La Nación
Mientras se acrecientan los cruces y las divisiones en la región, los líderes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) participarán de una breve cumbre en el hotel Llao Llao en Bariloche, con la agenda marcada por el conflicto desatado tras conocerce el acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos. El encuentro empezará a las 10 y cerrará a las 13.30 con la foto oficial y un almuerzo.
La anfitriona de esta tensa cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), la presidenta Cristina Kirchner, y el mandatario de la principal potencia regional, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, buscarán tender puentes entre el venezolano Hugo Chávez y el colombiano Alvaro Uribe. Pero más allá del trabajo de algunos países por reencauzar el diálogo, el choque ideológico podría hacer fracasar a la cumbre, dijeron analistas, tal como ocurrió en Quito hace apenas 18 días.
El gran ausente de la cumbre, que será nombrado durante todo el debate, es Estados Unidos. El presidente Barack Obama rechazó esta semana una invitación de Lula, que lo llamó personalmente para invitarlo. Sin embargo, envió de gira por la región a su subsecretario adjunto para Asuntos para el Hemisferio Occidental, Christopher McMullen.
La decisión del país andino de permitir que Washington utilice siete bases en su territorio puso en pie de guerra al presidente Hugo Chávez, quien amenazó con romper relaciones y suspender todas las importaciones por considerar que su vecino está poniendo en peligro la seguridad nacional.
Por su parte, Colombia respondió denunciando a Caracas ante la OEA por inmiscuirse en sus asuntos internos, en una pelea que consiguió dejar aún más a la luz las grandes diferencias ideológicas. "La región debería superar la vieja división entre izquierda y derecha", dijo ayer Uribe. "Mantener la vieja división es polarizante, no trae resultados prácticos en beneficio de la integración. La integración del continente tiene que ser dentro de la diversidad", agregó el mandatario.
Colombia es el aliado más cercano que tiene Estados Unidos en la región, y sus políticas suelen ser blanco de los ataques retóricos de Venezuela, que encabeza una corriente radical socialista en la que también militan Bolivia y Ecuador.
Uribe viajó a la cumbre en la Argentina con la consigna de explicar los alcances de una iniciativa que también causó escozor a Brasil, aunque el presidente Luiz Inácio Lula da Silva garantizó que Colombia no será arrinconada. Antes de partir hacia Bariloche, el canciller brasileño Celso Amorim dijo que la presencia de militares foráneos despierta sensibilidades de naturaleza política y reiteró su preocupación por el eventual uso de las bases.
Bogotá sostiene que la ampliación de su cooperación militar con Washington es un refuerzo del programa ya existente de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, pero con el aumento de la presión de Venezuela en Colombia crece el temor a que Uribe termine sentado en el banquillo de los acusados.
La paz regional se juega en Bariloche
La Unión Suramericana de Naciones (UNASUR) tiene este viernes ante si el difícil reto de tratar de armonizar las posiciones de los distintos gobiernos de ese bloque regional, integrado por 12 naciones, sobre el malestar que ocasiona la postura belicista de Colombia, y la posibilidad de terminar con los divisionistas y desestabilizadores planes de su presidente Álvaro Uribe, quien ha hecho suya la táctica de "más vale pedir perdón que pedir permiso".
Nadie pretende exigirle al "hombre pequeño" de la Casa de Nariño que pida excusas por ser la punta de lanza del imperialismo norteamericano en la región, porque no lo hará ni en sueños, (recuérdese que es el prototipo del oligarca altanero) pero sí que responda por sus peligrosos actos contra la paz regional.
El Mandatario colombiano, cuyo país ya recibió seis mil millones de dólares de la Casa Blanca para llevar adelante el desenmascarado Plan Colombia, permitió que los halcones del Pentágono elevaran de manera considerable el número de tropas y equipos en su país con la instalación de tres nuevas bases militares de rápida movilización, que fueran sacadas de Ecuador por su presidente, Rafael Correa.
La presencia de más soldados norteamericanos en el hemisferio Sur provocó el malestar y la inquietud entre los restantes miembros de UNASUR, ya que son conocidos los planes norteamericanos para apoderarse de los cuantiosos recursos naturales del área. Es sabido que Estados Unidos no está interesado en acabar con el narcotráfico (un millonario negocio para ese país, el mayor consumidor de drogas del Planeta) sino que, una vez más, está creando las condiciones para derrocar a los gobiernos progresistas e izquierdistas de la región y adueñarse del petróleo, gas, agua, litio, entre otros recursos muy abundantes en Suramérica.
El Mandatario colombiano ha puesto en marcha una maquinaria de desestabilización que busca los enfrentamientos militares con Ecuador y Venezuela, países dirigidos por dos populares líderes de izquierda, Correa y Hugo Chávez, respectivamente.
Para ello, con el apoyo masivo de la prensa al servicio de la oligarquía latinoamericana, atribuye a los mandatarios de Ecuador y Venezuela supuestos vínculos con las dos organizaciones guerrilleras que operan en las profundidades selváticas de su país: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional).
El "hombre pequeño" fue esta vez demasiado lejos. Ahora, ante las continuas protestas del presidente Chávez, pretende acusarlo ante la Organización de Estados Americanos (OEA) de intromisión en los asuntos internos de su país. Chávez, en aras de evitar una eventual confrontación militar con su vecino, le ha pedido al pueblo colombiano que se oponga a la instalación de los nuevos enclaves, que como admiten los propios pobladores de lugares donde ya hay tropas norteamericanas, traen consigo la prostitución, drogas y juegos prohibidos.
