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¡SALVEMOS A AMADO! EL SENADO VOTÓ LA ESTATIZACIÓN DE CICCONE
17/08/2012

Caso Boudou: entre críticas al vice, el Senado votó la estatización de Ciccone

Clarín. Por Juan Cruz Sanz

El Gobierno ya tiene resuelta la mitad de un gran dolor de cabeza. Sin obstáculos, logró la media sanción al proyecto para estatizar la Compañía de Valores Sudamericana, ex Ciccone, envuelta en un escándalo por el contrato para imprimir billetes de 100. Al kirchnerismo le alcanzaba con sus votos, pero obtuvo los de sus aliados y los de una parte de la oposición. Lo consiguió mediante un trámite exprés que repetirá en Diputados, donde intentará convertirlo en ley el próximo miércoles.

Luego de siete horas de sesión, el vicepresidente Amado Boudou, en su día más díficil como presidente del Senado, respiró profundo y anunció la votación. Con 44 votos afirmativos y 20 negativos, el proyecto oficial se aprobó sin modificaciones. La Justicia investiga a Boudou, que está imputado en la causa por sus presuntos vínculos con Alejandro Vanderbroele, titular del grupo The Old Fund, la firma que controla a la ex Ciccone. El debate no tuvo sorpresas. Boudou intentó mostrarse de ma- nera natural. Presidió casi toda la sesión y sólo logró relajarse con algunas intervenciones del oficialismo. Fue Aníbal Fernández quien abrió el debate y puso sobre la mesa todos los argumentos de la Casa Rosada. Dirigiéndose al vice, que asentía con la cabeza cada oración, el ex jefe de Gabinete detalló el funcionamiento del negocio de la impresión de billetes y apuntó contra la empresa Boldt (competidora de Ciccone) y su vinculación con posibles irregularidades. Según Aníbal, Boldt es responsable del escándalo judicial del vicepresidente. "Nuestra vocación es recuperar la soberanía en la impresión de billetes", sostuvo. Su final, dejó una interpretación abierta: "Esto es terminar con el negocio o curro, como usted lo quiera llamar, con algo que le pertenece a todos los argentinos".

La ley contempla que todos los empleados de la ex Ciccone man- tendrán sus puestos. Según el artículo tercero, la expropiación se pagará con la deuda que tiene la empresa con la AFIP: $ 250 millones, que no pudo pagar pese a las facilidades que le dio la AFIP para saldarla y por las que también fue imputado el titular del organismo, Ricardo Echegaray, Ernesto Sanz (UCR) le respon- dió a Aníbal. "Quiero bajarle el to- no epopéyico", dijo. Justificó el voto negativo de su bloque para "poner los pies sobre la tierra". Y afirmó que "tenemos el derecho a saber qué hay detrás de la expropiación", sostuvo Sanz que definió a todo lo que rodea al caso Ciccone como "tropelías dignas de una republiqueta". Una hora tardó en aparecer el nombre de Vanderbroele. Una vez que ocurrió, se repitió una y otra vez. Casi todo el arco opositor sostuvo que el Gobierno no dio respuestas sobre los verdaderos dueños de la empresa. De manera sorpresiva, fue la radical catamarqueña Blanca Monllau (Frente Cívico), de un rutinario perfil bajo, la que rompió las menciones elípticas y apuntó directamente a Boudou. La posta la tomó la radical por Men- doza, Laura Montero, que destacó la relación entre Vanderbroele y Boudou: "Si tuvieramos un empate en el recinto hoy ¿Quién desempataría? ¿El presidente del Senado se sentiría habilitado estando esta causa y estas dudas?", deslizó la legisladora. A este grupo se sumó la puntana Liliana Negre de Alonso (PJ disidente): "Estoy indignada y por eso me aparto con todo dolor de mí bloque. Me siento cansada de innumerables avasallamientos al Congreso". El Peronismo Federal votó dividido: dos a favor (Juan Carlos Romero y Sonia Escudero) y dos en contra (Negre y Graciela Di Perna). Del PJ no kirchnerista también apoyaron los pampeanos Carlos Verna y María Higonet.

