El escenario para el cobre tras fuerte corrección a la baja
La tercera - Por M. Corvalán / M. Rodríguez
Aunque un crecimiento económico inferior al esperado en China el primer trimestre fue el detonante de la brusca caída que experimentó el precio del cobre esta semana, lo cierto es que su cotización venía mostrando una tendencia descendente ya desde el año pasado, comportamiento que se acentuó en los últimos días. Según los datos de Cochilco, la cotización del metal rojo en la Bolsa de Metales de Londres cerró en US$ 3,16 por libra el viernes, con lo que anotó una baja de 7,1% en la semana y un retroceso de 11,87% en el año. Pero esto sigue a un retroceso de casi 10% en el precio promedio de 2012 (US$ 3,6) versus 2011 (US$ 3,99).
Para los observadores de esta industria la tendencia a la baja era esperable, ya que está entrando al mercado la producción de proyectos iniciados entre 2006 y 2008, cuando el precio iba en alza. JPMorgan estima que la producción minera se incrementó en 477 mil toneladas en 2012 (un 2,9% anual), el mayor aumento anual en toneladas desde 2004, y anticipa un alza de 3% en la producción de este año.
El ánimo en el mercado se vio sacudido por el temor a un debilitamiento de la demanda en China, el recrudecimiento de la crisis europea y la timidez de la recuperación en EEUU. “Hemos sido pesimistas respecto del precio del cobre en el corto plazo por algún tiempo, debido a la pobre demanda en Europa en particular y a la oferta global, ya que en Chile y China la extracción está aumentando”, comenta Dan Smith, jefe de investigación de metales en el banco Standard Chartered. Smith había bajado su estimación del precio promedio para 2013 de US$ 3,77 a US$ 3,45 a comienzos de abril, antes del anuncio de China, y mantiene esa estimación. “Pensamos que habrá debilidad por ahora, pero el precio ya está bastante barato y no vemos mucho espacio para que siga cayendo”, afirma. En términos del piso, el experto cree que ya se vio un apoyo bastante fuerte en torno a US$ 6.800 por tonelada (US$ 3,08/lb) y que existe otro por debajo de eso, en US$ 6.600/ton (US$ 2,99/lb).
Los inventarios El viernes, Reuters informó de un incremento en las órdenes de compra de importadores chinos de cobre refinado en Shanghai, a causa de la caída de los precios en Londres. Los inventarios en las bodegas en las zonas francas de Shanghai habrían caído por debajo de 600.000 toneladas, un 40% menos que el millón de toneladas de fines de enero, y los operadores consultados por Reuters prevén que volverán a bajar. En contraste, los inventarios en las bodegas de la Bolsa de Metales de Londres (BML) han subido 90% en lo que va del año, contribuyendo al pesimismo en los precios. Pero, apunta Smith, muchas bodegas de la BML están ofreciendo incentivos en dinero para atraer metal, compitiendo con los consumidores por excedentes de inventario. Esa impresión es compartida por Vanessa Davidson, gerenta del Grupo Cobre del CRU (Copper Research Group, con sede en Londres), quien percibe un fenómeno de redistribución entre inventarios “invisibles” (o no contabilizados por los mercados donde se transa el metal, como la BML o las bolsas de Chicago o Shanghai) y aquellos que son “visibles”, dados los incentivos para depositar stocks en las bodegas de la LME (ver gráfico pág. 22).
El factor financiero Los movimientos provocados por el ajuste entre oferta y demanda se han visto acentuados por las operaciones de inversionistas para los cuales el cobre es otro activo financiero. “Los especuladores están cortos en cobre, han presionado los precios a la baja y están probando hasta dónde pueden empujar”, estima Smith.
Eleni Joannides, analista principal de cobre en Wood Mackenzie, la consultora cree que el mercado “parece haber estado esperando cualquier noticia macro negativa para saltar. Es cierto que China es el único gran motor de crecimiento este año, pero incluso así la sobrearreacción a una variación de 0,2% entre el dato esperado del PIB de China y el anunciado, resalta el deseo de los jugadores del mercado de mover los precios hacia abajo”.
Joannides comenta que en un contexto de producción al alza con una demanda débil y precios más bajos, “muchos de los hedge funds con que hemos hablado no ven un upside significativo en los precios del cobre. Es posible que el dinero siga saliendo de los commodities/cobre, porque es menos probable que ofrezcan los atractivos retornos de antes”.
La experta tampoco ve un desplome de los precios, aunque sí cree que cualquier rally para cubrir posiciones cortas en el corto plazo, “será visto como una nueva oportunidad de venta por los inversionistas, que esperan que los precios tiendan a la baja durante el año, a medida que llegue la nueva producción y haya una acumulación visible de inventarios”. Joannides estima que el precio promedio de este año estará en el rango de US$ 3,2-US$ 3,5 por libra.
El futuro Tal como Standard Chartered, JPMorgan y Citigroup también habían ajustado a la baja sus pronósticos para este año antes del anuncio de China y las reforzaron después.
Smith, de Standard Chartered, espera un repunte en la demanda, en especial en China y EEUU. Además, revisó a la baja sus proyecciones de aumento de la oferta, en particular por las demoras en la mina Oyu Tolgoi en Mongolia, aunque también advierte que el foco en un mayor control de costos podría postergar la puesta en marcha de nuevos proyectos. Según su análisis, el mercado debería experimentar un modesto superávit en 2013 y déficit hasta 2016, cuando la oferta podría finalmente superar a la demanda y el precio promedio regresar a US$ 3,6, luego de haberse situado incluso más arriba.
JPMorgan, en tanto, considera que tras un período de debilidad que debiera terminar este segundo trimestre, el precio promedio debería ser de US$ 3,64 en 2013 y de US$ 3,96 en 2014. En un informe del 17 de abril sostiene que “los inversionistas son demasiado pesimistas respecto de las perspectivas del crecimiento de la demanda y demasiado optimistas sobre el crecimiento de la oferta. Los eventos recientes en Bingham Canyon, en Utah, son un recordatorio de la fragilidad del desarrollo minero”. Citi, en cambio, es menos optimista y prevé precios promedio de US$ 3,44 este trimestre, y de US$ 3,40 en 2013 y US$ 3,07 en 2014. Y ya en territorio definitivamente negativo, Ross Strachan, economista de Capital Economics, calcula que “el nivel creciente de producción y una mayor aversión al riesgo desencadenada por un recrudecimiento de la crisis de la eurozona, más adelante este año pesarán sobre los precios” y podría llevarlos hacia US$ 2,72 en los próximos 12 meses.
En todo caso, Strachan está bastante solo en su postura. Ninguno de los siete analistas que han entregado proyecciones a Bloomberg en los 10 últimos días prevé un precio promedio inferior a US$ 3,45 en 2013.
Las alzas en los costos también ponen un piso al precio. JPMorgan cree que si, en el peor escenario, el precio llegara bajo US$ 2,94, al menos cuatro factores saldrían a apoyarlo: China recortaría su producción y aumentaría las importaciones, la disponibilidad de chatarra se vería disminuida, y habría mayores límites al gasto de capital, ya que los precios estarían por debajo de los requerimientos para un retorno sobre capital suficiente. Eso significaría también, advierte el banco, que no habría desarrollo de nuevos proyectos, llevando al mercado a ser deficitario nuevamente.