Teniendo como antecedentes los beneficios alcanzados por las asociaciones mineras de Tal Tal, las que no vieron mayormente afectadas sus producciones ante la última baja registrada en el precio del cobre, y considerando que las asociaciones correspondientes a las provincias del Huasco y Chañaral van bien encaminadas en este sentido, las asociaciones mineras de Copiapó y Tierra Amarilla están desarrollando un efectivo trabajo con miras a colocar el 50% de su producción de cobre en el mercado de valores y, con ello, garantizar un precio mínimo del producto en caso de fluctuación en el mercado.
Así lo dieron a conocer a Diario Chañarcillo los presidentes de dichas entidades, Eduardo Catalano y Luciano Pinto, respectivamente, quienes explicaron que lo que se busca es garantizar que los pequeños productores no se vean perjudicados por las eventuales bajas que puede presentar el precio del cobre en los próximos meses al fijar previamente un precio, el cual se determina como resultado del balance sin distorsiones de la oferta y la demanda existente en torno al producto en cuestión, en este caso el cobre.
Al respecto, Catalano explicó que dicha iniciativa responde al interés de la Sociedad Nacional (Sonami) y de la Empresa Nacional de Minería (Enami) porque los pequeños productores vean salvaguardado su trabajo frente a las inestabilidades que registra el mercado, ya que al existir una entidad como la bolsa garantizando la calidad y el cumplimiento del contrato suscrito entre las asociaciones y su comprador, el precio es el único parámetro que resta por determinar para materializar una transacción.
Agrega que la materialización de esta iniciativa está aún en etapa de diseño, por cuanto se requiere que todos los miembros que integran la asociación cumplan con una serie de requisitos en términos de documentación, contabilidades, estado de balances patrimoniales, entre otros, que hoy mantienen a la Asociación Minera de Copiapó desarrollando todas las gestiones necesarias para ello, las que implican, entre otras cosas, la firma de todos sus integrantes en el mandato que permitirá el realizar dicha operación.
Catalano indicó además que cerca de 90, de un total de 300 pequeños productores, ya han cumplido con dicho trámite con miras a “aprovechar la mejor oportunidad que brinde el mercado” para la citada colocación, considerando que son variadas las opciones y variados los mecanismos de cómo esto se puede concretar y que es necesario llegar a un acuerdo absoluto entre los miembros de la entidad sobre esta materia.
Cabe señalar que hablamos de una operación de compraventa a futuro cuando dos personas acuerdan un precio para transferir un producto, cuya entrega y pago se producirán en una fecha posterior al acuerdo. Es decir, un ‘mercado futuro’ es el lugar en que cualquiera de esas personas sabe que puede encontrar a la contraparte y que ésta acepte el precio y la fecha de entrega que a él le interesa, para lo cual se deben cumplir ciertas condiciones como son la eliminación de la incertidumbre de cumplimiento por parte de la contraparte y el garantizar que las especificaciones del producto que se transfiere correspondan a las pactadas.
Dicha incertidumbre se reduce cuando la Bolsa, como entidad, asume el rol de contraparte tanto del comprador como del vendedor, así como permitiendo que a través de ella se transen sólo productos de marca previamente conocida, sujetos a especificaciones estrictas y que hayan sido previamente registrados como productos aceptables por la misma bolsa, razón por la cual los únicos productos que pueden transarse de esta forma son productos básicos o ‘commodities’, es decir, aquellos cuyas características y calidades son estándar e independientes del nombre del fabricante o productor y factibles de definir inequívocamente por medio de un set de especificaciones, como el caso del cobre. Los dirigentes explican que quien haya realizado una operación de futuros a través de la bolsa tiene siempre la posibilidad de realizar una operación inversa con posterioridad, por lo que si bien lo lógico es que esta última se materialice a un precio diferente, como en este nuevo contrato la contraparte es la misma (la bolsa), ambas operaciones se anulan entre sí y se genera sólo una diferencia de precio que es percibida o pagada por el operador.
En consecuencia, no se produce la entrega física del producto. Cabe destacar que entre los beneficios principales de este mecanismo se cuenta el hecho que tanto productores como consumidores cuentan con una referencia de precio del producto, no solo para entrega inmediata (spot) sino también para entrega en cualquier fecha futura. En otras palabras, pueden usar ese precio para sus contratos de ventas y compras del producto físico y, adicionalmente, fijar o asegurar el precio de sus entregas o recepciones de fechas futuras, aunque ellas no sean tranzadas en la Bolsa de Comercio.
Por su parte, junto con valorar el trabajo conjunto desarrollado por ambas instituciones, el presidente de la Asociación Minera de Tierra Amarilla, Luciano Pinto, indicó que dicha modalidad de venta es positiva para el sector, ya que da garantías acordes al mercado y permitirá “no tener que pedir plata al Estado” para enfrentar los momentos de crisis que puedan generarse más adelante, hecho que es altamente aplaudido por los mineros y pirquineros de la zona. Señaló que la iniciativa impulsada tanto por Enami y Sonami es “buena”, ya que esto permitirá establecer “un precio único del cobre para todo el país” y, de igual modo, facilitará la proyección del rubro de la pequeña y mediana minería si se considera que en el caso del cobre ha habido un cambio importante en los protagonistas activos en el mercado, con lo que empresas intermediarias como Enami, que compra cobre de pequeños y medianos productores y luego exporta cobre refinado, debe operar en el mercado para cubrirse del riesgo de precio y así poder transferir a sus proveedores el precio real obtenido de la venta.