Tres de los cuatro miembros del FAP votaron en contra y sólo Luis Juez avaló la expropiación.

El jefe del bloque radical, Luis Naidenoff, aseguró que "se con- valida una gran estafa". Miguel Pichetto, jefe del FPV, salió en defensa del vice. Nadie reveló quíenes son los dueños de Ciccone.


 

Boudou buscó mostrarse distendido, pero por momentos la pasó mal

Clarín. Martín Bravo

Sonrisas irónicas, leves movimientos de su sillón, algunos suspiros profundos, intensos parpadeos cuando lo cuestionaban en forma directa, miradas esporádicas a las gradas, asentimientos con la cabeza en los discursos a su favor.

Amado Boudou intentó mostrarse distendido al presidir la sesión para expropiar la ex Ciccone Calcográfi- ca, aunque por momentos no pudo evitar exteriorizar cierta incomodi- dad . Ni siquiera disfrutó de la "de- fensa" de Miguel Pichetto, jefe del bloque oficialista, que en un tramo también lo dejó mal parado.

"Tal vez usted, señor presidente, pueda ayudarnos proporcionando los nombres a los que quiso beneficiar", le dedicó la catamarqueña Blanca Monllau, la primera en apuntar directamente contra Boudou, que está imputado en la causa. La senadora por el Frente Cívico y Social luego se refirió a aquel monólogo del vice en el Se- nado, hace cuatro meses: "En ese momento alguien por encima suyo decidió que cayera (el procurador Esteban) Righi y que la maquinaria de encubrimiento e impunidad se pusiera a su servicio".

Otro momento incómodo, aun- que intentara disimularlo, lo pasó durante el discurso de la radical Laura Montero. "Se sospecha que (Alejandro) Vandenbroele es su amigo, usted lo niega y en la investigación aparecen cercanías", le dijo también de modo directo. Y preguntó: "Si tuviéramos un empate en el recinto, ¿quién desempataría? ¿El presidente del Senado se sentiría habilitado estando esta causa y estas dudas? ". Boudou presidió casi toda la sesión: apenas se levantó tres veces, y una de esas ausencias coincidió con el discurso de Gerardo Morales, el radical que consideró la expropiación como una "ley de salvataje a Vandenbroele y sus socios ocultos".

Sin posibilidad de intervenir en el debate, el vicepresidente le pasó letra a Pichetto -le hizo llegar un papel escrito por intermedio de una asistente- para replicar una acusación de Ernesto Sanz. Cruzó comentarios con Juan Zabaleta -su mano derecha-, asintió con la cabeza los discursos a favor, tanto de kirchneristas como del peronista disidente Juan Carlos Romero avaló el proyecto- y por momentos mostró sonrisas socarronas , como cuando Luis Naidenoff mencionó el 54% de los votos de Cristina Kirchner. "Las sospechas lo involucran a usted, sentado en ese estrado. Hay mucho silencio cómplice.

Ustedes eligieron el camino de la trampa y el engaño" , le dijo jefe del bloque radical. Boudou comenzó a pestañear, sin quitarle la mirada.

"Estaba prohibido aplaudir", se quejó Pichetto al final del discurso de Naidenoff. "Son dos los que aplauden...", ironizó Boudou.

En su cierre, Pichetto negó que la Justicia investiga al vice- presidente por la empresa que imprimía billetes para el Estado y agregó un comentario que descolocó a Boudou: "La única causa es la de su patrimonio, las demás no existen" . El jefe de bloque cerró con el "reconocimiento al temple que tuvo, por estar acá poniendo la cara". Con el proyecto ya aprobado, Beatriz Rojkés de Alperovich fue la única que se acercó a abrazarlo.

Luego Boudou bajó hasta las bancas y se saludó con varios: Ruperto Godoy, Jorge Colazo, Pichetto y Aníbal Fernández. Este último había dicho: "Esto es terminar con el negocio o curro, como usted le quiera llamar, con algo que les pertenece a todos los argentinos".

 

 

Complicado. Boudou preside ayer la sesión del Senado y busca disimular con su sonrisa el sofocón que le hizo pasar la oposición al afirmar que la ley Ciccone busca darle impunidad.

