A la izquierda de la mesa donde cenó Cristina Kirchner por el Día de la Industria en Tecnópolis, Gerardo Ferreyra, uno de los socios del grupo Electroingeniería, siguió con atención el acto y aplaudió con ganas varios tramos del discurso de la Presidenta. El empresario, que comanda junto con Osvaldo Acosta el holding que se adjudicó en medio de denuncias la obra energética más grande del país, las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, asegura: “Nunca supe manejar un mango”.
Ferreyra fue compañero de militancia del secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, y si bien no se considera su amigo, sí reconoció en una reciente nota en el diario La Nación que intercambian llamadas y mensajes de texto. En la noche del miércoles, Ferreyra se mostró muy molesto con PERFIL porque en un artículo del 3 de agosto se había afirmado, citando fuentes de organizaciones políticas de Córdoba, que en los 70 él era señalado como “el Graiver del Partido Revolucionario de los Trabajadores”, trazando un paralelo con el administrador del dinero de los Montoneros, David Graiver, que invertía los fondos obtenidos de secuestros extorsivos.
“Vengan, vengan” –gritó el cordobés– “éste es el que escribió que yo soy Graiver”, se enfureció. Convocaba a Mario Santucho, hijo de Mario Roberto Santucho, militante desaparecido en la última dictadura militar, que estaba presente en el acto ya que es abogado de algunas empresas. “Que venga tu hija, vengan todos”, insistió. Y machacó: “Nosotros poníamos plata en la militancia, no hacíamos negocios”.
HISTORIA. El empresario se reivindica como militante en los 70.
—Una fuente de Córdoba dice lo que publicamos y usted no quiso dar su versión...
—Yo no hablo con ustedes, porque ustedes son un pasquín... Podés poner que me equivoco, pero no te metas con la historia.
—¿No fue el Graiver del PRT?
—Yo ponía plata en la militancia. Al cadáver del padre de él (señala a Santucho) todavía no lo encontramos. Y yo nunca supe manejar un mango...
Electroingeniería ganó las obras de Santa Cruz, valuadas en $ 25 mil millones y tiene preadjudicada la central hidroeléctrica Chihuidos I en Neuquén. El holding pasó de
facturar US$ 41 millones en 2003 a más de US$ 400 millones en 2012.