Desenreda las madejas energéticas de Alan García y estira las costuras del gas natural licuado de Perú LNG, uno de los grandes proyectos del Plan Estratégico 2008-2012. Ha podido saltarse las zancadillas de Sonatrach y los obstáculos de las banderas nacionalistas, que buscaban erosionar la piel de Camisea y la participación de la española en el Consorcio Internacional de exportación del GNL peruano. YPF bifurca los ojos de sus intereses andinos: en una mano, la exterior, el acceso al 20% de los 14,1 TCF (billones de pies cúbicos de gas) que Pluspetrol y sus aliados - Repsol YPF, la estadounidense Hunt Oil y la coreana SK Energy- descuentan en Camisea hasta el final de la vida útil de sus campos en 2047. En la otra, las reservas de 2,5 trillones de pies cúbicos de su bloque 57, con las que desde 2012 nutrirá al mercado nacional. El ariete andino –con espacio garantizado en la que será la primera petroquímica sudamericana- suma y sigue en la telaraña del GNL regional para Repsol, la misma que le .garantiza la hegemonía del GNL en Argentina, Perú, Chile y Bolivia, y vía libre a México, Canadá y EEUU.
Ahora que la planta de licuefacción de Pampa Melchorita -y el 20% de la participación española- aguarda su bautismo el próximo año, Repsol refuerza sus tentáculos aztecas. No será hasta 2011, pero cuando Perú LNG -liderado por Hunt OIl- comience la exportación a México, consumará el horizonte de 18 años de suministro asegurado, 4 millones de toneladas al año de GNL -más del doble del consumo anual en España- que se exportarán a la costa oeste norteamericana, a través de la Terminal de Manzanillo con una "utilidad extraordinaria" prevista por la Comisión Federal de Electricidad de alrededor de 15. 000 millones de dólares.

De momento, junto con sus socios de Camisea, YPF ha comprometido inversiones por 1.900 millones de dólares en los próximos 30 meses, nada que no estuviera previsto ya en los compromisos iniciales del lote 88, los que ahora miran a las ventanas de la exportación. Le hace sitio a su gas en el acuerdo con el Gobierno de García: el gas para exportación del proyecto Perú LNG provendrá en los primeros 5 años del Lote 56 –que comparte- y no del 88. A cambio, Repsol consigue pista libre a la venta al mercado interior de 155 mmpcd del Lote 57 (que entra en producción en el 2012) a precios mejores que la exportación -siete u ocho veces mayores- y sin mover la mano del consorcio exterior, Perú LNG. Amasan el tiempo y la calma del gasoducto surandino. Con Reliance Internacional, Repsol YPF mora también al también al Gasoducto Andino del Sur. Aún es muy pronto para confirmar si, por sí solos, dispondrán de reservas suficientes para respaldar toda la demanda del ducto, pero estaría dispuesta a sopesar usar sus reservas. García se guarda sus prisas. Todos los ojos de YPF reposan en su 10% de la Transportadora de Gas del Perú (TGP) podría aumentar el próximo año a 530 millones de pies cúbicos cuando se conecte el ducto de Camisea que construye el consorcio Perú LNG a partir de mayo.

Brufau se hace fuerte en un país en el que está presente desde 1995 y en el que posee participaciones en ocho bloques, cuatro de ellos como operador. Planea trasladar una sede andina de Quito a Lima y se entrega al baile de los descubrimientos en Perú -donde un gran yacimiento en Kinteroni X1 le pone a la mano casi el doble del consumo anual de gas en España- y se centra ahora en un proyecto que licuará 4.45 millones de toneladas anuales de gas proveniente de Camisea y venderá todo el gas resultante de GNL a Repsol para su exportación. Un proyecto que -gracias al acuerdo con la estadounidense Hunt Oil- le permite a la española la adquisición del 20% de Peru LNG Company LLC (propietaria de la planta), y una participación del 10% en los bloques 56 y 88 del yacimiento de Camisea, pero sobre todo, la refuerza en una de las cuencas más fructíferas del continente y sintoniza con los planes del gobierno aprista de ´gasificar´ el país para independizarse del petróleo, aumentar el consumo interno y fomentar la comercialización de gas en el mercado internacional. Además, Repsol está construyendo una planta de licuefacción de gas en Perú y amasa el horizonte de 2014, ése en el que los analistas locales descuentan que se descubrirán nuevas reservas en los lotes adyacentes a Camisea y Pagoreni: el lote 58, de propiedad de Petrobras, y el lote 57, de YPF, un gas que costaría el doble del precio al que hoy se vende Camisea.

Repsol reacomoda sus fichas en Latinoamérica. Despliega en Brasil, Perú, Cuba, Uruguay y el Golfo de México los alfiles que salvaguarda en Argentina. Hasta se atreve con las primeras licitaciones para la exploración en la plataforma continental uruguaya, de la mano de la estatal Ancap. Todo con tal de reducir riesgos, diversificar la producción y reponerse de la pérdida de reservas latinoamericanas -un 25% en dos años. Se lo dijo durante su último periplo Antoni Brufau, en voz alta y en las espaldas de la satisfacción de Alan García, a la presidenta argentina: es Perú -el tercer país en importancia para sus planes- el que puede ofrecerle a la petrolera alta potencialidad en reservas de hidrocarburos y estabilidad, la suficiente, al menos, para invertir 500 millones de dólares anuales durante los próximos cinco años. Argentina necesita doblar las importaciones, las petroleras -con Repsol en cabeza- sangran por las heridas del sector y la regulación estatal, a medida que los informes encienden las luces rojas de la energía local y que, con la marcha de Chevron, el sector dependerá aún más de ellas. Quieren más seguridad y compensaciones. A la vista de ese horizonte, Repsol se refuerza en Perú, es uno de los principales operadores del sector, con de más de 230 estaciones de servicio distribuidas en casi todo el país- incluyendo la red de Mobil adquirida en 2006 que aportó 60 puntos de venta-, dueño de la Refinería de La Pampilla, la instalación de refino más importante y líder en el mercado peruano de GLP (gases licuados del petróleo), con una cuota de mercado del 37,8% en manos de Solgas Perú.

Con Perú como catapulta, YPF se hace sitio también en la carrera al gas de Obama. El Plan Estratégico de la compañía prevé multiplicar por cuatro el volumen de comercialización de GNL, lo que supondrá un volumen equivalente al 50% del gas que consume España en un año. Todos sus caminos apuntan al gas al norte del Río Grande. Sus planes recién consumados en Canadá -la planta de Canaport, la mayor planta de regasificación del país y el suministro de Deep Panuke- le ponen a tiro el 20% de la demanda de Nueva York y Nueva Inglaterra en la costa noroeste del primer consumidor mundial; está llamada a consolidar a Stream (sociedad conjunta Repsol-Gas Natural) como la cuarta comercializadora de Gas Natural Licuado más grande del mundo por volumen gestionado, con una capacidad de 1Bcf/día, suficiente para suministrar a 5 millones de hogares. Lapuesta recién redoblada en Trinidad y Tobago le refuerza su sitio en el mayor suministrador de GNL a Norteamérica y las arterias de su inversión en la peruana Camisea hacen fluir las mayores reservas del continente hacia EE UU y le permitirán, en menos de un año distribuir el 10% del GNL que necesita la costa este estadounidense.