Festejo. El vicepresidente Amado Boudou, ayer, tras la votación en el Senado, junto al jefe del bloque kirchnerista, Miguel Angel Pichetto.

Kicillof también va por Ciccone

Clarín. Por Nicolás Wiñazki

a presidenta Cristina Kirchner ya planea cómo se administrará la ex Ciccone Calcográfica una vez que se normalice tras su intervención estatal. La idea es que la empresa deje de estar bajo la órbita de los funcionarios del vicepresidente, Amado Boudou, para pasar formar parte del universo de influencia del viceministro de Economía, Axel Kicilloff, que ya maneja las acciones estatales en empresas privadas, la política energética y es uno de los más escuchados por la Presidenta en materia económica.

Según pudo saber Clarín, Kici- lloff le propuso a la mandataria que la ex Ciccone sea reorganizada por Lucas Bergman, un economista amigo suyo al que puso como gerente de compras de Aerolíneas Argentinas.

Bergman fue periodista de los diarios BAE y Perfil, y de la agen- cia Reuters. Conoció a Kicilloff en el Colegio Nacional de Buenos Aires, y fue él quien lo nombró en la línea de bandera. Bergman está imputado en una causa judicial por firmar contratos sin licitación, una situación que también involucra al presidente de AR, Mariano Recalde. Ese expediente se abrió tras una serie de notas sobre el tema que se publicaron en Clarín.

La ex Ciccone está hoy interve- nida por el Gobierno. Desde que los funcionarios K entraron en la compañía se produjeron movimientos sospechosos dentro de la empresa. Dos empleados jerárquicos que ocupaban cargos muy sensibles fueron despedidos, a pesar de que el proyecto legislativo de expropiación asegura que el pase de la firma al Estado se hará respetando todos los puestos de trabajo y los sueldos actuales.

Los echados son nada más ni nada menos que el gerente de pro- ducción, Eduardo Gilardi; y el de sistemas, Nicolás Melgarejo.

Esas dos áreas, la de sistemas y la de producción, podrían ser crucia- les para dilucidar si en la ex Ciccone se cometieron delitos o fraudes administrativos, algo que está bajo estudio de la Justicia.

El sector de producción, por ejemplo, es el que se encarga de la confección del dinero, el trabajo que aun hoy está haciendo la empresa por encargo de la Casa de Moneda, y que terminó por desatar el escándalo que envuelve al vicepresidente, Amado Boudou.

Clarín pudo saber que tanto Gi- lardi como Melgarejo habían llega- do a la ex Ciccone Calcográfica con el desembarco de la sociedad The Old Fund, de la que aun se desco- nocen sus verdaderos accionistas. Ambos respondían a quien hasta la semana pasada fue el vicedirector de la empresa, Máximo Lanusse.

El despido de los dos gerentes contradice el proyecto de expro- piación de la ex Ciccone que el oficialismo votó ayer en el Senado. Ese texto estipula que los 250 trabajadores de la ex Ciccone pasarán a formar parte de la planta de empleados del Estado con los mismos sueldos y convenios gremiales que tenían hasta ahora.

Según contaron fuentes de la ex Ciccone, Gilardi y Melgarejo se sorprendieron cuando les avisaron que habían sido echados, y quizás más por la explicación que recibieron: "Tenemos que limpiar todo lo relacionado con la anterior administración".

La intervención de la ex Ciccone está encabezada por el ministro de Economía, Hernán Lorenzino; y por la titular de la Casa de Moneda, Katya Daura. Ambos, funcionarios de confianza de Boudou.

 


 

La expropiación de Ciccone avanza, con Boudou como eje

LA NACION. Gustavo Ybarra

Apenas nueve días después de enviado el proyecto por el Poder Ejecutivo y sin que mediara explicación oficial sobre los dueños de la empresa, el kirchnerismo aprobó ayer en el Senado la expropiación de la Compañía de Valores Sudamericana (ex Ciccone Calcográfica). La iniciativa pasó a la Cámara de Diputados, en donde el oficialismo prevé sancionarla el miércoles en sesión especial.

