El grupo Pampa Energía dio ayer un nuevo paso en la batalla que lo enfrenta contra uno de sus mayores proveedores, la española Isolux Corsan y su socia local Tecna. Estas empresas tuvieron a su cargo el «cierre del ciclo» (instalación de una turbina que funciona con los vapores que ventea el generador a gas de petróleo) de la central térmica Loma de la Lata, en Neuquén, propiedad de Pampa.
Ahora Pampa reclama una indemnización de u$s 100 millones por incumplimiento de contrato y lucro cesante a la UTE (Unión Transitoria de Empresas) formada por Isolux-Tecna. La demanda se basa -según la presentación judicial- en el incumplimiento del plazo de entrega y la menor potencia que la contratada con que se entregó «llave en mano» la generadora.
El precio total de la obra fue de u$s 250 millones, que Pampa Energía abonó, pese a las quejas sobre la calidad de la tarea encarada por la constructora.
La UTE conformada por Isoulox y Tecna se comprometió por contrato a entregar el «ciclo combinado» (gas más vapores) en una fecha determinada y con una potencia instalada de 180 megawatts; el plazo se demoró un año y medio y la planta produce menos del 70% de la potencia prometida, según aduce Loma de la Lata en su presentación judicial comunicada ayer a la Bolsa porteña.
Ante estos dos hechos, Loma de la Lata ejecutó las garantías bancarias que había constituido Isolux-Tecna justamente para cubrir las contingencias respecto del plazo y la calidad técnica de la obra. Eran por u$s 18 millones, que sólo cubren una parte del reclamo de los demandantes, que asciende a más de u$s 100 millones.
Tras la ejecución de las garantías, Isolux-Tecna se había presentado ante la Justicia trabando embargo sobre los bienes de Loma de la Lata, reclamando que esa ejecución no correspondía y demandando la devolución de los depósitos: adujeron que la obra se entregó en tiempo y forma. Un juez accedió al reclamo, pero parcialmente: sólo embargó bienes de Loma de la Lata por u$s 8 millones.
Una parte de los u$s 100 millones que exige en sede judicial Loma de la Lata se basa en lo que -aseguran- deberán invertir para poner a la central térmica en los 180 MW que se habían comprometido a sumar al Sistema Interconectado; la otra parte es por el lucro cesante que les provoca esta menor potencia: en fuentes del mercado eléctrico aseguran que pasarán al menos dos años -con varias paradas de la planta en el medio- para poner a Loma de la Lata en la potencia prevista.
Todo esto sucede en un tiempo en que la energía no sobra (se importa). El Gobierno ya ha hecho saber su disgusto por la situación; los funcionarios que hablaron con las dos partes hicieron saber que no les interesa quién es el responsable: sólo que pongan la central en marcha y a la máxima potencia cuanto antes.
Cabe apuntar que esta cuestión -pese a las demandas cruzadas en sede judicial- se resolverá en un arbitraje extrajudicial; así lo convinieron las partes cuando firmaron el contrato por el que Pampa le encargó la obra a Isolux-Tecna. Por eso, la carta a la Bolsa enviada ayer por la operadora de Loma de la Lata indica que «los daños y perjuicios reclamados se han estimado preliminarmente en un monto superior a los u$s 100 millones, debiendo ser probados y cuantificados en las instancias correspondientes».
LOMA DE LA LATA. En el ojo de la tormenta
La usina térmica de Loma de la Lata –una de las más moderna del país– quedó envuelta en una marcada pelea económica y judicial que va camino a dirimirse en una corte internacional .
Los protagonistas de la batalla –que concita cada vez más atención de las energéticas locales y del Gobierno– son el grupo Pampa Energía (que comanda Marcelo Mindlin y que es el dueño de la central neuquina) y la española Isolux, que encabezó el consorcio encargado de ampliar la central con un “ciclo combinado”.
El origen del conflicto se remonta a 2008. Ese año, Pampa Energía adjudicó la provisión de la usina “llave en mano” –con una inversión de $ 1.000 millones, de los cuales $ 660 millones fueron financiados por la ANSeS – a la sociedad liderada por Isolux, que había subcontratado como proveedora tecnológica a Siemens.
