Las estaciones, fuera de servicio
La Nación
Ni el récord de autos cero kilómetro volcados a las calles, ni las filas en las estaciones de servicio, ni los mayores caudales de ventas y mejores precios de los combustibles. Nada de eso logró impulsar el negocio de las estaciones de servicio. Al contrario, la baja rentabilidad sigue causando la desaparición de bocas de expendio de dueños independientes, éstas son las "embanderadas" a través de contratos con petroleras, y las denominadas "blancas", que son las abastecidas directamente por revendedores mayoristas.
Las estaciones que son propiedad de una petrolera, afirman en el sector, tienen otra realidad, por tener ubicaciones estratégicas y estar mejor aprovisionadas. Las firmas lo niegan y dicen padecer igualmente los costos y la presión impositiva. Con acusaciones cruzadas, y hasta denuncias oficiales, el sector está revolucionado.
Las cifras son irrefutables. De las 5008 que había en 2003, sólo quedaron 3856, según el registro de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha). Los 1152 cierres (187 el año pasado) no son casuales ni producto del avance del sector inmobiliario, que se hizo de unos pocos terrenos estratégicos, coinciden los estacioneros.
"Las cuentas no cierran", sintetiza el dueño de una estación del conurbano. "La petrolera nos deja el 8% de comisión. Si vendemos el litro de nafta a 4,80 pesos, quedan menos de 40 centavos. Con eso tenemos que pagar altísimos costos operativos y sumarle los impuestos", describe el hombre, anhelando una época que evoca "dorada", hace una década, cuando las estaciones eran más de 6000.
Todo ocurre en un momento de expansión de la venta de combustibles, que el año pasado terminó, en promedio, un 7% por encima de 2010, según abeceb.com, sobre la base de datos de la Secretaría de Energía. En cuanto al precio, la suba de naftas y diésel rondó el 30 por ciento.
"Sin embargo, el porcentaje de utilidad de las estaciones se mantuvo", dijeron en Cecha. El salario de un playero creció un 305% desde 2004, de $ 980 a 3970. A eso, suman cargas sociales, licencia anual, aguinaldo y horas extra, que dan un promedio de $ 7000 por operario de playa al mes, de acuerdo con el cálculo de la entidad. En esta actividad con mano de obra intensiva, el componente representa entre el 60 y el 75% de los costos.
"Podría ser compensado con más ventas para alcanzar el punto de equilibrio que está más lejos. Pero las entregas en cupos por parte de las petroleras no lo permite", agrega Oscar Díaz, presidente de Cecha, que lamenta la exclusión de las estaciones del abastecimiento a empresas de transporte, otrora grandes clientes de los expendedores.
Las estaciones independientes compran combustible bajo dos modalidades: por consignación (con pago posventa), o directamente una petrolera o distribuidor mayorista. En el primer caso, la comisión de venta para la estación promedia el 8%. En el segundo, puede trepar al 12%, según el producto.
Las estaciones blancas se abastecen a precios más altos y lidian para abastecerse. Al no depender de una marca, no tienen precios sugeridos que acatar, pero tampoco seducen tanto a los clientes. "Con esos precios se alejan del mercado y están condenadas al cierre", afirma Marcelo Baremboum, del portal surtidores.com . Lo sufren las estaciones a las que las petroleras no les renuevan el contrato, acusan los dueños.
La diversidad y los altos precios en el interior no reflejan más rentabilidad, sino los costos que los proveedores suman por logística. El precio del surtidor, además, encierra una carga impositiva de más del 47% y otros impuestos a petroleras y estaciones.
Hay estacioneros que acusan a sus proveedores de priorizar las entregas en sus estaciones y de exigir pagos anticipados, aún en consignaciones. En Shell, lo rebaten: en 2011, la venta en las bocas propias trepó 15%, contra un alza del 29% en las independientes.
También complican las tarjetas de crédito. "Financiar con crédito implica entregar una comisión del 1,5% y alejar 21 días la acreditación del dinero", explica Rosario Sica, presidenta de la Federación de Empresarios de Combustibles (Fecra).
En el mercado de GNC es la excepción, dado que a más conversiones, hay un aumento del número de estaciones. Con el m3 entre $ 1,40 y 2, la tajada para el vendedor es de hasta el 20%, estimó el propietario de dos estaciones, para envidia de sus colegas.