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GALUCCIO VS. REPSOL: LA COMENTADA ENTREVISTA A "EL CONFIDENCIAL". ¿SE VIENE UNA SOLUCIÓN NEGOCIADA?
04/10/2013

“Queremos un acuerdo, pero no acepto que Repsol busque dañar a YPF”

El Confidencial

Miguel Galuccio, el ingeniero elegido por Cristina Fernández de Kirchner para presidir YPF tras la expropiación a Repsol, asegura que quiere llegar a un acuerdo con la petrolera española para compensarla por la confiscación del 51% de la petrolera argentina. En su primera entrevista en España tras la expropiación al grupo presidido por Antonio Brufau, Galuccio advierte, no obstante, de que no aceptará que la multinacional participada por Pemex CaixaBank dinamite la alianza con la estadounidense Chevron para explotar los yacimientos de Vaca Muerta. Un conflicto institucional que implica a los Gobiernos de Argentina, España y Estados Unidos.

Pregunta: ¿Qué tal le han recibido en la City londinense, donde ha presentado la gestión de YPF tras la nacionalización?

Respuesta: Muy bien. Yo tengo mi casa en Londres. He trabajado aquí muchos años y la verdad es que no pensaba que volvería a Argentina, salvo para cuando me retirase. Estoy muy agradecido a la invitación del presidente de BG Group para participar en un congreso muy petrolero donde se ha hablado del futuro de la industria, sobre todo del gas no convencional. Por primera vez en la historia, Estados Unidos se ha convertido en exportador de energía no convencional. Es una revolución.

P: ¿Y en este cambio histórico dónde se sitúa YPF después de la nacionalización?

R: Yo participé en proyectos en Polonia, India y China y el único país que ha explotado esta energía es Estados Unidos. Primero han sido las empresas independientes y los private equity, no las majors, las que han financiado el desarrollo. Argentina puede jugar un papel importante. Tenemos Vaca Muerta, un activo de primera clase, con explotación a cielo abierto, con kilómetros de tierras y el agua de la provincia de Neuquén para inyectar en la roca. El acuerdo con Chevron demuestra que las multinacionales no quieren dejar pasar esta oportunidad, como ocurrió en Estados Unidos.

P: ¿Quiere decir que Repsol no lo vio?

R: Repsol tenía una estrategia que miraba hacia afuera de Argentina y no hacia Argentina. A partir de ahí, la nacionalización es un derecho soberano que tienen todos los países.

P: ¿Cree que fue la mejor idea, lo más correcto?

R: La nacionalización estaba basada en una necesidad. Podemos discutir de las formas, pero el país tenía una necesidad energética por el déficit de producción de YPF.

P: ¿Quiere decir que usted no está de acuerdo con el modelo que empleó Cristina Fernández de Kirchner para expropiar a Repsol?

R: No voy a opinar sobre lo que hubiera hecho cuando se tomaron las decisiones porque no estaba allí. Pero le digo que creemos en un modelo de empresas mixtas, con accionistas públicos y privados. Yo he trabajado para los dos tipos. La sueca Statoil es un ejemplo de una empresa participada por el Estado, que cotiza en bolsa y que alinea los intereses de todos los accionistas y del país.

P. Pero eso también lo hacía Brufau cuando era presidente de YPF, ¿no?

R: Los mercados no entienden de política. Quieren generación de valor, que aumente la producción de petróleo y las reservas. Los inversores miran el performance (evolución) de la acción de YPF de los últimos 18 meses -ha subido casi un 100%-, lo cual es un respaldo al equipo gestor de la compañía.

P: Pero con Brufau la acción llegó a estar a 40 dólares y hoy cotiza aún a 20.

R: Yo he venido a jugar un rol profesional y no político. Mi objetivo es el futuro y no el pasado. Miramos hacia delante. Hace un año invertíamos 2.000 millones de dólares y hoy, 5.000. Antes teníamos 20 equipos de exploración y ahora, 60, el triple. Esto no se podría hacer si no hubiera una gestión adecuada.

P: Ustedes se han quejado de que Brufau difunde un boletín confidencial entre inversores, banqueros y fondos de inversión para perjudicarles, para hablar mal de su gestión ¿Es cierto?

R. Sí, dicen falsedades

P: ¿Y tienen ustedes información sobre presuntas irregularidades en la gestión de su antecesor?

R: El Estado presentó una demanda sobre los honorarios de algunos directivos. Pero yo no voy a hacer ningún comentario sobre asuntos legales. Lo que queremos es un acuerdo.

P: ¿Hay posibilidades de alcanzar ese acuerdo de compensación con Repsol?

R: La reclamación de Repsol es con el Estado argentino y no con YPF. Mi obligación es defender los intereses de todos los accionistas, los del Estado y los de Repsol, que tiene el 12% del capital. Un acuerdo sería positivo para YPF, para Argentina, para España y para Repsol. Estamos dispuestos a lograrlo.

P: ¿Cuál cree que sería la indemnización que Argentina pagaría? Porque entre lo que ofrece el Estado, 1.500 millones, y lo que pide Repsol, 10.500 millones, hay una gran diferencia.

R: No es mi función valorar la contrapartida. Pero cuando se hizo la expropiación, YPF valía 4.400 millones de dólares, por lo que el 51% serían 2.200 millones. Una indicación de dónde puede estar el precio son los 1.500 millones que ha depositado el Estado en el banco central como indemnización.

Repsol presenta la demanda de arbitraja por expropiación de ypfP: ¿Es Brufau un problema para llegar a ese acuerdo?

R: Yo no soy quién para hacer un juicio sobre Brufau. Él es un consejero delegado como yo. Eso lo tienen que hacer los accionistas de Repsol.

P. ¿Y qué opina de sus accionistas, como Pemex?

R: Conozco muy bien a Pemex, a Emilio Luzoya, su nuevo presidente, porque trabajé en México. Pemex ha sido muy proactiva para buscar un acuerdo.

P. ¿Pero no le parece una contradicción negociar la explotación de Vaca Muerta con Pemex, que a su vez es un accionista de Repsol y por tanto ha sido perjudicado por la expropiación?

R: Creo que Pemex puede ser un buen socio, tenemos muchas sinergias. México puede hacer negocios con quien le plazca. Se lo diría al revés. Creo que si no invierte en Argentina sería una oportunidad perdida, como para Repsol.

P. ¿Estaría dispuesto a que entrase Repsol en Vaca Muerta pese a la ruptura de las relaciones institucionales?

R: No tendría ningún problema en que fuera socio.

P. ¿Qué opina de La Caixa? ¿Se sienten defraudados porque no consiguió convencer a Brufau del acuerdo que propusieron?

El presidente de Repsol, Antonio Brufau. (EFE)R: Tengo un gran respeto por Isidro Fainé. Ha mostrado mucha determinación para buscar una solución consensuada. Esto no es una cuestión de amor ni de engaños. Queremos encontrar un acuerdo negociado. Ese es el objetivo de Argentina y de YPF. Si no es posible, la solución será por la vía judicial.

P. Pero un país que tiene tantos pleitos perdidos en el CIADI no es el más fiable para negociar. Hasta fondos de Estados Unidos le han demandado.

R: Es cierto. Los problemas que tenemos ahora vienen derivados de la renegociación de la deuda de Argentina de hace años, sin la cual ahora no estaríamos ahora aquí. No tenemos una situación plenamente amigable. Pero los mercados están valorando lo que hemos hecho en los últimos 18 meses. Hemos emitido deuda por primera vez en Nueva York, en una colocación suscrita por inversores institucionales. Se nos han abierto los mercados de capitales. Mi actitud es la de buscar una solución negociada.

P: Sin embargo, Repsol les ha denunciado por la alianza con Chevron, que invertirá 1.250 millones en Vaca Muerta ¿Temen que esta demanda obstaculice el acuerdo?

R: No tememos la actuación de Repsol tras ver lo que ha dicho el juez de Nueva York. Yo quiero un acuerdo, pero lo que no voy a aceptar es que un accionista (en referencia a Repsol) busque hacer daño a la compañía.

El presidente de Repsol, Antonio Brufau (d), junto al presidente de la Caixa, Isidre Fainé, durante la Junta General de Accionistas de la compañía. (EFE)P: También tienen un problema con Brasil, que les ha obligado a hacer una provisión que les ha hecho caer un 18% su beneficio semestral

R: Lo de Brasil está lejos de estar cerrado. La falta de aprovisionamiento de gas viene por un problema de inversión. Es un problema de un trimestre. Los resultados recurrentes han sido buenos.

P: Si tiene tan buena voluntad, supongo que aprovechará la visita a Madrid para verse con el ministro de Industria o con algún miembro del Gobierno español ¿Es así?

R: La agenda del viaje es privada.

P: ¿Eso quiere decir que va usted a ir al Santiago Bernabéu a ver la Champions o a reunirse con José Manuel Soria, al que se le ha visto salir de este mismo hotel a primera hora?

R. La agenda es privada.

Galuccio, tras exponer el martes en un congreso en Londres, antes de viajar a Madrid.

Galuccio sobre Repsol: “Habrá una solución”

Ámbito Financiero
En un nuevo intento por resolver el conflicto con Repsol por la expropiación de las acciones de YPF, el titular de la petrolera argentina, Miguel Galuccio, estuvo el martes en Madrid y, según información de medios españoles, mantuvo encuentros con el ministro de Industria, José Manuel Soria, y el de Relaciones Exteriores, José Manuel Margallo, aunque esas reuniones no fueron confirmadas por la empresa en Buenos Aires.

En un reportaje que publicó ayer el diario madrileño Expansión, Galuccio dijo que "antes de fin de año habrá una solución de una manera u otra: o por la vía negociada o por la vía legal". Sobre esta última posibilidad, afirmó que "el Gobierno argentino puede cerrar el proceso de expropiación y poner punto final con la valoración definitiva de las acciones y la entrega de la indemnización". Admitió que la cifra de una indemnización podría estar en torno a u$s 1.500 millones.

No obstante, el mensaje de Galuccio es que prefiere una solución negociada. Dijo: "Me gustaría tener a Repsol como socio", y también indicó que las negociaciones iniciadas con Isidro Fainé, presidente de La Caixa, y con Pemex no se cerraron. "Siempre hay discusiones, aseguró, pero hay que ser respetuoso de la confidencialidad". Añadió que "ha habido voluntad de llegar a un acuerdo con un precio justo", y que "las negociaciones no se pueden dar por rotas".

Consultado sobre Antoni Brufau, presidente de Repsol, que estaba fuera de Madrid durante su estadía en la capital española, Galuccio afirmó: "En cualquier caso, los 'stakeholders' (accionistas y otros grupos de interés de la empresa hispana) que pueden resolver esto están en la negociación".

Sobre el papel de Pemex, indicó: "Conozco a Emilio Lozoya, su primer ejecutivo, y no va a ser fácil que tire la toalla. Pemex ve valor en YPF, en Repsol y en el hecho de que se llegue a un acuerdo".

Cuando se le preguntó sobre los litigios iniciados por la firma española, Galuccio dijo: "Repsol es libre de hacer lo que quiera, lo que no comparto es que tome como rehén a YPF por su problema con el Estado argentino". Agregó que "Repsol es parte de YPF, de la que sigue siendo accionista y se debe al objetivo de lealtad y generación de valor", y destacó: "Cualquier acción en otro sentido la considero poco ética y profesional". También anticipó: "Si se traspasan algunas líneas, por supuesto que YPF contraatacaría".

Galuccio le puso a Repsol plazo para acordar por YPF

La Nación. Por Martín Rodríguez Yebra
Fue una jugada audaz o un acto desesperado, según quién lo cuente. Miguel Galuccio pasó casi un día en España y, por primera vez desde que preside YPF, puso un plazo para zanjar el conflicto por la expropiación de las acciones de Repsol en la petrolera argentina. "Antes de fin de año habrá una solución", afirmó.

Galuccio se reunió el miércoles en un hotel del Paseo de la Castellana con el ministro de Industria, José Manuel Soria, y con accionistas de Repsol. Antes de irse dio dos entrevistas en las que garantizó la vocación negociadora del gobierno de Cristina Kirchner, pero advirtió que si no hay acuerdo pronto la Casa Rosada saldará la cuenta con un pago unilateral.

Ni durmió en Madrid. El CEO de YPF voló esa misma noche hacia Buenos Aires, por ahora sin trofeos para exhibir. Fuentes del gobierno español señalaron que Soria le había reiterado la postura oficial fijada por el presidente Mariano Rajoy: la Moncloa desea un pacto, pero los términos deben negociarse con el directorio de la empresa, que encabeza Antonio Brufau.

Cristina Kirchner recela de Brufau, a quien ya intentó destronar varias veces, e insistirá en su estrategia hasta ahora fallida de forzar un acuerdo sobre la expropiación a través de dos de los principales accionistas de la compañía, el grupo financiero La Caixa (dueño de un 13%) y la estatal mexicana Pemex (9%).