La reunión de UNASUR, acordada durante la toma de posesión de Correa el pasado día 10, a la que Uribe no asistió, ya que el gobierno de Ecuador rompió relaciones diplomáticas con el suyo tras una irrupción ilegal en su territorio. La entrada ilegal fue seguida de un ataque militar en el que murieron más de una veintena de personas, entre ellas el canciller de las FARC, Raúl Reyes, quien se encontraba allí pernoctando sin autorización de Quito.
En el encuentro en el balneario argentino de Bariloche la agenda es abierta, pues no solo se tratará el tema de la presencia estadounidense en Colombia, sino que, y ahí es donde seguramente se complicará el mandatario colombiano, deberá esclarecer sus acusaciones contra dos presidentes integrantes de la Unión, sus relaciones con la Casa Blanca, incompatibles con el ejercicio de democracia y libre soberanía que vive América Latina, los evidentes planes para evitar la integración, y la búsqueda de rencillas entre países para mantener en vilo a la región.
Las últimas disculpas dadas por Uribe a Ecuador no fueron por voluntad propia. En fecha reciente, empresarios colombianos se reunieron con el en la Casa de Nariño (sede gubernamental) para expresarle sus preocupaciones sobre los negocios que sostienen con Ecuador y que están en el filo de la navaja ante la actitud comprometedora del Mandatario.
Ecuador es el tercer socio comercial con Colombia y lo que menos interesa a los hombres de negocios es la disputa encendida por Uribe contra Correa, en aras de eliminarlo del gobierno y colocar en su lugar al ex mandatario de ese país, Lucio Gutiérrez, con quien mantiene vínculos recién descubiertos, también seguidor de la política exterior norteamericana.
VENEZUELA LLEVA PRUEBAS CONCRETAS A BARILOCHE
El presidente Chávez advirtió el pasado domingo en su programa Aló Presidente que llevará a Bariloche un documento que revela detalles del acuerdo militar entre los gobiernos de Uribe y Barak Obama, el cual fue redactado por el "Comando de Movilidad Aérea". Uno de los artículos del acuerdo precisa que "los militares estadounidenses podrán operar en cualquier parte de Colombia".
En un documento enviado a los miembros de UNASUR, Chávez afirmó que el movimiento militar norteamericano en Colombia pone en peligro a esa organización, la mas fuerte de Suramérica, ya que "se trata de un plan político y militar, orquestado para acabar con ese proyecto", además de "constituir la más grande amenaza en este momento histórico, por las infinitas riquezas que yacen en nuestro continente".
Precisó que "quieren el oro negro, nuestro petróleo, el oro azul, las grandes reservas acuíferas, el oro verde, nuestra Amazonia".
Diversas fuentes periodísticas denunciaron en estos días que las bases militares estadounidenses en Colombia son solo una parte de un plan que restaurará la capacidad de Washington para intervenir en otras naciones, e incluso ya se habla de otras aún no conocidas.
A Estados Unidos, en estos momentos, le resulta inconveniente enfrentar directamente a América Latina, un continente que vive en paz, empeñado en la gran mayoría de sus países, de dejar atrás siglos de explotación y pobreza, lo que viene consiguiendo gracias a la formación de bloques como UNASUR, la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN), los dos primeros con notables resultados en lo político, económico y social.
De ahí que precise de peones como Uribe y su homólogo peruano, Alan García, quien también está invitado a la Cumbre de UNASUR, y cuya capacidad para ampararse a la sombra de Washington nadie pone en duda. Veremos como se comporta en Bariloche.
El gobierno de Ecuador, que tiene la Presidencia temporal de UNASUR, adelantó que el presidente colombiano solicitó tratar en la Cumbre extraordinaria un conjunto de temas de su interés, entre ellos el tráfico de armas. Uribe acusa a Chávez de entregar equipamiento a las FARC compradas en Europa, lo que el presidente venezolano negó.
Pero Brasil también se sintió aludido por el pronunciamiento de Uribe. El canciller de Brasil, Celso Amorín, sintió también que debía darle de antemano una respuesta al "hombre pequeño".
Brasil está dispuesto a dar detalles de compra de equipamiento militar a Francia, puntualizó. "Pero una cosa es adquirir equipos y otra la presencia de militares extranjeros en nuestro territorio", para que se conozca, de antemano, que no habrá tibiezas con las insinuaciones.
Brasil ha sido, en este contexto, una suerte de mediador entre la región y el presidente Obama, a quien invitó, sin una respuesta hasta ahora, a asistir a la Cumbre de Bariloche para que, entre otros temas, aclare el alcance de las bases y su sentido de la extraterritorialidad con que estas pueden operar en otros países.
La Cumbre de UNASUR esclarecerá, al menos eso espera la organización, algunos puntos oscuros de la política exterior colombiana. Uribe sabe que no engaña a nadie con su palabra displicente y que América Latina es políticamente diferente a una década atrás. Por tanto, le será difícil convencer a los líderes suramericanos de la inocencia de sus pasos, y más aún, de que le interesa, como ha dicho mas de una vez, lograr la paz de la región cuando ya no haya narcotráfico.
Hugo Chávez llegó al país para participar de la Cumbre de UNASUR
Télam
Enviados especiales
El presidente de Venezuela arribó esta mañana a la ciudad de Bariloche, donde hoy se desarrollará la reunión extraordinaria. El líder bolivariano llegó a las 7 al aeropuerto de esa ciudad turística rionegrina y luego se trasladó al hotel Llao LLao.
El hotel Llao LLao será escenario del encuentro que tendrá como eje la polémica generada por el acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos.