo clave. La entidad cree que el límite federal de endeudamiento debe ser eliminado y reemplazado por un plan de consolidación presupuestaria a largo plazo con un sólido apoyo político. Acerca de la zona euro, la organización estima que el Banco Central Europeo debería evaluar más medidas si es que los riesgos deflacionarios se vuelven más serios.
Además, recomienda un ajuste más durable y simétrico a través de reformas a los mercados laboral y de productos, “incluyendo la liberalización de los servicios en Alemania que fortalecería y reequilibraría la demanda”.
El organismo alertó que la fragilidad del sistema bancario se mantiene como una de las mayores cargas sobre el crecimiento del bloque y, por esto mismo, reiteró su llamado a acelerar la unión bancaria.
Sobre Japón, la OCDE respaldó el alza en el impuesto al consumo anunciado el mes pasado y sugirió que debería aplicarse el nuevo aumento planeado para 2015. Sin embargo, alertó que los altos niveles de deuda pública de la tercera economía del planeta generan riesgos en la ausencia de un plan de consolidación fiscal más detallado y creíble para lograr la meta de un superávit primario en 2020.
“Lo más importante es que se necesitan reformas estructurales audaces para alentar el crecimiento y mantener la confianza en la estrategia de tres flechas”, expresó.
Chile repuntaría en 2015
Un mes después de que la OCDE presentara su último Estudio Económico de Chile, la entidad confirmó que el país se desacelerará este año y en 2014, con un crecimiento de 4,2% y 4,5%, respectivamente. Hace seis meses, había proyectado una expansiones de 4,9% y 5,3%, respectivamente.
Sin embargo, hacia 2015 la economía nacional debería acelerarse hasta 4,9%. De esta forma, el país sería el miembro de la OCDE con mayor variación en el PIB en los próximos dos años.
En el capítulo dedicado a Chile, el organismo explicó que este repunte, en línea con el crecimiento potencial, se produciría a medida que las economías de sus socios comerciales se reactivan y la expansión de las importaciones disminuye.
La organización destacó que si la actividad se debilita en los próximos meses, tanto la política monetaria como la política fiscal “están en una posición fuerte para responder”. A esto se suma que las presiones inflacionarias no representan una preocupación.
En cuanto a los riesgos, la institución indicó que un cambio en la política monetaria estadounidense podría ser perturbador, pero “Chile está bien posicionado para enfrentar los efectos secundarios”.
Entre las amenazas domésticas, los analistas identificaron la persistentemente fuerte demanda interna y un mercado laboral estrecho.