La votación concluyó con un contundente 44 a 20 a favor de la iniciativa oficialista, mayoría incrementada por el aporte del cordobés Luis Juez y de los peronistas disidentes Juan Carlos Romero y Sonia Escudero (Salta) y Carlos Verna y María Higonet (La Pampa).

Fueron más de seis horas de debate en las que Amado Boudou, obligado a presidir la sesión sin poder intervenir, debió soportar directas acusaciones por su participación en el trámite que permitió el resurgimiento de la firma impresora a manos de un misterioso fondo inversor, The Old Fund, manejado por el ex monotributista Alejandro Vandenbroele.

Fueron dos mujeres las que más incomodaron a Boudou. La catamarqueña Blanca Monllau (Frente Cívico) lo interpeló de manera directa. "Usted puede ayudar proveyendo los nombres de las personas que quiso beneficiar", le recomendó, sin medias tintas. La radical Laura Montero (Mendoza) también se dirigió al vicepresidente. "Se sospecha que Vandenbroele es su amigo; usted lo niega pero en la investigación aparecen cercanías", deslizó.

La peronista disidente Graciela Di Perna (Chubut) le preguntó a Boudou si la expropiación solicitada por el Gobierno "era un proyecto de ley o un indulto".

En medio de la constante incomodidad de los legisladores kirchneristas, la defensa de Boudou quedó reducida a un puñado de senadores. Dos de ellos, Walter Barrionuevo (Jujuy) y Marcelo Fuentes (Neuquén), apelaron a la teoría de la conspiración mediática para explicar la situación.

"Hay una campaña miserable contra el vicepresidente", afirmó el neuquino. "No le perdonan que haya estatizado las AFJP", agregó el norteño.

En el cierre del debate, el jefe de la bancada oficialista, Miguel Pichetto (Río Negro), calificó de "parrafadas sin sustento y con mucho contenido de mendacidad" las acusaciones contra Boudou.

"Usted no tiene ninguna vinculación con la causa Ciccone", le dedicó el oficialista, que, paradójicamente, basó su discurso en ventilar detalles del proceso judicial. Además, le agradeció "el temple de haber estado acá, dando la cara toda la tarde".

El proyecto aprobado ayer declara de utilidad pública y sujeta a expropiación la Compañía de Valores Sudamericana, sucesora de la quebrada Ciccone Calcográfica, empresa contratada por la Casa de Moneda para imprimir billetes de 100 pesos.

La firma ya se encuentra intervenida por decreto de necesidad y urgencia de la presidenta Cristina Kirchner. El valor de la operación será fijado por el Tribunal de Tasación de la Nación. Aunque nadie sabe a ciencia cierta a quién se le debería pagar una eventual indemnización.

En defensa de la operación, el miembro informante de la bancada oficialista, Aníbal Fernández (Buenos Aires), se limitó a repetir los fundamentos del proyecto, argumentando que la expropiación se justificaba en la necesidad de recuperar la "soberanía monetaria" y de terminar con un "plan sistemático para desguazar las condiciones operativas de la Casa de Moneda".

En el marco de este plan, el ex jefe de Gabinete denunció supuestas maniobras para favorecer a la empresa Boldt, competidora directa de la ex Ciccone en negocios de impresión de seguridad.

Sin embargo, la oposición centró sus quejas en la falta de información sobre la propiedad de la empresa, una duda que ningún oficialista pudo develar.

"Esta es la ley de salvataje a Vandenbroele y sus socios ocultos", denunció el radical Gerardo Morales (Jujuy), quien dijo que el de Ciccone es "el caso emblemático de mayor corrupción de este gobierno, porque involucra al vicepresidente de la Nación".

El socialista Rubén Giustiniani (Santa Fe) también denunció el bloqueo oficialista a brindar explicaciones sobre la propiedad de CVS. "Se va a votar la expropiación de una empresa cuyo dueño es un fantasma", afirmó. Menos sutil aún fue la porteña María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica): "Esta expropiación es para tapar un gran curro", dijo.
Apoyo y denuncias

También se escucharon denuncias de aquellos senadores de la oposición que votaron el proyecto. Así, la salteña Escudero se preguntó por qué ningún funcionario u organismo oficial había intervenido en el transcurso de la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica cuando, dijo, se trató de "un caso de libro" de operación sospechada por lavado de dinero.

Por su parte, el tucumano José Cano (UCR) les enrostró a los kirchneristas las vinculaciones de la ex Ciccone con la dictadura militar ("imprimió las entradas del Mundial 78", recordó), mientras que Giustiniani destacó que la firma tuvo su "segundo resurgimiento en la década del 90, con el menemismo" y que fue motivo de una denuncia de Domingo Cavallo, cuando era ministro de Economía, cuando acusó a los hermanos Ciccone de ser testaferros del empresario Alfredo Yabrán.


Protagonistas de un debate caliente

Aníbal Fernández
El senador que se olvidó de su pasado
Como miembro informante del proyecto de expropiación de Ciccone, Aníbal Fernández decidió atacar a gobiernos anteriores para explicar la necesidad de la ley. Tras hojear una carpeta titulada "causa Ciccone", Fernández dijo que la Casa de Moneda había sido "desmantelada", primero con la gestión De la Rúa y luego en el mandato de Duhalde. Curiosamente, él fue secretario de la Presidencia y ministro de la Producción durante el año y cinco meses en que gobernó Duhalde.

Laura Montero
El fantasma de la 125
El momento más tenso de la sesión se produjo cuando la radical Laura Montero se preguntó cómo hubiese reaccionado Amado Boudou si la expropiación de la ex Ciccone quedaba empatada. Mientras el vicepresidente la miraba con una sonrisa congelada en el rostro y sin poder contestar, el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto, salió a su rescate: "Seguramente Cobos hubiese sabido cómo votar", sentenció fuera de micrófono.

Luis Juez
Boldt, el imprentero veloz
Con su habitual humor cordobés, Luis Juez (FAP) ridiculizó el argumento oficialista de la conspiración que beneficia a la empresa Boldt y perjudica a la Casa de Moneda. "¿Ahora descubrimos que Boldt llegaba siempre primero? ¡¡¿¿Muchachos, saben cómo corre ese negro??!!", interpeló el senador a los kirchneristas, haciendo un juego de palabras entre la principal competidora de la ex Ciccone y el atleta jamaiquino Usain Bolt, múltiple medallista olímpico.

Ernesto Sanz
El banquillo de los acusados
Sin dejar de mirar al bloque kirchnerista y, cada tanto, a Boudou, el radical Ernesto Sanz reivindicó que "un afiliado de la UCR, que fue presidente de la Nación", como describió a Fernando de la Rúa, se encuentre "en el banquillo de los acusados" en la causa por los sobornos en el Senado. Rápido de reflejos, Sanz contrastó esa situación con la "actitud pobre, cobarde e indigna" de la Justicia para avanzar en el caso Ciccone.

Walter Barrionuevo
Sanado por el PJ
Muy pocos senadores oficialistas hicieron una defensa directa del vicepresidente Boudou durante el debate. Uno de ellos fue el jujeño Walter Barrionuevo, quien cerró su exposición afirmando que a Boudou "el Partido Justicialista lo ganó para la causa nacional y popular", como si durante su pasado en la Ucedé hubiese sido una oveja descarriada. Boudou sonrió, pero no se sabe si hubiera preferido que para eso ni lo nombraran.

Samuel Cabanchik
El Minotauro
En una sesión en la que abundaron las duras acusaciones, el porteño Samuel Cabanchik prefirió comparar el escándalo Ciccone con el mito del Minotauro, el laberinto diseñado por Dédalo y Teseo, quien puso fin a la vida de la bestia. Al lado de la versión senatorial, muchos extrañaron a Jorge Luis Borges y su hermoso cuento "La Casa de Asterión" y su noble visión final del Minotauro.

Liliana Negre de Alonso
Diáspora del PJ disidente
Mientras los salteños votaron a favor del proyecto, la puntana Liliana Negre de Alonso reivindicó su rechazo a la iniciativa. "Estoy indignada por este caso", argumentó a favor de su voto disidente. El resto del interbloque del PJ crítico (Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá y Roberto Basualdo), se ausentó. Lo mismo hizo Carlos Menem (La Rioja), aliado del Gobierno; en este caso su voto no era necesario.

MENEM, OTRA VEZ AUSENTE
Pese a su renovada cercanía al kirchnerismo, el ex presidente Carlos Menem faltó nuevamente ayer a una sesión del Senado en la que se discute una estatización. Lo había hecho meses atrás, cuando el Gobierno impulsó la expropiación de YPF (que él había privatizado) y también cuando se votó la nacionalización de Aerolíneas Argentinas. Tampoco había participado de la sesión en la que se eliminaron las AFJP y los fondos previsionales volvieron a quedar bajo el control del Estado.

 

Boudou fue el foco de todas las miradas durante la sesión que le tocó presidir sobre la ex Ciccone.

Primer paso hacia la Casa de Moneda

Página 12. Por Sebastian Abrevaya

Con el voto del Frente para la Victoria, de sus aliados y algunos opositores, el Senado aprobó la expropiación de la ex Ciccone Calcográfica y envió el proyecto para su tratamiento en Diputados, donde el oficialismo planea convertirlo en ley la próxima semana. En un debate duro pero sin sorpresas, que incluyó acusaciones al vicepresidente Amado Boudou, se declaró de “utilidad pública y sujeta a expropiación” la Compañía de Valores Sudamericana, que pasará a la órbita de la Casa de Moneda. El vicepresidente resistió sin responder los cuestionamientos opositores, mientras que los senadores Miguel Pichetto, Aníbal Fernández y Marcelo Fuentes encabezaron la defensa de la iniciativa y del titular de la Cámara. El acompañamiento de los opositores Luis Juez, Juan Carlos Romero y Sonia Escudero sirvió para consolidar un amplio margen a favor de la expropiación, que alcanzó 44 votos positivos y 20 en contra.

El proyecto consta de nueve artículos, en los que se establece la expropiación en los términos que fija la Constitución Nacional, con la cotización del Tribunal de Tasación de la Nación. El texto establece que se mantendrán las fuentes de trabajo y se tendrá en cuenta la deuda que CVS mantiene con el Estado nacional, el principal acreedor de la compañía. Según el detallado informe que realizó Aníbal Fernández, la ex Ciccone le debe 250 millones de pesos a la AFIP. “La cantidad de deudas que tiene la empresa con el Estado es enorme. La vocación del Gobierno es recuperar algo que nunca debió haber dejado de estar a cargo del Estado para evitar que en cualquier lugar del país se sigan haciendo negocios, o curros, como quieran llamarlo, con lo que les pertenece a todos los argentinos”, sentenció con su estilo desenfadado el ex jefe de Gabinete.

Como miembro informante, Fernández describió el proceso de “desguace” al que fue sometida la Casa de la Moneda y del que responsabilizó a los gobiernos de Fernando de la Rúa, de Eduardo Duhalde y a la gestión de Martín Redrado al frente del Banco Central, en connivencia con gerentes de la empresa Boldt, principal competidora de la ex Ciccone. En un ejercicio de autocrítica personal, se reconoció firmante del decreto 777 de Duhalde, que le quitó a la Casa de Moneda la exclusividad en la producción de papel moneda. “Pero el colmo se produce en 2009, cuando Boldt gana la licitación para imprimir los padrones electorales y como no podía cumplir con los plazos, ¿a quién subcontrata? A la Casa de la Moneda. ¿No es buenísimo?”, se preguntó el senador kirchnerista.

Poco después, el cordobés Luis Juez recordó ese tramo de la exposición de Fernández en clave de crítica humorística. “¿Ahora descubrieron que Boldt llegaba siempre antes a las licitaciones? ¡Muchachos, saben cómo corre ese negro!”, exclamó Juez en referencia a Usaín Bolt, el velocista que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Si bien adhirió a las críticas de la UCR, Juez se manifestó coherente con el proyecto de expropiación que había presentado en abril y señaló que “no hay ningún motivo para que los fiscales y jueces de la República no puedan llegar al fondo de la cuestión”. No lo entendieron así sus tres compañeros de bloque del Frente Amplio Progresista, Rubén Giustiniani, Jaime Linares y Norma Morandini.

