Después de 9 años de gestión kirchnerista, el INDEC ayer salió a informar que la medición de la indigencia y pobreza sobre la base de las canastas de alimentos y de gastos totales no sirve porque es un resabio “neoliberal” . Y anunció que se encuentra actualmente trabajando en una nueva “metodología de medición” que mida la pobreza de otra forma “desde un enfoque multidimensional” . Esto es, tomando en cuenta otros ingresos provistos por el Estado en bienes y servicios, como alimentos o útiles escolares, e incluso por las empresas, en los comedores de los establecimientos.
Así, se puede inferir que el nuevo cálculo le permitirá al INDEC registrar todavía menos indigentes y pobres que ahora . La última medición oficial arrojó que sólo el 6,5% de la población es pobre, de los cuales apenas el 1,7% es indigente. Pero las mediciones alternativas desmienten esos datos y triplican esos porcentajes.
El anuncio oficial se conoció poco después del fuerte impacto que produjo la difusión por parte de Clarín de que para el INDEC c on $ 6 diarios una persona podía alimentarse y no ser indigente . Y con $ 13 al día dejaba de ser pobre.
Según el ente oficial la forma actual de medir la indigencia y la pobreza a partir de los ingresos de los hogares fue adoptada en la Argentina en 1993. Y por eso le endilga una concepción “neoliberal” .
En realidad, con esa afirmación el INDEC se desmiente a sí mismo porque en un documento que aún figura en el sitio web (“Acerca del método utilizado para la medición de la Pobreza en Argentina”) se dice que la metodología surgió de “un estudio realizado en 1988 y 1990 en base a la Encuesta de Gastos de Hogares de 1985/86”. Y que “en 1992 se introdujeron mejoras metodológicas”.
En síntesis, la metodología de medición de pobreza arrancó durante el Gobierno de Raúl Alfonsín y tuvo al menos 5 años de preparación. Lo que el INDEC tampoco dice es que esa metodología fue adoptada por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) para toda la región, donde convivían gobiernos de distinto signo politico e ideológico.
Tampoco dice que los valores ridículamente bajos de las canastas no responden a un problema metodológico sino simplemente a que esas canastas se actualizan por el Indice de Precios al Consumidor que no refleja los precios reales que pagan los consumidores, sino los que figuran en listas oficiales u otras manipulaciones.
A partir de negar estas realidades, el INDEC señala que los valores de las canastas son “teóricos” . Y agrega que al medir la indigencia y la pobreza a partir de los ingresos de las familias no interviene en el cálculo, por ejemplo, “si los niños reciben alimentos en las escuelas o los trabajadores en sus empresas” . Esto también fue contemplado y refutado por el propio INDEC en su documento. Allí se dice que la pobreza es un fenómeno “multidimensional” que puede medirse desde distintos ángulos, “por ingresos” (“el de mayor tradición”) pero también por “Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)”, algo que el INDEC ha dejado de difundir desde 2001.
Ana Edwin. Para la titular del INDEC, la medición actual es “neoliberal"