Iván Heyn, el subsecretario de Comercio Exterior que había asumido el 10 de diciembre, joven economista estrella del Gobierno y una de las apuestas fuertes de la presidenta Cristina Kirchner para su segundo mandato, fue hallado muerto ayer en su habitación del piso 10° del Hotel Radisson, ahorcado con un cinturón que pendía del perchero de un placard, según las primeras informaciones de la policía uruguaya.
La noticia generó una conmoción en la comitiva argentina que acompañó a la Presidenta a esta cumbre del Mercosur. A Cristina le avisó un secretario cuando participaba de la reunión reducida de presidentes del bloque regional. Quedó muy afectada y debió ser atendida por su médico, contaron fuentes de la presidencia uruguaya, pero un rato después volvió a sumarse a las deliberaciones que siguieron por varias horas en medio de la polémica con Paraguay por la incorporación plena de Venezuela al Mercosur. Pero por la noche Cristina habló casi 45 minutos para cerrar la sesión plenaria, en un vehemente discurso político en que no aludió a la muerte de su funcionario.
La cumbre se hizo en el edificio sede del Mercosur, que da a la rambla montevideana y desde el cual, en un día muy soleado y caluroso, se podía ver a la gente metida en el río y disfrutando las arenas blancas de la playa Ramírez. Todo un contraste con lo que sucedía a unas treinta cuadras, donde después de inspeccionar la habitación de la tragedia, el juez en lo criminal Homero Da Costa, acompañado por miembros de la policía técnica con sus mamelucos azules, decía a Clarín y a otros medios que aguardaban en las escaleras de entrada al Radisson que la muerte de Heyn “aparentemente fue un suicidio, pero recién comenzamos la investigación”.
Heyn, de 34 años, vivía en pareja y no tenía hijos. Referente de la agrupación de funcionarios juveniles ultracristinistas “La Cámpora”, era también director por el Estado en la empresa Aluar. Estaba aquí desde el domingo. El lunes había participado de las reuniones previas al encuentro de presidentes y por la noche del asado que se sirvió en la Embajada argentina y que reunió a decenas de funcionarios y miembros de la comitiva.
El cuerpo de Heyn fue hallado a las tres de la tarde local. Ante la falta de información –hubo solo un comunicado que confirmó la muerte de Heyn, firmado por el embajador en Uruguay Dante Dovena– se escucharon muchas versiones, y algunas contradictorias. Se dijo que Heyn había faltado a reuniones matinales que estaban en su agenda de ayer, pero también que había salido y regresado a su hotel a media mañana.
En conferencia de prensa, el vocero de la policía uruguaya José Luis Rondán, dijo que Heyn fue encontrado por el personal que hace el servicio de habitación luego que dieran el alerta los compañeros de delegación, ya que no respondía los llamados telefónicos.
Rondán confirmó que Heyn fue encontrado ahorcado con un cinturón, junto a un placard. Otras fuentes habían dicho que el cinturón pendía del travesaño del placard, y el cuerpo estaba desnudo. La policía se llevó la computadora y el celular para peritarlos. Y la autopsia se realizó por la tarde. Anoche, el juez Da Costa señaló al diario El Observador que los resultados de la autopsia eran “normales”, y que “no hay signos de violencia”.
De todos modos dijo que aun no se podía establecer si fue un suicidio o una “muerte accidental”.
PRIMERAS PESQUISAS. MIEMBROS DE LA POLICÍA CIENTÍFICA DEL URUGUAY DEJAN AYER EL HOTEL RADISSON DE MONTEVIDEO DONDE FUE HALLADO MUERTO IVÁN HEYN.