Los cuestionamientos más encendidos vinieron de la UCR, que prefirió desentenderse del proyecto de expropiación presentado hace cuatro meses por su jefe de bloque de Diputados, Ricardo Gil Lavedra. “Lo que hoy deberíamos discutir es el rol del Estado, pero el de esta última década en la que gobierna el oficialismo”, arrancó Ernesto Sanz, que lanzó una serie de interrogantes vinculados con la contratación de CVS por el Estado y su composición accionaria. “En este caso, en el de Ciccone, la verdad está muy lejos, en los tribunales está lejos, en el Congreso está lejos, porque las preguntas no tienen respuestas. La UCR no va en contra de una expropiación, va en contra de la ausencia de verdad”, remató.

Fueron senadoras con habitual bajo perfil quienes cargaron personalmente contra Boudou. “Usted puede ayudar proveyendo los nombres de las personas que quiso beneficiar”, dijo la aliada radical Blanca Monllau, en referencia a los supuestos vínculos entre el director de CVS, Alejandro Vandenbroele, y el vicepresidente. La peronista chubutense Graciela Di Perna aseguró que el proyecto “se utiliza para apagar un incendio de corrupción y sacar de la tapas de los medios algo que involucra a altos funcionarios de gobierno”. Completó la saga de cuestionamientos la radical cobista Laura Montero: “Tantas son las dudas que me quedan que pensaba: ¿si llegáramos a un empate, el presidente del Senado, estando en estas condiciones, se sentiría habilitado para desempatar en el recinto?”. Miguel Pichetto le preguntó si el ex vicepresidente Julio Cobos “lo hubiera hecho mejor”, ironizando sobre el voto “no positivo”. “Seguramente”, retrucó la radical.

En el oficialismo cerraron filas en defensa del vice. El senador Fuentes denunció una “puesta en escena” para atacarlo y le reclamó “autonomía” a la oposición para que la agenda política “no se la dicten a través de un multimedio”. En el mismo sentido, Walter Barrionuevo sostuvo que el Grupo Clarín “eligió como blanco de sus ataques” a Boudou porque no le perdonan “ser mentor intelectual y ejecutor material de la recuperación por parte del Estado del sistema previsional argentino”.

Para cerrar, Pichetto cuestionó la construcción del prestigio de algunos jueces que actúan imprudentemente –en referencia a Daniel Rafecas– y señaló que en países como Francia el presidente y el vicepresidente tienen “inmunidad” durante su mandato “para que no ocurra lo que le sucedió al vicepresidente, quien fue víctima del desprestigio y sufrió el peso del soporte mediático y de la acción dirigida a lesionar su imagen para que pierda legitimidad”.

Con el resultado de ayer, el oficialismo ratificó su mayoría en la Cámara alta. A sus 33 miembros, les sumó los votos de algunos aliados como el neuquino Horacio Lores, los correntinos José Roldán y Josefina Meabe, el porteño Samuel Cabanchik y los sabattellistas fueguinos Osvaldo López y María Rosa Díaz. Además acompañaron los peronistas pampeanos Carlos Verna y María Higonet. Por último, se sumaron tres senadores que suelen representar posiciones claramente antagónicas al kirchnerismo: Romero, Escudero y Juez. Así se cristalizó el proceso de desintegración que vive el peronismo disidente, que se repartió entre las ausencias de Carlos Reutemann, Roberto Basualdo y Adolfo Rodríguez Saá, el apoyo de Romero y Escudero y el encendido rechazo de la puntana Liliana Negre de Alonso. “Es la primera vez que me aparto de mi bloque para votar. Me siento cansada de los innumerables avasallamientos al Congreso. No creo que la ley sea para tapar supuestos hechos delictivos. En todo este tiempo, si el juez Lijo no secuestró toda la documentación deberíamos hacerle juicio político por mal desempeño”, señaló Negre de Alonso, quien se mostró indignada por errores de forma del oficialismo.