Fuentes argentinas al tanto de las gestiones indicaron que la jugada de Galuccio apunta a aprovechar lo que interpretan como un tiempo de "debilidad" de Repsol, a partir de una serie reciente de decisiones judiciales que le resultaron adversas en tribunales argentinos y de Nueva York. "Era un buen momento para presionar por una negociación", indicaron.

Galuccio se instaló el miércoles en Madrid en el hotel Intercontinental. El mismo día el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, encabezó justo allí un acto público con otros banqueros y, aunque nadie lo confirmó oficialmente, fuentes que siguen el conflicto daban por hecho que se había visto con Galuccio.

En el mundo de los negocios de España es famosa la rivalidad de largo recorrido entre Fainé y Brufau, que ahora se potencia por las divergencias sobre cómo resolver la crisis desatada por la estatización dispuesta por Cristina Kirchner en abril de 2012.

Fainé gestionó en febrero una propuesta argentina para compensar a Repsol, que fue rechazada por unanimidad en el directorio de la petrolera, a instancias de Brufau. Lo mismo ocurrió con una oferta que Galuccio filtró en junio a través del número 1 de Pemex y amigo personal de él, Emilio Lozoya.

Casualidad o no, mientras Galuccio operaba en la capital española Brufau estaba en Bolivia, donde anunció inversiones de Repsol junto con el presidente Evo Morales; precisamente la ampliación de una planta de gas desde la que exportará a la Argentina a precios mucho más altos de los que el Gobierno les deja cobrar a los productores en el país. Galuccio no tuvo ningún contacto con delegados de Brufau.

Repsol denunció a la Argentina ante el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi) y reclama una indemnización de 10.500 millones de dólares por la nacionalización de 51% de las acciones que tenía en YPF. Esos litigios han condicionado desde el principio la gestión de Galuccio, focalizada en conseguir inversiones para explotar el megayacimiento neuquino de Vaca Muerta.

"El viaje de Galuccio fue un manotazo de ahogado; no trajo nada nuevo", dijo a LA NACION un funcionario del gobierno español.

Un ejecutivo ligado a los accionistas que rivalizan con Brufau se mostró más comprensivo: "Fue una movida audaz para exhibir la intención de pagar y unificar el frente interno, que quiere un acuerdo rápido".

En las entrevistas que concedió en Madrid, Galuccio defendió las ofertas ya presentadas por YPF, que consisten en sumar a Repsol a una empresa para explotar porciones de Vaca Muerta.

Advirtió -con tono de ultimátum- que si los españoles no ceden, la Casa Rosada puede "poner punto final" al conflicto con 1500 millones de dólares, el valor fijado a las acciones de la empresa española por el tribunal de tasación que depende del Gobierno.

En Repsol lo toman como una amenaza vacía, ya que el litigio en el Ciadi no se vería afectado por la decisión de un pago unilateral por parte del Estado argentino.

"Hay mucho en juego y una solución negociada sería buena para todos: Repsol, YPF, Argentina y España", dijo Galuccio al diario económico Expansión, en una extensa entrevista que hasta ahora se niega a conceder a los principales medios argentinos. Fue allí donde señaló que "antes de fin de año se podrá llegar a una solución, de una manera o de otra".

Por momentos habló como "sólo un técnico que no viene de la política" y de a ratos actuó como si fuera vocero directo de la Presidenta.

A Repsol la criticó por "querer dañar a YPF, de la que es accionista" [retiene un 12%], pero fue mucho más conciliador de lo que suelen ser Cristina Kirchner y algunos de sus funcionarios dilectos. Dijo que no tiene "ningún problema" con Brufau (a quien aclaró que no conoce en persona) y anunció que le gustaría "tener a Repsol como socio". También declaró su "respeto" por Rajoy.

Galuccio dio dos entrevistas: una a Expansión (la hizo un periodista que Cristina Kirchner elogió el viernes pasado en un discurso por publicar un artículo positivo sobre los números de YPF) y otra al medio digital El Confidencial.

En esa segunda nota se mostró excesivamente cauto, al calificar la nacionalización dispuesta por Cristina: "Podemos discutir las formas, pero el país tenía una necesidad energética por el déficit de producción de YPF", dijo. Ante una repregunta sobre si apoya o no la medida, se limitó a responder: "No voy a opinar sobre lo que hubiera hecho cuando se tomaron las decisiones porque no estaba allí".

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