La nueva turbina de 180 MW –que se sumó a las tres de 125 MW que ya tenía la central– se inauguró en noviembre de 2010 y, desde ese momento, registró una inusual sucesión de fallas que le impidió funcionar a pleno. El primer contratiempo se dio en febrero por un desperfecto en el sistema de control que dañó el generador.
La reparación del equipo provisto por Siemens quedó a cargo de Isolux y demandó casi 7 meses de trabajo . Por el tiempo que estuvo inactivo, Pampa Energía cobró más de US$ 40 millones en indemnizaciones del constructor y de las aseguradoras de la obra.
En los últimos meses, afloró otro problema. Se detectó un error de diseño en el álabe (un componente) de la turbina que provoca que funcione con una potencia máxima de 165 MW en lugar de los 175 MW que prevé el contrato. Tras asumir la responsabilidad del fabricante, Isolux negoció una nueva indemnización por US$ 18 millones y la reposición de la pieza en un plazo de 18 meses.
Tras un preacuerdo que habían alcanzado las dos partes, la usina –con 10 MW menos de potencia– entró en servicio comercial recién hace dos semanas.
En ese momento, se disparó un nuevo cortocircuito. Pampa no aceptó firmar la recepción definitiva de la planta y ejecutó una parte de los avales bancarios de la obra que había presentado Isolux.
La respuesta de la contratista fue una demanda en la Cámara de Comercio Internacional de París , para que por un arbitraje se resuelva la recepción de la obra y el reintegro de los avales ejecutados.
Tras acusar recibo de la denuncia, Pampa anticipó que irá a la corte internacional para rechazar el planteo y exigir un nuevo “resarcimiento integral” . Todo indica que no hay posibilidad de acuerdo y que la pelea será larga.
(02-04-2011) Pampa Energía será resarcida con 18 millones de dólares
Río Negro
La empresa Pampa Energía multó con 18 millones dólares a la UTE que conforman las firmas Isolux y Tecna por las fallas que se produjeron en la central térmica de Loma de la Lata, propiedad del grupo que encabeza el empresario Marcelo Mindlin.
Isolux-Tecna fueron las encargadas del montaje de la unidad turbo vapor que colapsó antes de integrarse al sistema eléctrico. Fue inaugurada a fines de noviembre de 2010 pero nunca superó los ensayos. Se estima que recién estará en marcha durante el segundo semestre de este año.
El jueves en una comunicación a Bolsa de Valores de la ciudad de Buenos Aires, Pampa Energía informó –además– que hubo un acuerdo "en el cual se establecen los mecanismos de reparación de los desperfectos informados el 18 de febrero y el 2 de marzo, como así los procedimientos a seguir para la puesta en marcha de la ampliación de la capacidad instalada de generación".
La empresa del grupo Mindlin informó, además, que la UTE Isolux-Tecna "en su carácter de contratista (les) concedió un descuento excepcional equivalente a los importes relacionados al último hito de pago (...) el cual se valoriza en 18 millones de dólares".
La usina de ciclo combinado de Loma de la Lata es la central eléctrica más moderna del país, que pertenece a Pampa Energía, del grupo Mindlin, el dueño de Edenor y de la transportista eléctrica Transener.
La unidad que se rompió tenía una capacidad de generación de 180 megavatios. Se trata de una turbina (bautizada Mercedes) que es parte de la obra de ampliación de la central, que se inició en 2008.
Luego de la compra de la central con 375 megavatios la empresa decidió incrementar la capacidad de generación con tres calderas recuperadoras de gases y una turbina a vapor de 180 megavatios.
La obra demandó una inversión de 1.000 millones de pesos , de los cuales 660 millones fueron financiados por la Anses.
Los trabajados fueron adjudicados a Isolux y Tecna, que a su vez subcontrataron a Siemens como proveedora de los equipos.
La turbina dejó de operar el 18 de febrero.
La falla tuvo su origen en el sistema de control por una deficiente inyección de aceite que terminó dañando los cojinetes y el eje del rotor del generador.
La reparación del generador ya se está efectuando en un taller de la provincia de Buenos Aires y los cojinetes van a ser remplazados por nuevos importados de Suecia.