Tras más de siete horas, el oficialismo sorteó un tema difícil que se repetirá en Diputados, ya sin la presencia de Amado Boudou.

 


 

El Senado dio media sanción al proyecto de expropiación de la ex Ciccone

Ambito Financiero.

El Senado aprobó y giró en revisión a Diputados el proyecto de ley de expropiación de la Compañía de Valores Sudamericana, ex Ciccone, que declara de utilidad pública la emisión de papel moneda, tras un largo debate en el cual el oficialismo sumó el apoyo de parte de la oposición.

Luego de más de seis horas y media de debate, la iniciativa fue aprobada en general por 44 votos a favor y 20 en contra, y girada a la Cámara de Diputados.

En el texto de la iniciativa, el Gobierno fundamentó la intervención de la empresa ex Ciccone en la necesidad de "mantener la soberanía monetaria" y de "concentrar la fabricación de dinero circulante y acuñación de moneda de curso legal y de impresión de documentos de seguridad".

El senador nacional Aníbal Fernández (Frente para la Victoria) abrió el debate como presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda responsabilizando a las gestiones de Fernando De la Rúa y de Eduardo Duhalde por el desmantelamiento de la Casa de la Moneda.

Fernández señaló también al ex titular del Banco Central, Martín Redrado, por las deficiencias en anteriores gestiones de la Casa de Moneda.

Fernández aseguró que el objetivo del Gobierno con su propuesta de expropiar la Compañía de Valores Sudamericana (ex Ciccone) "es recuperar la soberanía en la emisión de papel moneda" y "evitar que se sigan haciendo negocios con lo que pertenece a todos los argentinos".

El jefe del bloque de senadores oficialistas, Miguel Angel Pichetto, cerró el debate elogiando el proyecto del gobierno nacional, por el cual se expropia la empresa ex Ciccone.

Además, fustigó sin mencionarlo a su par de la bancada radical, Luis Naidenoff, al decir que "a veces el silencio es mejor que parrafadas con mucho contenido de mendacidad".

Previamente, Naidenoff había mencionado que no se sabía "a quién se le va a pagar una indemnización que puede arrojar un número de 140 millones de pesos".

El radical mendocino Ernesto Sanz aseguró que "no está en discusión devolverle al Estado facultades perdidas" dado que la Constitución Nacional establece "claramente" la potestad del Estado en la emisión de billetes.

"Hay algo que nos evita la discusión que es la Constitución, que es clara en cuanto a que la confección de billetes le compete al Estado", planteó el legislador.

En cambio, el senador nacional Luis Juez (Frente Cívico-Córdoba) confirmó su apoyo a la expropiación de la ex Ciccone Calcográfica al expresar su convicción de que "el Estado se tiene que involucrar" en la emisión de billetes, a la que definió como una de sus "potestades soberanas".

En este sentido, recordó que el 18 de abril de este año él mismo había presentado un proyecto de ley "idéntico" en su contenido a la iniciativa que hoy impulsa el oficialismo.

El oficialista neuquino Marcelo Fuentes saludó "la actitud de este Senado donde opositores que no coincidieron en muchísimas cosas con nosotros toman el tema como una discusión concreta".

El justicialista pampeano Carlos Verna anunció su "acuerdo con que la impresión del dinero debe estar en manos del Estado" y afirmó que "la aprobación no extingue ninguna causa penal porque los delitos son de acción pública".

Rubén Giustiniani, del socialismo santafesino, dijo que comparte "recuperar la soberanía monetaria", pero anunció que votaba en contra por "la forma en que se hace esta expropiación, con mucha celeridad, y porque no se ha permitido la presencia de los funcionarios nacionales".

El senador Juan Carlos Romero (Salta-PJ), autor de un proyecto de similares característica al del Gobierno, consideró que tiene "algunas diferencias" con la iniciativa oficial y sostuvo "se debe terminar con la relación de sospecha permanente entre una actividad del estado esencial, como es la emisión de papel moneda, y el único proveedor privado".

 


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