El titular de la Bolsa porteña, Adelmo Gabbi, fue el encargado de abrir el 158º aniversario de la entidad, en donde recibió a la presidenta Cristina Kirchner y en el que el gran ausente fue su vice, Amado Boudou.
Escoltado de un lado por la jefa de Estado y del otro por el jefe del Gobierno porteño, Mauricio Macri, Gabbi, comenzó su discurso ponderando a la institución por haber sabido mantener, a pesar de los avatares internos y externos, un régimen absolutamente democrático en la conducción de su destino. Más condescendiente que en otras celebraciones y sin mencionar antiguos reclamos (como el de los encajes), Gabbi, no obstante, aprovechó la ocasión para deslizar, de refilón y de manera indirecta, algunas críticas a ciertas políticas locales. Estratégico, utilizó el escenario externo para apuntar a los controles oficiales, como las restricciones cambiarias o a las importaciones. La crisis externa es de confianza, para generarla no basta sólo el crecimiento del gasto público, sino la aplicación de otros instrumentos. No es lo mismo generar empleo que crear puestos de trabajo. La respuesta tampoco está en mayores controles e intervención del Estado, sentenció. No es bueno el caos del libertinaje ni la asfixia de los controles, disparó finalmente el directivo. Ése fue uno de los pocos momentos en el que logró arrancar algunos aplausos en el ala izquierda del salón poblado prácticamente por socios de la Bolsa.
El titular de la institución también enumeró cinco propuestas a la presidenta. A través de estas iniciativas, Gabbi dejó entrever también problemas que se hacen sentir en distintos sectores de la economía. Por un lado, anticipó que se está trabajando en el lanzamiento de una Obligación Negociable para financiar proyectos para la reciente estatal YPF. La emisión se puede hacer con recursos y ahorros de los argentinos, cuyo rendimiento pueda ser pagado por la empresa a través de abastecimiento de combustible, anticipó. Pero además hizo alusión a las dificultades de inversión en mercados, como el inmobiliario, que comenzaron a partir de las trabas cambiarias. En esta línea, demandó la instrumentación de los valores hipotecarios pensados para personas que no necesiten asistencia, para que un inversor pueda ahorrar en metros cuadrados mes a mes y no tener que contar con el total del valor de una vivienda para acceder a la misma, ni con moneda foránea
Al mismo tiempo, reclamó la instrumentación del pagaré bursátil para permitir a las pyme acceder a un mejor financiamiento y pidió la autorización para la negociación de Lex Letras de Cambio para permitir la prefinanciación de las exportaciones, líneas que hoy han desaparecido en los bancos por el drenaje de dólares de los depositantes. A su vez, el directivo abogó por una solución para la capitalización contable de las empresas energéticas, uno de los rubros más golpeados.
En todo momento, el titular de la Bolsa fue cuidadoso de no quedar del lado de ningún bando partidario, en una celebración en la que paradójicamente estuvo ceñida más por la política que por lo conmemorativo.
Gabbi se mostró más blando que en otros años con la gestión de Cristina