Damián Kantor
Tras la pelea por YPF, continúan las ventas de biodiésel a España
iEco
F ue la primera represalia concreta del gobierno de
Mariano Rajoy por la nacionalización de
YPF. A mediados de abril, España anunció que suspendía la compra de biodiésel de origen argentino, una medida que aún no se cumplió. En mayo, las exportaciones de ese combustible alcanzaron las 48.174 toneladas, indica un estudio elaborado en exclusiva para iEco por la consultora
IES (Investigaciones Económicas Sectoriales).
España, así, continúa siendo el principal importador de biodiésel de la Argentina, al menos en lo que va del año. De enero a mayo, dice el informe de IES, se exportaron 880.000 toneladas, lo que significó US$750 millones de ingresos al país. Las compras españolas representan casi el 57% del total de los envíos argentinos al exterior, muy por encima de los Países Bajos (19,3%), Italia (10,4%), Perú (7,1%) y Bélgica (5,1%). "A pesar de lo que se dijo, por vía directa o triangulando, España no dejará de comprar.
Por calidad y precios competitivos, el biodiésel argentino no tiene sustituto en el mundo", dijo tajante el economista jefe de IES,
Alejandro Ovando.
Esta es la foto actual, pero analizando la evolución de las ventas a España en los primeros meses del año, surgen otras conclusiones. De enero de 2011 al mismo mes de este año, las exportaciones a ese país crecieron un 75,5%. En febrero, la suba fue del 102%; en marzo, un 86,5%; en abril aumentaron un 89,3% y el mes pasado, las ventas experimentaron una caída del 45,7% con respecto al mismo mes del año pasado. ¿La represalia del gobierno español está dando sus frutos? ¿O se trata de un resbalón temporario? Para Ovando, la interpretación es simple: España estaría triangulando las compras a través de terceros países. "Los números no mienten", asevera el economista, y como contraposición a la caída de España, resalta el notable crecimiento de las exportaciones registradas en mayo a otros países de Europa, como los Países Bajos (128%) y Bélgica (119%). Además, también se incrementaron un 55,4% las ventas de aceite, insumo básico para producir biodiésel. De las 275.000 toneladas que se exportaron en abril, se pasó a las 428.000 toneladas de mayo. "Está demostrado que hay triangulación", dice Ovando.
Lo cierto es que la decisión española de cerrar las fronteras a los biocombustibles argentinos generó preocupación en una industria cuya mayor apuesta es la exportación. Con 1,7 millones de toneladas elaboradas y una facturación que supera los US$2.000 millones, la Argentina se posicionó como el cuarto productor mundial de biodiésel y el mayor exportador de ese biocarburante. Además, cuenta con la bendición del Gobierno, que impulsó el corte del 7% de gasoil y naftas con biodiésel y bioetanol.
Como respuesta a España,
Cristina Kirchner prometió compensar a los productores elevando la mezcla este año al 10%.
Fernando Peláez, titular de la
Carbio (Cámara Argentina de Biocombustibles) y de Unitec Bio, del grupo Eurnekian, se mostró preocupado por el comercio con España y dice que la incertidumbre actual congela los proyectos de inversión a futuro. "El objetivo de Europa resume es tratar de frenar el ingreso de biodiésel de países extrazona".
Así y todo, en los próximos meses cuatro empresas tienen previsto inaugurar nuevas plantas:
Louis Dreyfus, Unitec Bio, Patagonia Bioenergía y Noble Argentina. De este modo, la capacidad de producción aumentaría un millón de toneladas. Peláez, sin embargo, puntualiza que cuando el clima (económico) se enrarece, las inversiones se paran".
"En los últimos dos años, la industria se manejó al 90% de la capacidad instalada y hay una decisión política en el mundo de incrementar el uso del biodiésel, eso no va a cambiar en el mediano plazo", dice Peláez, pero abre un interrogante hacia el futuro inmediato, sobre todo por los efectos de la crisis internacional. "El año próximo no será fácil", fue el pronóstico sombrío del titular de la Carbio.
A los problemas internacionales, se le suman los problemas de la economía local, similares a los que padecen otros sectores: las trabas a las importaciones y la falta de crédito. "La dinámica de la industria depende de un financiamiento fluido y los mercados internacionales están difíciles", explicó una fuente del mercado, que pidió no ser identificado.
La misma fuente señaló también que existen resistencias en algunas oficinas del Gobierno para elevar el corte al 10% del gasoil (con el objetivo de aumentar las exportaciones y favorecer el ingreso de dólares al país), lo que complicaría aún más el panorama. "Escuché esos rumores, pero no son ciertos", desestimó Peláez, sin dudar.
Un golpe al corazón de una industria exportadora
A modo de castigo por la expropiación de
YPF (cuya mayoría accionaria estaba en manos de la española Repsol), el gobierno español dispuso la suspensión de las compras de biodiésel argentino el pasado 20 de abril. Fue la primera represalia concreta, tras varias advertencias lanzadas desde la administración de
Mariano Rajoy por la nacionalización de la petrolera.
Frente al anuncio, la presidenta
Cristina Kirchner respondió primero que la medida de no comprar biodiésel argentino"era una decisión soberana de España", pero después presentó un reclamo ante la
OMC (Organización Mundial del Comercio), cuyo destino aún es incierto.
La industria local de biocombustibles, en especial el biodiésel, depende de las exportaciones. De enero a mayo, casi el 57% de los envíos fueron destinados a España.
El desarrollo de la industria local en los últimos años fue notable. De acuerdo con estadísticas de la
Carbio (Cámara Argentina de Biocombustibles), las exportaciones de biodiésel representaron ingresos por unos US$2.000 millones, una cifra que viene creciendo año tras año: en 2007 fueron 170.000 toneladas; en 2008, 700.000; 2009, 1,2 millones; 2010, 1,3 millones y en 2011, 1,7 millones.
Las principales productoras de esos combustibles de origen vegetal son aceiteras, entre las cuales se destacan
Aceitera General Deheza, Bunge, Cargill, Molinos, Vicentín, Louis Dreyfus y Molinos.